Por Dagoberto Gutiérrez
Terminada la guerra, se abre el período histórico de la postguerra como no podía ser de otro modo y, sin embargo, la mayoría de los jefes insurgentes decidió sepultar a la postguerra y revivir a la paz.
En el fondo, se entendió que la guerra popular recién terminada también finalizaba el conflicto que le dio origen y, al mismo tiempo, se pensó que entre guerra y paz no existía encuentros amorosos furtivos y no furtivos.
Aunque se pensaba así, en realidad, todo se preparaba para renunciar a la lucha política y alistarse para la lucha electoral; por supuesto que se entendía que entre menos político fuera lo electoral mas votos se podían cosechar de una población irredenta y sedienta de justicia.
Eran los momentos en que el FMLN, como acuerdo político, agonizaba y estaba listo para su ataúd, mientras, con la misma danza fúnebre, se preparaba, al cadáver revivido, para que se presentara, con el mismo nombre y el mismo color, como partido político.
Se trataba de amasar, con diferente levadura, a un nuevo actor preparado y animado con la autoridad y el prestigio del FMLN para actuar dentro del sistema político, acatando sus reglas y defendiendo el juego que se juega con estas reglas.
En este período, para cada organización del FMLN había llegado el momento de definir, fuera de la guerra, su identidad política, su naturaleza ideológica como presupuesto para concertar una nueva alianza política, diferente a la que dio origen al FMLN guerrillero.
El nuevo momento histórico y la postguerra exigía que cada organización se definiera así misma ante el mundo de la época y la nueva correlación de fuerzas local y planetaria; sabido era que no teníamos identidad ideológica, nunca la tuvo el FMLN y por eso era alianza y no unidad, la clave era siempre el de los acuerdos políticos concertados, los que ahora tenían que registrar el nuevo escenario histórico construido.
Este camino era la respuesta para la continuidad histórica del proceso político y exigía mantener a salvo las particularidades ideológicas y las personalidades de cada organización, conociendo, asimilando y respetando las diferencias para construir una nueva alianza política, esta vez la correspondiente al nuevo período histórico.
En lugar de este rumbo se decidió, con poca oposición, mínima reflexión y abundante entusiasmo electorero, renunciar a la continuidad histórica y adoptar el modus operandi del sistema político, asumiendo su defensa y acatando sus reglas, abjurando del poder político para buscar parte del botín de la administración de la cosa pública.
Se trataba de hacerse funcionario y desligarse de todo aquello que tuviera olor, color o sabor de movimiento popular; en fin, fue una especie de “adecentamiento” de la lucha política para renunciar a la tarea de hacer política independiente, popular y propia para adoptar y ser adoptado por la política del estado realmente existente.
Este fue el diseño que exigió la disolución automática de todas las organizaciones que integraron al FMLN, para crear el instrumento electoral llamado partido FMLN. Esto cortó, con navaja afilada, la rica y necesaria discusión que cada organización desarro-laba en sus propios patios para definirse. En lugar de esto, las membresías y militancias fueron vaciadas en un nuevo actor del régimen político, apto para disputar votos, pero no el poder, dócil para respetar reglas, pero sin tocar el juego que se juega con esas reglas.
Un fin de semana, de esos que empiezan cuando un día viernes termina, y en una asamblea llena de calor y gallardetes, se decidió la disolución del Partido Comunista de El Salvador, y así, la organización que había enfrentado con éxito a las dictaduras, que había mantenido invicta y vigoroso un proyecto revolucionario, que había aplicado una sabia política de alianzas, que había superado con victoria el áspero trapiche de la guerra, fue aniquilada por sus mismos dirigentes y por los votos de sus militantes.
Este error, junto al de la disolución de las organizaciones hermanas, ha pesado mucho a la hora de recuperar el rumbo que asegure la continuidad del proceso. El momento actual está permitiendo que la continuación establecida en esos años sea superada por un nuevo cauce histórico que permita recuperar los caminos perdidos.
Terminada la guerra, se abre el período histórico de la postguerra como no podía ser de otro modo y, sin embargo, la mayoría de los jefes insurgentes decidió sepultar a la postguerra y revivir a la paz.
En el fondo, se entendió que la guerra popular recién terminada también finalizaba el conflicto que le dio origen y, al mismo tiempo, se pensó que entre guerra y paz no existía encuentros amorosos furtivos y no furtivos.
Aunque se pensaba así, en realidad, todo se preparaba para renunciar a la lucha política y alistarse para la lucha electoral; por supuesto que se entendía que entre menos político fuera lo electoral mas votos se podían cosechar de una población irredenta y sedienta de justicia.
Eran los momentos en que el FMLN, como acuerdo político, agonizaba y estaba listo para su ataúd, mientras, con la misma danza fúnebre, se preparaba, al cadáver revivido, para que se presentara, con el mismo nombre y el mismo color, como partido político.
Se trataba de amasar, con diferente levadura, a un nuevo actor preparado y animado con la autoridad y el prestigio del FMLN para actuar dentro del sistema político, acatando sus reglas y defendiendo el juego que se juega con estas reglas.
En este período, para cada organización del FMLN había llegado el momento de definir, fuera de la guerra, su identidad política, su naturaleza ideológica como presupuesto para concertar una nueva alianza política, diferente a la que dio origen al FMLN guerrillero.
El nuevo momento histórico y la postguerra exigía que cada organización se definiera así misma ante el mundo de la época y la nueva correlación de fuerzas local y planetaria; sabido era que no teníamos identidad ideológica, nunca la tuvo el FMLN y por eso era alianza y no unidad, la clave era siempre el de los acuerdos políticos concertados, los que ahora tenían que registrar el nuevo escenario histórico construido.
Este camino era la respuesta para la continuidad histórica del proceso político y exigía mantener a salvo las particularidades ideológicas y las personalidades de cada organización, conociendo, asimilando y respetando las diferencias para construir una nueva alianza política, esta vez la correspondiente al nuevo período histórico.
En lugar de este rumbo se decidió, con poca oposición, mínima reflexión y abundante entusiasmo electorero, renunciar a la continuidad histórica y adoptar el modus operandi del sistema político, asumiendo su defensa y acatando sus reglas, abjurando del poder político para buscar parte del botín de la administración de la cosa pública.
Se trataba de hacerse funcionario y desligarse de todo aquello que tuviera olor, color o sabor de movimiento popular; en fin, fue una especie de “adecentamiento” de la lucha política para renunciar a la tarea de hacer política independiente, popular y propia para adoptar y ser adoptado por la política del estado realmente existente.
Este fue el diseño que exigió la disolución automática de todas las organizaciones que integraron al FMLN, para crear el instrumento electoral llamado partido FMLN. Esto cortó, con navaja afilada, la rica y necesaria discusión que cada organización desarro-laba en sus propios patios para definirse. En lugar de esto, las membresías y militancias fueron vaciadas en un nuevo actor del régimen político, apto para disputar votos, pero no el poder, dócil para respetar reglas, pero sin tocar el juego que se juega con esas reglas.
Un fin de semana, de esos que empiezan cuando un día viernes termina, y en una asamblea llena de calor y gallardetes, se decidió la disolución del Partido Comunista de El Salvador, y así, la organización que había enfrentado con éxito a las dictaduras, que había mantenido invicta y vigoroso un proyecto revolucionario, que había aplicado una sabia política de alianzas, que había superado con victoria el áspero trapiche de la guerra, fue aniquilada por sus mismos dirigentes y por los votos de sus militantes.
Este error, junto al de la disolución de las organizaciones hermanas, ha pesado mucho a la hora de recuperar el rumbo que asegure la continuidad del proceso. El momento actual está permitiendo que la continuación establecida en esos años sea superada por un nuevo cauce histórico que permita recuperar los caminos perdidos.
Así sea!
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PERDONEME COMANDANTE, PERO NO LE ENTIENDO, SI CUANDO SE LUCHABA HABIA DISPUTAS ENTRE NOSOTROS (5) Y SE TUVO QUE APRENDER QUE SI NO NOS UNIAMOS PARA LOGRAR LO QUE TODOS PERSEGUIAMOS, SERIAMOS PARTE DE UNA GPP QUE DESANGRARIA PROLONGADAMENTE NUESTRAS FILAS Y NUESTRO AHNELO. FUE CREANDO EL FMLN COMO UN SOLO FRENTE DE GUERRA QUE SE LOGRO EN PARTE LO QUE SE PERSEGUIA, QUE NOS HA COSTADO PASAR DE LA GUERRA A LA PAZ ESO NO SE LO NIEGO, PERO FUE POR QUE UNA VES LOGRADO LOS ACUERDO DE PAZ, LOS QUE VACILARON Y TRAICIONARON NUESTRA LUCHA FUERON AQUELLOS COMANDANTES QUE GRITABAN Y PUTIABAN A LOS CAMARADAS PARA QUE MANTUVIERAMOS POSICIONES HASTA CON HONDILLA Y PIEDRAS SI FUESE POSIBLE, ESA UNIDAD QUE NOS LLEVO A LA PAZ, SE VIO DESVANECIDA CUANDO LOS $$$$ LLEGARON A LOS COMANDANTES, LOS QUE NO SE VENDIERON Y LO INCLUYO A USTED SE MANTUVIERON FIRMES Y POR ELLOS QUE EL FMLN SE MANTIENE COMO PARTIDO Y GANA ESTAS ELECCIONES... COMO DIJO UNA VEZ EL COMANDATE SIMON, DEJENLOS QUE SE VALLAN... LA FRUTA DEL ARBOL QUE NO ES BUENA ES MEJOR QUE SE CAIGA, VENDRAN NUEVAS FRUTAS QUE ESAS SI SERAN BUENAS, ASI ES EL FMLN. NO SE SUS RAZONES POR QUE SU ALEJAMIENTO, ES USTED LIBRE DE HACERLO PERO NO ME DIGA HOY A ESTAS ALTURAS QUE FUE UN ERROR SEGUIR SUS INSTRUCCIONES, AGUANTAR LA POSICION Y AVANZAR AUN QUE SOLO TUVIERA 20 SEMILLAZOS EN EL MAGAZINE...
ResponderEliminarBien dicho Dagoberto, lo único que, para comenzar, el PC con su fachada la UDN, siempre le apostaron a los procesos electoreros propiedad de la oligarquía, e incluso celebraron con las FFAA la guerra contra Honduras; fue Roque Dalton quien en una Monologia desenmascaró los orígenes y motivos de esa guerra, y fue un grupo salido del PDC y del mismo PC, el que formó el primer grupo guerrillero, el ERP, e impulso a que Cayetano y otros formaran a las FPL, que por cierto creció a costa de los pleitos internos dentro del ERP.
ResponderEliminarPor otra parte, los acuerdos de paz firmados por el FMLN de entonces, incluso ante la presencia de Dagoberto, fueron firmados en el patio trasero de la oligarquía y, jurídicamente, con el colchón de una constitución política diseñada, escrita y aprobada por los mismos oligarcas, y se firmo por la única razón existente, EL FMLN YA NO PODIA GANAR LA GUERRA Y A LAS FFAA SE LE ESTABAN TERMINANDO SU FUENTE DE RECURSO DE GUERRA DADA LAS ESTUPIDECES QUE COMETIERON Y QUE LOS INTERESES DE LOS EEUU SE HABIAN TERMINADO.
Ahora Dagoberto, razona el comportamiento de la dirigencia del FMLN y las circunstancias politiqueras en que termino el FMLN, y resulta que la única fuerza ideológica merecedora de los favores del FMLN es el destruido PC, partido que aportó, militarmente, NADA, pues se trató de la fuerza militar más insignificante durante 12 años de guerra.
El FMLN, desde sus inicios tuvo diversidad de pensamientos dentro de la izquierda, me pregunto ¿como es posible que ahora Dagoberto, con sus ideas exóticas, pretende darle sentido ideológico único a todo un FMLN?.
Dagoberto, forma nuevamente al PC y no trates de arribar dentro de las contradicciones coyunturales del FMLN como el ave Fénix.
perdoneme,pero no entendi,ni papa,aprovecho la ocasion,para recomendarles vean,el documental¨la servidumbre moderna¨,me parece interesante.saludos.
ResponderEliminarPartes verdades partes mentiras, como dice dago el FMLN durante la guerra nunga fue un partido fue una alianza cada quien con su punto ideologiaco y politico.Marcial manejaba formar un verdadero partido descrciadamente murio y el grupo dentro de las FPL que mantenian un acuerdo polico con la derecha se tomo la direccion. ahi comenzo los problemas del FMLN que hoy los estamos viviendo ya que la dirigencia se corronpe al sistema capitalista y como escriben en algunos articulos aqui, por hoy el FMLN esta cuidando la fincona.
ResponderEliminarA REVIVIR EL PENSAMIENTO DEL COMPANERO MARCIAL Y A SEGUIR LA LUCHA.
ResponderEliminarEs la ambicion y el deseo loco por poder el que ha arruinado todo. En eso estoy de acuerdo. Pero es hora de ponerse a trabajar por la unidad nacional,el divisionimo solo beneficia al rival. Que a estas alturas se rie a carcajada limpia. Porque logro su objetivo de debilitar mas lo que ya estaba debilitado.
ResponderEliminarPara muchos el pensamiento de dago es confuso pero eso es cuestion de formacion politica, lo cierto es que siempre hubo divicion no todos querian lo mismo para el pueblo y sus metodos eran completamente diferentes, la razon de porque las FPL fueron la vanguardia era porque era una organizacion marxista lennista todo su quehacer estaba alli, por seo no callo en la trampa de los golpes de estado. y por eso confabularon en contra de Marcial (cayetano)los mismos que en estos tiempos traicionaron al pueblo(vease facundo y compañia) ahora el fmln es electorero y la palabra revolucionario la borraron, un movimiento revolucionarioo nunca descuida la quiestion de la lucha de clases, porque es la esencia de la lucha revolucionaria que garantiza un triunfo total en contra del sistema. ahora la dirigencia se avoca al pueblo solo para afianzar sus puestos pero que lidere al pueblo en sus reinvindicaciones no..lejos de eso los apacigua en el nombre de la gobernabilidad, si sigue asi sera el mismo pueblo el que forme su propio partido que si los represente y lo ara por la necesidad de seguir la lucha libertaria. la pasividad y la definicion del FMLN es desesperante.
ResponderEliminarMuchos hablan de hacer unidad o trabajar por ella pero cuales son las bases de la unidad la unidad no se puede concebir como las alianzas de la derecha en tiempos electorales, la alianza debe de tener una raiz comun y una definicion del camino a seguir pero aceptar una unidad a ciegas es mejor estar desunido, porque no el fmln convoca a un verdadero congreso para definir la unidad, y trabajar con base a ello porque muchos revolucionarios no contaminados estan deseosos de empujar el carro de la historia pero necesitan saber el verdadero rumbo pero no se puede enfilar el carro al sur y caminar al norte, por ahora el fmln no es una organizacion revolucionaria no reune los requisitos para hacerlo, primero algunos de sus dirigentes lo que mas les interesa son sus negocios y desde este punto de vista opinan ej el funcionario de relaciones exteriores que esquivo cobardemente una pregunta del faro porque esta lo situaria fuera del huacal del presidente, con estos dirigentes es mejor tratar de hacer una nueva organizacion que aglutine a los verdaderos revolucionarios.
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