El reloj avanzaba en su caminar y la noche se asentaba sobre San Salvador, es sábado 20 de marzo y la gente se arremolinaba en la plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana, para asistir a los actos en conmemoración de los treinta años de la partida física y transfiguración en el pueblo de Monseñor Romero. La peregrinación de la luz se veía ya cerca y la gente gritaba hurras y vivas en honor a San Romero. Todo marchaba bien y, como en todo, no faltaban vendedores y vendedoras, camisetas alusivas, retratos de otros mártires, entre otras expresiones que suelen ser usuales en las concentraciones populares; se sentía un ambiente de regocijo donde los amigos y amigas se saludaban.
Pero, como bien dice aquel adagio difundido: “nunca falta un pelo en la sopa” -que en este caso más bien fue un mechón de cabello sucio e infeccioso-. Y es que desde la tarima donde se había instalado la mesa que presidia la ceremonia religiosa, luego de los saludos y bienvenidas a los representantes ecuménicos, se escuchó cómo se saludaba y agradecía su presencia al señor alcalde de San Salvador (más bien, alcalde del fraude y de los centroamericanos) Norman Quijano. Esa acción arrancó abucheos, burlas, gritos y consignas. En resumidas cuentas, el rechazo era generalizado y los asistentes, quizá algunos con demasiada emotividad y perdiendo, además, la mesura, seguían abucheando. Pero, qué otra reacción podía generar la presencia de Norman?
Ahora bien, uno se pregunta qué buscaba Norman al asistir a la “vigilia popular”; qué idea cruzó por la cabeza de la alta jerarquía de la Iglesia, para invitar a un representante de la derecha escuadronera, como Norman, y que, además, forma parte del partido tricolor que se negó a votar por la declaratoria del Día Nacional de Monseñor Romero, alegando que Romero es “una figura política”. La verdad es que quizá Norman pudo colaborar con algún financiamiento para realizar la vigilia, lo cual me hace reflexionar en si Monseñor Romero habría solicitado a los tiranos de aquella época, financiamiento para le velación del Padre Rutilio Grande, así como el ataúd para su sepelio. Tambien pensaba en si Jesús habría pedido a los mercaderes del templo, financiamiento para llevar a cabo su predicación. Quizá esté siendo extremo con estas líneas, pero, en verdad, fue extrema la aparición de Norman.
Ante la indignación generalizada y las burlas que arrancó el triste acto llevado a cabo, sólo pensé en que, después de todo, siempre hace falta la nota jocosa y quién mejor para dar ese espectáculo que el alcalde Quijano? No tenia nariz ni zapatos de payaso, pero actuó bien en su número bufonesco. De eso no hay duda. Probablemente alguien piense que estas líneas son poco atinadas y que la enseñanza de Monseñor Romero es acerca del amor, el perdón y la hermandad, así como en la predicación de Jesús, sobre el ser buenos hijos de Dios y perdonar setenta veces siete si es necesario; pero cuando se piensa en la bala asesina que impactó en el noble corazón de Monseñor Romero, cuando se piensa en los desaparecidos y desaparecidas, cuando se recuerdan los discursos hipócritas en los cuales los areneros se niegan a pedir perdón y reconocer su responsabilidad, cuando pienso en la mentada ley de amnistía, pues, simplemente, me doy cuenta de que no es tan fácil como puede parecer, seguir al pie de la letra la enseñanza del perdón que Jesús nos transmitió.
Esto lo escribo con toda sinceridad, como ser humano que soy y como persona susceptible de sentir indignación ante un acto bochornoso como el que Norman llevó a cabo. Por eso considero que semejante suceso sólo puede ser descrito como una payasada pensada para causar malestar entre los y las asistentes. A lo mejor Norman había calculado de alguna forma causar revuelo y distraer la atención con su presencia y así restarle mérito y solemnidad al acto y los que ahí estábamos de alguna manera caímos en su maniobra. Al final, mientras se veía a tan bajo personaje con una risa burlesca dibujada en su rostro, uno podía pensar "ahí va Norman el fariseo y su payasada".
Pero, como bien dice aquel adagio difundido: “nunca falta un pelo en la sopa” -que en este caso más bien fue un mechón de cabello sucio e infeccioso-. Y es que desde la tarima donde se había instalado la mesa que presidia la ceremonia religiosa, luego de los saludos y bienvenidas a los representantes ecuménicos, se escuchó cómo se saludaba y agradecía su presencia al señor alcalde de San Salvador (más bien, alcalde del fraude y de los centroamericanos) Norman Quijano. Esa acción arrancó abucheos, burlas, gritos y consignas. En resumidas cuentas, el rechazo era generalizado y los asistentes, quizá algunos con demasiada emotividad y perdiendo, además, la mesura, seguían abucheando. Pero, qué otra reacción podía generar la presencia de Norman?
Ahora bien, uno se pregunta qué buscaba Norman al asistir a la “vigilia popular”; qué idea cruzó por la cabeza de la alta jerarquía de la Iglesia, para invitar a un representante de la derecha escuadronera, como Norman, y que, además, forma parte del partido tricolor que se negó a votar por la declaratoria del Día Nacional de Monseñor Romero, alegando que Romero es “una figura política”. La verdad es que quizá Norman pudo colaborar con algún financiamiento para realizar la vigilia, lo cual me hace reflexionar en si Monseñor Romero habría solicitado a los tiranos de aquella época, financiamiento para le velación del Padre Rutilio Grande, así como el ataúd para su sepelio. Tambien pensaba en si Jesús habría pedido a los mercaderes del templo, financiamiento para llevar a cabo su predicación. Quizá esté siendo extremo con estas líneas, pero, en verdad, fue extrema la aparición de Norman.
Ante la indignación generalizada y las burlas que arrancó el triste acto llevado a cabo, sólo pensé en que, después de todo, siempre hace falta la nota jocosa y quién mejor para dar ese espectáculo que el alcalde Quijano? No tenia nariz ni zapatos de payaso, pero actuó bien en su número bufonesco. De eso no hay duda. Probablemente alguien piense que estas líneas son poco atinadas y que la enseñanza de Monseñor Romero es acerca del amor, el perdón y la hermandad, así como en la predicación de Jesús, sobre el ser buenos hijos de Dios y perdonar setenta veces siete si es necesario; pero cuando se piensa en la bala asesina que impactó en el noble corazón de Monseñor Romero, cuando se piensa en los desaparecidos y desaparecidas, cuando se recuerdan los discursos hipócritas en los cuales los areneros se niegan a pedir perdón y reconocer su responsabilidad, cuando pienso en la mentada ley de amnistía, pues, simplemente, me doy cuenta de que no es tan fácil como puede parecer, seguir al pie de la letra la enseñanza del perdón que Jesús nos transmitió.
Esto lo escribo con toda sinceridad, como ser humano que soy y como persona susceptible de sentir indignación ante un acto bochornoso como el que Norman llevó a cabo. Por eso considero que semejante suceso sólo puede ser descrito como una payasada pensada para causar malestar entre los y las asistentes. A lo mejor Norman había calculado de alguna forma causar revuelo y distraer la atención con su presencia y así restarle mérito y solemnidad al acto y los que ahí estábamos de alguna manera caímos en su maniobra. Al final, mientras se veía a tan bajo personaje con una risa burlesca dibujada en su rostro, uno podía pensar "ahí va Norman el fariseo y su payasada".
Por Sergio Peñate
Colaboración
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Qué se puede esperar de este tipejo, yo más creo que lo que buscaba era simpatizar con el pueblo. Cree que somos pendejos. Pendejo él por atreverse a ir a un acto donde el pueblo sabe que fue su partido escuadronero quien lo mató.
ResponderEliminarPobre cerote quijasno, ya le va quedando poco para que lo saquemos de la alcaldía, viejo mañoso y culero.
viva Monseñor Romero
Es necesaria la indignación ante tales personajes, complices y actores directos e indirectos de crimanes de lesa humanidad que vienen quedando en la impunidad. Siento tu misma indignacion Ante semejante aparición y oportunismo. Cree este personaje que porque el pueblo esta reunido, recogido en comunión con su profeta se pueden permitir de provocar. Porque no creo que Arena lo haya enviado para pedir perdon por haber asesinado a Monseñor Romero y de una vez por las masacres de miles de salvadoreños.
ResponderEliminarComo pueblo hay que estar atentos ante la posibilidad de que venga minimizado el rol que Monseñor Romero tuvo, tiene y seguirá teniendo para los salvadoreños y para pueblos de otros paises. Siento que hay en el aire personajes interesados en lograrlo.
Que sepan quienes estan interesados en negar el rol de monseñor Romero, como los que intentaran arrebatarnos al profeta, como han tratado ya con arrebatar a los pueblos del mundo al Cristo redentor y reivindicador de hombres y mujeres.
Me parece un poco raro que aparezca monseñor Pegoste (Urioste)
Como organizador del Aniversario, sin que durante 30aõs no haya hecho nada o muy poco para reconocer a Monseñor Romero.
Monseñor R. ha sido declarado santo porsu pueblo y es lo mas natural lo preferimos asi que verlo canonizado a la par del fascio-franquista Escriva de Balaguer.
En cuanto al pedido de perdon del Presidente Funes or asesinato del Arzobispo, esta bien ,pero no debe ser un simple acto para facilitarle las cosas a Arena y ala derecha que fueron quienes lo Matarón y que incluso quisierón hacer creer que fue la izquierda. No debe haber perdon y olvido. Se debe exigir desde ya el enjuiciamiento de los asesinos del profeta de los sin voz.
Urgente la derogacion de la amnistia para poder hacer justicia y poder al fin como pueblo perdonar.
Saludos El Solido.
El cinismo de este Norman es increible, sabe muy bien el porque quedo de alcalde, se le ha olvidado la soledad en el estadio Cuscatlan, mientras se le daba el apoyo al ahora traidor, al judas, del funes, se le olvida el ridiculo pasmoso que hiso con lo del nailon, ha ofendido de todas maneras al pueblo, hasta de llamarnos pendejos, tiene las calles bien puercas, ha talado los arboles, ha dejado a tantas familias en dificultades serias por los despidos masivos; pero ahora, por Dios santo, no solo metio las patas, sino que hasta la quijada; ofender al pueblo de tal manera, perteneciendo al partido de narcoescuadroneros, asesinos de nuestro monseñor Romero, eso es el colmo de este lenguetero....
ResponderEliminareste escuadronero quiere protagonismo, lo mejor es IGNORARLO, porque no es alcalde de san salvador, ya que fue elegido por los votos de los chapines, hondureños y nicaraguenses.... a las plastas de vaca(heces) no hay que ni siquiera volverlas a ver.....
ResponderEliminarEs increible este anormal de Norman, es un abusivo por ofender al pueblo con su cínica aparición en el homenaje de Romero. A mi me dieron ganas de aventarle un ladrillazo a ese animal!
ResponderEliminarCuanta vervorrea compadre!... Cuando vamos a parar de lamentarnos y conmiscerarnos nosotros mismos. Abramos los ojos compas y no nos fijemos en cosas insignificantes, particularmente si las comparamos con las necesidades urgentes de nuestra quebrada sociedad. Si Ustedes estuvieron de acuerdo con la paz promovida desde afuera y si aceptaron vivir en la legalidad, por que brincan y se retuercen por la visita del alcalde de San Salvador a los actos conmemorativos a Monsenor Romero. Una ofensiva final y otra hasta el tope y, el pueblo no tomo las armas para derrotar de una vez por todas al regimen e iniciar una sociedad mas justa. Para componer la cosa, el partido de los opresores gana cuatro elecciones presidenciales. Realmente es preocupante nuestra situacion. Tenemos que aceptar esa dura realidad y concentrarnos en los reales problemas que nos aquejan. Si la visita de este 'hombrecito' causa tanto revuelo, hay que deducir que estamos 'bien pachitos' y parecemos 'niguas' ya para reventar en inconsolable llanto, a lo cual se me ocurre que necesitamos ponernos serios, fortalecernos y darle la importancia a cosas que de verdad valen la pena; la educacion, la salud, la vivienda, las maras, por decir algo.saludos
ResponderEliminarNo creo que el Quijazno sea tan astuto, ese viejo es un CINICO, según él no tenemos memoria...
ResponderEliminarSabemos perfectamente que su partido arenoso escuadronero con su líder escuadronero dabuison fue el que mató a nuestro DIGNO PRÒCER!
creanme camaradas, busque piedras, busque garrotes y ni mierd !! PUTA! exclame para mi mismo, cuando uno necesita algo para reventarle la chorontoca a semenjante hijo de put@... no lo encuentra y me acorde de mis zapatos, estuve cerquita de quitarmelos y aventarselos, pero no son caros pero en estos tiempos en que los doloros cuestan ganarlos me detuve, mi compa con el que estaba se me quedo viendo y me dijo " ademas cabron! con la punteria que tenes le podes pegar a otro cachuchudo y no al tacuazin peinado, asi que volvete a amarar los burrones".. me quede con las ganas, espero que algun dia san romero me de la oportunidad de volver a tener a semanjante erote en frente y a mi alrededor un mar de piedras como en el playon de quezalte para darme gusto!
ResponderEliminarTepezcuintle
Que divertido tepezcuintle, ese tacuazín escuadronero, para la próxima se merece que le den un trompaso como le dieron al berlusconi jajajaja...
ResponderEliminarCreo que esos perros sin dueños que se andan muriendo tienen mas dignidad que este viejo ridiculo,
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