Democracia representativa y su tendencia por la oclocracia

El FMLN propone las figuras del Referéndum y El Plebiscito como acción descontrolada para detener la debacle en sus aspiraciones electorales, producida por su falta de inteligencia política  en torno a la aprobación del decreto 743 que intentó minimizar a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. El retardo de un análisis inteligente sobre este tema, pudo haberlos dejado como los salvadores de la democracia representativa al pedir y apoyar la derogatoria de tal decreto, pero hicieron lo más inteligente para sus propios intereses: abalanzarse en contra de la Sala de lo Constitucional, lo que según sus propios sondeos, jugó en contra de sus intereses y quedaron fácilmente a la derecha de ARENA. Hoy, según informaciones, el FMLN pedirá derogar el 743. Demasiado tarde!

Las mediciones electorales llevaron a  ARENA a retroceder en sus aspiraciones por mantenerse como los promogestores del decreto. El FMLN, como siempre ,lo hizo tarde, cuando ya había “metido las cuatro” como se dice en el caló popular.  Ahora todos los actores, incluyendo al Presidente Funes, se les alumbra el cerebro y piensan en derogar el 743 para meterse en la tarea de reformar la constitución. Grupos con intereses particulares imponiendo a partir de la demagogia un status quo.

Pero es el FMLN  el más peligroso porque levanta una bandera que pudiera creerse que es  un “destello” de democracia participativa, ofreciendo un debate en torno al referéndum y al plebiscito, basado en la reforma de la constitución burguesa y representativa actual. A nuestro juicio hay dos lecturas concretas sobre lo planteado por el FMLN: en primer lugar, ese partido ha palpado que una buena porción de la clase media está en favor de empujar por alcanzar mayor participación en las decisiones del país, algo que parece indetenible y que amenaza permear a otros sectores de la sociedad. Por ello lanza una jugada electorera diciendo que se abra el debate sobre las dos figuras que son importantes para lograr cierto nivel de participación de la gente. Lo peligroso es que lo hace bajo un régimen caduco y bajo un sistema político burgués de lo más ortodoxo. Lo segundo es que está interesado en seguir los juegos de la instauración de "democracias a su medida", tal como lo han hecho regímenes de derecha como el de Daniel Ortega y tal como lo hicieron ya varios presidentes en nuestro propio país. Saca es un buen ejemplo.

Recientemente un dirigente empresarial muy dado a hablar como supuesto académico, hizo la comparación irresponsable de decir que los niveles de democracia participativa de ciertos procesos revolucionarios como los de Venezuela y  Bolivia son comparables con oclocracias, colocando en la misma línea a gobiernos como el de Daniel Ortega y haciendo la comparación con un supuesto gobierno “de hueso duro” del FMLN. Parece ser que ni entre las mismas derechas se quieren, a pesar de que el FMLN juega a emerger como una “nueva derecha” y a veces más radical. La “derecha tradicional” y sus telarañas en la mente todavía no entienden que esto es lo mejor que les puede pasar en aras de salvar el actual Estado representativo en crisis de legitimidad. Si el FMLN hubiese tenido una actitud de izquierda, la representación estaría quizás en los últimos revolcones para parir un nuevo acuerdo de país que nos llevara a iniciar procesos de verdadera participación institucionalizada.

Entremos en aclaraciones respecto a las oclocracias. 

En primer lugar, veamos dos pensadores que no son de pensamiento progresista, más bien son conservadores: El primero Jean Jackes Rousseau, quien define la oclocracia como la degeneración de la democracia y esto se pone de manifiesto cuando el gobierno se dedica a servir intereses de unos cuantos en contra de la voluntad general -hemos visto muchos casos de estos en nuestro país por cierto-. El filósofo James Mac Kintosh, refiriéndose a la oclocracia dice: La oclocracia es la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo de un tropel, nunca el gobierno de un pueblo. Este filósofo también se refiere a la oclocracia como autoridad corrompida, nunca señala al pueblo ni a un gobierno del pueblo, ¿De dónde saca este empresario “académico” que la oclocracia es la elección donde participa el pueblo?.

En nuestra visión, tanto el FMLN como muchas de las gremiales empresariales están jugando a desprestigiar la democracia participativa. Tejiendo para ello el desprestigio a herramientas claves para lograr la participación de la población. Acabamos de leer un artículo publicado en el Diario de Hoy titulado “La Democracia Representativa y la Chusmocracia”. También el empresario Alfredo Mena Lagos en un programa de canal 21 expresó que se estaba tratando de instaurar gobiernos de la “chusma”. Grave atraso político, porque en Costa Rica y en Panamá se usan los referéndum sin ningún problema y no son chusmocracias, son burguesías mucho más inteligentes  y no aprendices de oligarcas como los que tenemos en nuestras tierras. 

En Panamá en el año 2006 se realizó un  referéndum para ampliar el canal de Panamá, ganando el Sí que era lo que quería la derecha y el oficialismo. En Costa Rica en el 2007 se realizó el referéndum para aprobar o no el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el resultado fue en favor del gobierno de Óscar Arias. Era de izquierda este presidente? No. Es una oclocracia lo que se vivía en ese entonces en Costa Rica? A nuestro entender, no. Esas democracias, a pesar de ser burguesas, tienen una cara más presentable.

Las características de los gobiernos tendientes a la oclocracia son aquellos que manipulan a  masas -aprovechándose de su voluntad- para erigir gobiernos con intereses sobradamente particulares y regularmente económicos que llegan a deformaciones como la violencia, para seguir perpetuados en el control de los aparatos del Estado. Coincidimos en que Nicaragua con  Daniel Ortega está en ese camino, pero ese nunca fue un gobierno de izquierda y su alianza con Arnoldo Alemán demuestra con claridad que son parte de una peste que se apoderó de ese Estado para sus beneficios muy particulares, siendo gobiernos de derecha. Ahí es donde Federico Hernández peca de propagandista y el editorialista del Diario de Hoy muestra también su atraso intelectual: ¿acaso los gobiernos de ARENA no han sido así?.

En cuanto al FMLN es sobrado que esta idea de referirse al Referéndum y el Plebiscito es una simple maniobra política, que en lo particular me atrevo a decir tiene intereses de lesionar la idea de democracia participativa que comienza aparecer en la cabeza de las y los salvadoreños. ¿Cuál es el peligro entonces de los referéndum en Estados representativos atrasados como en nuestro país? Pues que pueden servir para instaurar oclocracias y un ejemplo de esto es el referéndum de ratificación en la Presidencia de Augusto Pinochet en 1988.

El temor es que el FMLN desde una posición de cúpula empresarial instaure una oclocracia para hacer prevalecer sus intereses sobre las otras cúpulas empresariales. La marcha hacia la Corte Suprema de Justicia puede ser una señal de manipulación hacia las masas. No era una posición de izquierda esa, ni siquiera de oposición al régimen. Era una manipulación a la población para que la cúpula de ese partido apareciera despotricando en contra de los intereses del mismo pueblo, ese pueblo que pide no que funcione la Corte de la Sala de lo Constitucional, sino que pide participación: pide una democracia donde la participación sea institucionalizada, lo que se puede lograr únicamente con otro Estado que sea capaz de construir una democracia donde el qué hacer político lo haga directamente la gente con su propio protagonismo.

Es momento de deslindarse de las cúpulas empresariales, sean estas partidarias o no, y construir un nuevo instrumento del pueblo para transformar esta sociedad.

Carlos Molina Medrano

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