Cuando Munguía Payés sugería en 2013 que las
pandillas se transformasen en "grupo político", que nadie crea que eran
inocentes palabras lanzadas al viento. Era un formal pedido para que los cabecillas de esos grupos delincuentes cerraran filas entorno a los partidos políticos...a golpe de votos comprados!
“Ojalá que las pandillas se convirtieran en grupo político y dejaran de delinquir. Es cierto que tienen influencia y que pueden inclinar la balanza hacia un partido, eso es cierto. Todos los salvadoreños tenemos el derecho de participar en política pero tenemos prohibido involucrarnos en actividades delincuenciales, es mejor hacer política que delinquir, pero si con sus armas van a querer influenciar la política es otra cosa. Es mejor que estén involucrados en la juventud de los partidos que en los grupos pandilleriles”, expresó en la Radio 102.9
Debemos admitir que las pandillas tienen gran poder, poder que deriva del miedo
que éstas son capaces de infundir en la población e, incluso, en el
mismo gobierno. Eso es un hecho. Su accionar no es casual, pues se han
inspirado de la guerra del terror, de aquella guerra psicológica que los franceses inventaron y
aplicaron en Argelia: asesinar a mansalva, con lujo de barbarie y exponer esa barbarie para
inspirar respeto a través del miedo. Estrategia repetida luego por
regímenes militares y carteles de la droga, con la sempiterna bendición
de los servicios secretos estadounidenses. De ahí deriva que a estos
grupos, y no sin razón, se les debe considerar como grupos terroristas, en todo el sentido de la palabra.
Con esas declaraciones recogidas por el diario La Página en 2013, Munguía ponía en evidencia la posición del gobierno frente al
fenómeno pandilleril: no se tenía en 2013, ni se tiene aun hoy en 2015, una
solución concreta para resolver ese problema a corto, mediano ni largo plazo.
Simplemente que el Estado y gobiernos, desde antes del 2013, ya había tirado la toalla y que no existía en
esa fecha ni existe aun hoy voluntad política, económica ni social para
solucionarlo.
Puesto que el problema tiene origen en las
injustas estructuras sociales y económicas, y que para resolverlo habría
que tocar a esas estructuras (eso se llama hacer revolución) claramente
se ve que nadie nunca se atreverá. Que se lo tengan todos por
dicho: proceso revolucionario ni mucho menos revolución por medio de
los tres poderes del Estado y el juego electoral burgués, jamás habrá en
El Salvador!
Pero regresemos al tema. Esta vieja invitación a
transformarse en "grupo político", no en partido, esto es muy
importante, era muy seductora. Lo cierto es que de esto los únicos
beneficiados serían los dirigentes y altos mandos de estos grupos de
delincuentes, cosa que ya vimos con los acuerdos de México, en otra
época, con otros personajes y en otras circunstancias. No obstante la
misma estrategia estatal está presente: seducir y absorber.
Sin
embargo la invitación estaba más que clara. Repito, no se les invitaba a
transformarse en partido, más bien en grupos políticos. Qué significaba
esto? Pues que no se les consideraba como a movimientos sociales
reivindicativos, incapaces de establecer plataformas políticas. Que se
les iba a utilizar como caudal de votos nada más, grupos de choque y pinta y pega, pero con una
dirigencia que goce de muchos, de enormes beneficios y prerrogativas,
mucho mayores de los que gozaban ya algunos cabecillas en las cárceles
del país: telefonía, mujeres, droga, influencia, antenas satelitales,
pantallas gigantes, etc.
Qué ha resultado de todo lo anterior?
Que desde el 2013 hasta el día de hoy, las maras no sólo se convirtieron
en caudal de votos sino que ya están muy incrustadas en los partidos
políticos mayoritarios. Dicho de otro modo, de aquellos polvos estos
lodos. Sin embargo y a pesar de todo, continúan con su accionar
delictivo, mucho más grande que en 2013. Conjeturamos que visto el maná que les ha caído, hay pugnas enormes al interior de las mismas y, por ende, han resultado mucho más muertos que en épocas anteriores. Se vive una especie de garduña salvaje, con cientos de miles de dólares repartidos tanto por el FMLN como por ARENA. Con esto, ll problema de la violencia
nunca se resolverá, sino todo lo contrario.
No, las palabras de Munguía no eran ninguna
bobería lanzada al viento. Ahí había mucho por interpretar y mucho dinero para repartir.
David Alfaro
David Alfaro
REENVÍA A TUS CONTACTOS - IMPRIME - COMPARTE - HAZ PATRIA - COPYLEFT SI SE MENCIONA LA FUENTE ***SIGUENOS CON TU CELULAR!***
No hay comentarios:
Publicar un comentario