El Estado ha sido casi desde siempre un problema con la que la humanidad ha tenido que lidiar. Aunque las comunidades primitivas no lidiaron con esta figura, el aparecimiento de la explotación como forma de apropiación de la fuerza de trabajo de los seres humanos dio como origen las clases sociales, naciendo paralelamente el Estado. Así, la sociedad esclavista ve aparecer el Estado esclavista, la sociedad feudal ve nacer el Estado Feudalista y la sociedad capitalista ve aparecer el Estado Capitalista. Podemos también decir que en la caricatura de burocracia que apareció en el llamado Socialismo Real, intentó emerger un Estado Socialista, por lo menos teóricamente, otros dirán que nació pero que nunca se consolidó.
La particularidad de cada una de esas sociedades es que se erige sobre la explotación sistemática de una clase sobre la otra, esta ultima se le conoce como la clase oprimida, en la esclavista sobre los esclavos, en la feudalista sobre los campesinos y en la capitalista sobre los obreros -en toda su diversidad y con todos sus disfraces contemporáneos-.
Pero quién ha sido el garante de que esas sociedades perpetúen o mantengan esos lazos de explotación vivas y funcionales? Pues es gracias a la fuerza del Estado. Ha sido éste el que ha garantizado a las clases dominantes en cada sociedad, mantener vigente tales relaciones.
Pero, en definitiva, ¿Qué es el Estado?
Hegel planteaba que era el “grado de conciencia de un pueblo”. era una visión idealista que, por cierto, Marx criticó. Para Opennheimer es “la institución social impuesta por el grupo victorioso al derrotado”. Kant, con una visión de la sociedad del contrato, donde el derecho aparece como un instrumento del Estado, plantea que es “una variedad de hombres bajo leyes jurídicas”. Lasalle sostenía que éste era “la gran asociación de la clase pobre”. Weber decía que el Estado es la “coacción legítima y específica, la fuerza bruta legitimada”.
Con esa diversidad de visiones, muy poco se puede pensar en una concepción uniforme sobre el Estado. Pero, además, diremos que cada pensador lo define bajo su particular sistema de ideas –ideología- y bajo las condiciones y realidades del lugar donde le tocó vivir. También, cada uno aclara el papel del Estado. Acudiremos a Marx para ver su planteamiento, el cual sostiene que el Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza, es el reino del interés parcial, no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que detentan el poder.
Pero quién ha sido el garante de que esas sociedades perpetúen o mantengan esos lazos de explotación vivas y funcionales? Pues es gracias a la fuerza del Estado. Ha sido éste el que ha garantizado a las clases dominantes en cada sociedad, mantener vigente tales relaciones.
Pero, en definitiva, ¿Qué es el Estado?
Hegel planteaba que era el “grado de conciencia de un pueblo”. era una visión idealista que, por cierto, Marx criticó. Para Opennheimer es “la institución social impuesta por el grupo victorioso al derrotado”. Kant, con una visión de la sociedad del contrato, donde el derecho aparece como un instrumento del Estado, plantea que es “una variedad de hombres bajo leyes jurídicas”. Lasalle sostenía que éste era “la gran asociación de la clase pobre”. Weber decía que el Estado es la “coacción legítima y específica, la fuerza bruta legitimada”.
Con esa diversidad de visiones, muy poco se puede pensar en una concepción uniforme sobre el Estado. Pero, además, diremos que cada pensador lo define bajo su particular sistema de ideas –ideología- y bajo las condiciones y realidades del lugar donde le tocó vivir. También, cada uno aclara el papel del Estado. Acudiremos a Marx para ver su planteamiento, el cual sostiene que el Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza, es el reino del interés parcial, no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que detentan el poder.
Pero si el Estado es un instrumento de las clases dominantes y garantiza la explotación, por qué pensar en un nuevo Estado, o pensar en rescatar la figura del Estado, como muchas veces se ha planteado? Pues es ese el principal problema en la relación de los seres humanos con esa figura o esa categoría política. Si hasta este momento los Estados han servido a las clases dominantes, podemos creer que el Estado también puede servir como un instrumento de emancipación del pueblo, de la gente, de las clases oprimidas y, por qué no decirlo, de la sociedad misma.
Hay visiones que piensan que el Estado no es necesario para hacer avanzar a la sociedad hacia otro estadio. Son visiones muy respetables. Sin embargo, los ensayos prácticos hasta ahora realizados no dan cuenta de un avance sustancial en torno al alcance de una sociedad distinta con métodos donde el Estado no aparece como istrumento. Por su puesto que debemos pensar que esas visiones no deben ser desestimadas. Pero, por de pronto, pensar en un Estado al servicio de la transformación de la sociedad parece ser el camino más alcanzable. Por cierto, esos son los ensayos que estamos viendo principalmente en Sur América, aunque parece ser que estos han perdido fuerza, han surgido como las únicas posibilidades. Evaluando con mayor profundidad entontraremos que esas sociedades ya alcanzaron cierto grado de avance.
Podemos, desde el pueblo, desde la sociedad, desde la gente, pensar en un nuevo Estado, o en el rescate de la figura del Estado?. Por su puesto que sí, pero visto como un instrumento, como una herramienta para hacer avanzar la historia. Sin embargo, es una tarea ardua, de confrontaciones, de validaciones de la teoría vigente y de otras que hay que crear para ponerla en práctica. Debemos, como dice Hegel, convertir el Estado en un grado de conciencia de la gente y convertirla en una fuerza, en una energía transformadora, emancipadora. Debemos, pues, construir poder que sea capaz de emprender dicha empresa. Ese camino es ya inevitable en El Salvador.
De dónde nace la necesidad de un nuevo Estado?
Hasta hace pocos años, muchos sectores de la población acudían a la figura del gobierno para pensar en una salida a la realidad ominosa que padecen las mayorías en el país, sin embargo, la llegada de un gobierno con la bandera de un partido político que nació de la extinta guerrilla se ha encargado de validar la teoría que el mismo Lenin en variadas ocasiones resaltó: “El capital, una vez existe, domina la sociedad entera...ningún derecho electoral puede cambiar esa esencia”.
Otros y otras siguen todavía pensando en que el “gobierno de sangre pura”, iniciará los cambios realmente transformadores. Pero hay una porción -aún pequeña- de la sociedad que invierte energías en pensar en un camino mucho más complejo, pero que aborda el eterno problema del poder, de la correlación de fuerza y de la canalización de la energía del pueblo salvadoreño, para enfilarlas en la dirección correcta, en la lucha en contra de la clase que domina. ¿Hay otro camino?, pues parece ser que no. Sin la aspiración de detener la explotación, la marginación y la injusticia el pueblo no podrá avanzar.
El gobierno es, pues, el administrador del Estado. El Estado es la fuerza que le permitirá a un sector -el pueblo- democratizar la democracia. Actualmente al gobierno se accede a través de las elecciones, pero el camino hacia un nuevo Estado pasa ineludiblemente por hacer política, la política desde abajo, desde el pueblo, desde la gente con una clara apuesta por el poder.
Los problemas que padece el país ya no se pueden solucionar con la llegada de un nuevo gobierno. Los problemas del país pasan necesariamente por construir un nuevo Estado que ineludiblemente deberá tocar la Economía, tratando al mercado como un simple instrumento. Necesitará, además, abordar el tema de la Soberanía Alimentaria, de la diversidad de vulnerabilidades sociales que padece la población salvadoreña, de apostarle a la Ciencia y a la Tecnología como herramientas para mejorar las condiciones de vida de las mayorías y no como instrumentos de los mercados. Tambien, de nuevas relaciones políticas con los Estados, basadas en el respeto, en la soberanía y autonomía. Al menos esos aspectos que son, sin duda, sustanciales.
Para qué un nuevo Estado?
Para transformar la sociedad y para profundizar la democracia. Construir una democracia donde las mayorías tengan la posibilidad de ser activos en la toma de decisiones para el país, para la comunidad, para la colonia, el barrio, tomando un protagonismo inusitado que nos hará arquitectos y arquitectas de una nueva sociedad. Esto implica, por supuesto, crear un proyecto de nación, que es la tarea pendiente del país, pero también del istmo centroamericano.
Todo camino real de cambio y de transformación de la sociedad salvadoreña tiene que ver con el Estado y con el poder. Esas dos categorías políticas deberían de estar presentes en todo análisis serio en torno al rumbo del país.
Carlos Molina
Hay visiones que piensan que el Estado no es necesario para hacer avanzar a la sociedad hacia otro estadio. Son visiones muy respetables. Sin embargo, los ensayos prácticos hasta ahora realizados no dan cuenta de un avance sustancial en torno al alcance de una sociedad distinta con métodos donde el Estado no aparece como istrumento. Por su puesto que debemos pensar que esas visiones no deben ser desestimadas. Pero, por de pronto, pensar en un Estado al servicio de la transformación de la sociedad parece ser el camino más alcanzable. Por cierto, esos son los ensayos que estamos viendo principalmente en Sur América, aunque parece ser que estos han perdido fuerza, han surgido como las únicas posibilidades. Evaluando con mayor profundidad entontraremos que esas sociedades ya alcanzaron cierto grado de avance.
Podemos, desde el pueblo, desde la sociedad, desde la gente, pensar en un nuevo Estado, o en el rescate de la figura del Estado?. Por su puesto que sí, pero visto como un instrumento, como una herramienta para hacer avanzar la historia. Sin embargo, es una tarea ardua, de confrontaciones, de validaciones de la teoría vigente y de otras que hay que crear para ponerla en práctica. Debemos, como dice Hegel, convertir el Estado en un grado de conciencia de la gente y convertirla en una fuerza, en una energía transformadora, emancipadora. Debemos, pues, construir poder que sea capaz de emprender dicha empresa. Ese camino es ya inevitable en El Salvador.
De dónde nace la necesidad de un nuevo Estado?
Hasta hace pocos años, muchos sectores de la población acudían a la figura del gobierno para pensar en una salida a la realidad ominosa que padecen las mayorías en el país, sin embargo, la llegada de un gobierno con la bandera de un partido político que nació de la extinta guerrilla se ha encargado de validar la teoría que el mismo Lenin en variadas ocasiones resaltó: “El capital, una vez existe, domina la sociedad entera...ningún derecho electoral puede cambiar esa esencia”.
Otros y otras siguen todavía pensando en que el “gobierno de sangre pura”, iniciará los cambios realmente transformadores. Pero hay una porción -aún pequeña- de la sociedad que invierte energías en pensar en un camino mucho más complejo, pero que aborda el eterno problema del poder, de la correlación de fuerza y de la canalización de la energía del pueblo salvadoreño, para enfilarlas en la dirección correcta, en la lucha en contra de la clase que domina. ¿Hay otro camino?, pues parece ser que no. Sin la aspiración de detener la explotación, la marginación y la injusticia el pueblo no podrá avanzar.
El gobierno es, pues, el administrador del Estado. El Estado es la fuerza que le permitirá a un sector -el pueblo- democratizar la democracia. Actualmente al gobierno se accede a través de las elecciones, pero el camino hacia un nuevo Estado pasa ineludiblemente por hacer política, la política desde abajo, desde el pueblo, desde la gente con una clara apuesta por el poder.
Los problemas que padece el país ya no se pueden solucionar con la llegada de un nuevo gobierno. Los problemas del país pasan necesariamente por construir un nuevo Estado que ineludiblemente deberá tocar la Economía, tratando al mercado como un simple instrumento. Necesitará, además, abordar el tema de la Soberanía Alimentaria, de la diversidad de vulnerabilidades sociales que padece la población salvadoreña, de apostarle a la Ciencia y a la Tecnología como herramientas para mejorar las condiciones de vida de las mayorías y no como instrumentos de los mercados. Tambien, de nuevas relaciones políticas con los Estados, basadas en el respeto, en la soberanía y autonomía. Al menos esos aspectos que son, sin duda, sustanciales.
Para qué un nuevo Estado?
Para transformar la sociedad y para profundizar la democracia. Construir una democracia donde las mayorías tengan la posibilidad de ser activos en la toma de decisiones para el país, para la comunidad, para la colonia, el barrio, tomando un protagonismo inusitado que nos hará arquitectos y arquitectas de una nueva sociedad. Esto implica, por supuesto, crear un proyecto de nación, que es la tarea pendiente del país, pero también del istmo centroamericano.
Todo camino real de cambio y de transformación de la sociedad salvadoreña tiene que ver con el Estado y con el poder. Esas dos categorías políticas deberían de estar presentes en todo análisis serio en torno al rumbo del país.
Carlos Molina
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Las decisiones económicas de los estados como el Salvadoreño se toman en Wall Street y las toman los muchachos de Goldman Sachs... Los Ganster mafiosos del fmln,s.a. solo son titeres de estos banqueros que son quienes mandan...Los banqueros de Goldman Sachs son la gran máquina de la creación de las burbujas especulativas, el estado es un instrumento de poder para someter con fuerza a los mas debiles y explotarlos hasta que choreen sangre y por ahí mismo se mueran si no es trabajando pues de hambre estas muertes se suman a las estadísticas para hacer negocios con los organismos internacionales y pedirles plata para la caja menuda de los gobiernos, los gobernantes zopilotes de rapiña son aliados de los explotadores trasnacionales!!!...Estamos en manos no solo de los explotadores locales, tambien somos números de los grandes capitales financieros...Mientras el estado exista van a existir los cambistas usureros como tal, Los pipiles come pupusas de loroco son solo titeres al servicio del imperio!!!...Estos capitos del fmln no administran nada... La verdad que mientras el imperio yanki domine el mundo existiran los estados!!!...El imperio domina no por formulaciones dotrinarias de paja política, domina por la fuerza e impone al resto de países su sistema corrupto, domina con el DOLAR Y LA LOGÍCA DE SU PODERÍO MILITAR Y ECONÓMICO, INDESTRUCTIBLE, SALVO POR UN ESTALLIDO NUCLEAR DEL PLANETA!!!... Los bancos y grupos financieros del imperio están protegidos por el programa nuclear militar del imperio YanKi...Plantear otra cosa diferente al estado actual es atentar directamente en contra del imperio... Pero!!!... No por eso vamos a dejar de conspirar en contra de esos mal paridos!!!... VAMOS LENTO PORQUE VAMOS LEJOS!!!... Saludos Trompudos!!!...
ResponderEliminarXul....................................
Señor Molina... Eso de camino ineludible para El Salvador... Hablando de hacer del estado un instrumento para la emancipacion y liberación del oprimido... por hoy lo veo más lejano que hace 3 años.
ResponderEliminarMe gustaría que fuera diferente
A mediados del siglo pasado un gran sabio, hacia un viaje desde Surmarica hasta Mexico via terrestre, logicamente tuvo que pasar por Centroamerica, en donde se detubo unos dias en cierto pais Gobernado por una Familia de dictadores. El se pregunto por que aquel pais era gobernado por un dictador y salio a buscar la respuesta entre la gente. Al observar la vida y la conducta de tal gente descubrio algo interesante: Cada padre de familia era un dictador en su casa...y, como era logico esto se extendia hacia toda la sociedad. Si nosotros llevamos en nuestro interior el deseo de mandar, subir al tope de la escalera, hacernos sentir, aunque con ello tengamos que atropellar los derechos de otros, y jamas cambiamos esa actitud, podran cambiar los gobiernos y ser del color que nos plazca (cambios de forma), podran cristalizar ideas hoy por hoy tan en boga de UN NUEVO ESTADO, y NUNCA veremos un cambio real y verdadero(de fondo), unicamente pondremos parches nuevos a vestidos viejos, nombres nuevos a viejas estructuras, y no saldremos de nada....SI EL INDIVIDUO NO CAMBIA...JAMAS CAMBIARA LA SOCIEDAD, PORQUE ESTA NO ES MAS QUE LA EXTENSION DEL INDIVIDUO.
Eliminarf........Omar Tirio.
El ESTADO es el poder de la clase dominante.En el salvador hay dos clases dominantes corruptas responsables de tanta miseria en nuestra gente,la partidocracia y las transnacionales siendo èstas ùltimas las predominantes que juntos ala OLIGARQUIA nacional mantienen ala CLASE POLITICA como la peor enemiga del pueblo pues con el servilismo de la clase politica tienen asegurado la DOMINACION.El ESTADO al servicio de las transnacionales.La corrupta asamblea legislativa de lADRONES aprueba leyes que solo beneficia alas transnacionales y ala oligarquia corrupta y ladrona del Salvador estos kabrones diputados mantienen salarios minimos de hambre lo que determina una enorme explotacion de la fuerza de trabajo la cual es mercantilizada en tal forma que lo poco que le pagan a nuestra gente se lo quitan en la comercializacion de mercancias.La cabrona partidocracia es la principal enemiga de nuestra gente, cada tres o cinco años engañan en el juego electorero a la gente pues sabiendo èllos los politiqueros que jamas cumpliran sus promesas hacen que la gente acuda alas votaciones para legalizar a funcionarios corruptos que solo buscan intereses personales y partidarios.La partidocracia es una clase politiquera en El salvador se reparten todos los funcionarios magistrados de la corte suprema de injusticia que obeden a ELLOS en esa forma se reparten los corruptos jueces y la burocracia en ese organo del estado.Eligen los alcaldes que se roban los impuestos municipales y que se recetan enormes sueldos.La partidocracia eligen se reparten la CORTE de cuentas de la republica que les cubrira la corrupcion de todos los funcionarios.Y EL PUEBLO? acosta del hambre tiene que pagar la DEUDA PUBLICA y con el encarecimiento de lA vida.La corrupcion de estos cabrones politiqueros mas el robo de los impuestos por las transnacionales y de la ANEP hacen la DEUDA PUBLICA al momento de mas de TRECE MIL MILLONES DE DOLARES que presionan a una CRISIS DE LA DEUDA que la pagarà nuestra gente mas pobre.Entonces hay que DESTRUIR A ESTA CLASE POLITICA CORRUPTA como???serà la organizacion del pueblo que arrastrarà y harà reflexionar ala oligarquia mas corrupta de latinoamerica y alas transnacionales corruptas.Sera la creacion de un nuevo ESTADO mas justo donde la SOLIDARIDAD, el DISCENSO, las LIBERTADES POLITICAS deben llevarnos a un ESTADO PARTICIPADO con todo lo que significa esa palabra y JUSTO.JUAN PUEBLO.Una forma de comenzar esto debe ser NO ASISTIR AL JUEGO ELECTORERO y si quires asistir debes ser la ANULACION DEL VOTO.
ResponderEliminarANO --NIMO... feb. 11,2012 12.45 PM.
ResponderEliminarCon personas como tu,que ofendes a los demas' a lo mejor te consideras' un sabio que tienes las soluciones para
todos pero no la tienes para tu pueblo, solo observa a tu alrededor,el pueblo azteca se desangra en una guerra
en donde el enemigo esta encrustado en su propio pueblo,en sus estructuras,y las matanzas son llevadas a cabo
para demostrarel poder y si que la tienen cada dia es peor la situacion.
BUSCA SOLUCION A ESE ROMPECABESA TE QUEDA DE TAREA ..................mar... tirio