Privatización del sistema penitenciario: continuismo del modelo neoliberal arenero.

Dagoberto Gutierrez: "El Salvador es uno de los laboratorios planetarios de la economía neoliberal, en donde se construye un mercado total y se privatiza todo, incluyendo el aparato de estado, el estado como ente público inicia una crisis: el estado deja de cumplir una función pública frente a los seres humanos y frente a los ciudadanos, y cuando en la sociedad se construye el mercado total, tal y como funciona en la sociedad salvadorena, ocurre que todo se convierte en mercancía, todo tiene precio, todo se compra y todo se vende, incluyendo los seres humanos".

Pujante y nuevo negocio: las carceles privadas.
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Por David Alfaro
(Reyzope)

En esta lógica de mercado total, el presidente de El Salvador dió luz verde para privatizar ahora al sistema penitenciario salvadoreno. Seguramente esto no se hará sin repercusiones, pues si del combate preventivo a la criminalidad se tratara, éste sería desdenado en provecho del negocio que representará tener más cárceles y siempre más llenas.

El empuje para privatizar todos los servicios públicos es global, y los sistemas de justicia están dentro de estas áreas. Este es un mercado extremadamente lucrativo para una serie de corporaciones transnacionales. Aunque la mayoría de los sistemas de prisión en el mundo son todavía manejados por los gobiernos, la tendencia privatizadora va a la alza. En la región de Latinoamérica, en el Instituto Latinoamericano para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (Ilanud), se cree firmemente que el sistema carcelario debería ser responsabilidad de los gobiernos.

http://www.ilanud.or.cr/



Qué peligros conlleva la privatización del sistema penitenciario?

En primer lugar, le excluye la responsabilidad al Estado, cuando ésta es una función fundamental del gobierno. En segunda instancia, una vez que se creó un mercado, ese mercado siempre se tiene que estar extendiendo, lo que va contra los intereses de la sociedad. Porque no está en los intereses de una comunidad tener millones de personas encerradas, sí debe ser de su interés tratar las causas estructurales por las cuales se cometen ciertos crímenes o delitos. Los recursos se deberían destinar a servicios de salud, sistemas de bienestar social, programas de empleo y eliminar las causas de la pobreza.

El Estado ahorra dinero con estos sistemas? ¿De quién es el negocio cuando se privatiza una cárcel?

De las compañías. Los contratos existen y están diseñados por el gobierno para asegurarse de que habrá oferentes en las licitaciones. La única forma en que el sector privado participa en este juego es si los contratos le dan beneficios y ventajas. De otra forma no participan de una licitación.

Las cárceles se vuelven más deshumanizadas?

Según el ILANUD, el problema es que la privatización hace que se quiten varias capas o áreas de responsabilidad, lo que vuelve difícil el ingreso para las familias de los reclusos, para las organizaciones que respaldan a los internos, y para los abogados, las ONGs, las instituciones de derechos humanos e incluso para el propio gobierno, que es el que está pagando. Creo que el sistema no garantiza la seguridad de los prisioneros y ni siquiera del personal.

Tampoco son cárceles más seguras, porque en el intento de reducir costos, la seguridad pública adentro y afuera se compromete.

Las cárceles privadas se vuelven más violentas. Se han estudiado casos, particularmente en Estados Unidos, y ha habido alguna investigación de derecho en California que ha demostrado que si uno no invierte en trabajo, se crean condiciones para más violencia. También se sabe que como las prisiones privadas tienen menor índice (número) de personal, en muchos casos son los reclusos los que dirigen la prisión y no los guardiacárceles, porque el personal de las prisiones privadas, por lo general, no tiene experiencia y no tiene a nadie por encima de ellos. Los prisioneros están cada vez más familiarizados con el sistema; ellos toman el control.

Con la privatización del sistema penitenciario no se contribuye a la reinserción social. Pero ellos, los empresarios, van a decir que sí, pero en la realidad no se está mejor con ese sistema. La prisión no es el lugar apropiado para la mayoría de la gente que termina ahí. Se les necesita tratar de otra forma, y las prisiones en general, ya sean privadas o públicas, se han convertido en lugares de depósitos para los enfermos mentales y gente con otro tipo de problemas sociales como drogas; gente a la que se debería tratar fuera de la prisión. Se trata de generar otras instancias para evitar directamente que las cárceles se sigan poblando: debería haber políticas y recursos para evitar que esa gente llegue al sistema de justicia criminal. Estamos criminalizando demasiados tipos de comportamientos.

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