El debate en torno a la dolarización/desdolarización parece querer presentarse como una cuestión técnica de economía monetaria. Más allá de los flujos monetarios, lo que está sobre la mesa al hablar de dolarización o desdolarización, es la lógica interna del proceso de acumulación. Sin embargo, aquí y ahora esas consideraciones no marchan en el debate. Han quedado invisibilizadas.
Es cierto que la decisión de dolarizar la economía salvadoreña, allá en 2001, no fue más que una decisión política que tuvo a la base no la estabilización de los índices inflacionarios, sino la estabilización de las tasas de interés y la reducción del riesgo cambiario, aún cuando éste último incluso había sido ya soslayado a través de una política cambiaria de flotación sucia, según la cual el Estado mantenía estable el tipo de cambio a través de operaciones de mercado abierto.
Claro que los beneficiarios de estas operaciones, en consonancia con la estrategia neoliberal, no eran los salvadoreños comunes sino los grupos incrustados en argollas estratégicas de la economía, en este caso, en un sector altamente rentable como lo es el sector financiero, del cual se apoderó un pequeño grupo de la élite empresarial cuando la reprivatización de la banca, allá en 1990. La estabilización del tipo de cambio significa, por un lado, la reducción del costo de los bancos para hacer frente a las obligaciones contraídas en el extranjero y mantener el margen de ganancia que esos mismos bancos pueden tener en la economía doméstica, lo cual se da como por el diferencial creciente entre las tasas de interés que los bancos pagan y cobran.
En el contexto actual, el debate adquiere un carácter más especial. Dentro de las condicionalidades de los préstamos precautorios (Stand By) del Fondo Monetario Internacional (FMI) contratados en los dos últimos años, mantener la dolarización es un término no negociable.
Bajo un análisis de economía crítica que implica un análisis político, y no sólo político, sino institucional, deberíamos poner el dedo en la llaga que ha significado el patrón de acumulación. Es decir, del modelo neoliberal impuesto en nuestro país. Esto significa:
a)Tener claro que ese modelo se ve inserto en la lógica de la acumulación capitalista y, por tanto, sometido al designio fundamental del capital: la apropiación constante de masas crecientes de ganancia.
b)Reconocer que esa apropiación de ganancia implica relaciones de poder contradictorias entre el capital y el trabajo y, además, entre la esfera de la producción y la esfera de la circulación, sobre todo de la esfera financiera.
c)Estar claros que la desdolarización de la economía no significa nada si ésta se dimensiona fuera de la lógica que permeó las políticas públicas en veinte años de gobierno neoliberal. A guisa de ejemplo cabe mencionar: la restructuración del sistema tributario, la política comercial de apertura unilateral primero, y bilateral, después, en un entorno de baja competitividad internacional, etc.
A nuestro juicio, la desdolarización de la economía podría traer ventajas, sobre todo al ampliar el margen de maniobra del Estado en materia económica. Sin embargo, ese margen es aún muy limitado y la sola apertura de los mecanismos monetarios no responde a las necesidades del pueblo salvadoreño ¿Qué necesita el pueblo salvadoreño? Necesita dar el paso hacia un sistema económico con equidad, donde se mejoren sus condiciones materiales y culturales de vida, traslapado eso con el aseguramiento de su futuro (sustentabilidad de las políticas económicas).
Pero eso no es todo. Bajo el modelo político actual, desdolarizar implicaría costos que caerían sobre las espaldas de las masas trabajadoras. ¿No va a pagar el gran capital, es decir, los que se beneficiaron de diez años de dolarización? No, porque el sistema político no opera en esa lógica.
Y en esa lógica, la desdolarización sólo podría aparecer como un componente de “país”, bajo el fetiche de la magnitud económica per se: desdolarizar para ganar competitividad, desdolarizar para aumentar exportaciones, desdolarizar para aumentar la cartera de crédito, desdolarizar para lo que ordene y mande.
Así, se pierde de vista que si, tras la desdolarización y en el régimen de producción vigente, se propone como estrategia la devaluación del tipo de cambio para ganar competitividad, eso supondría un abaratamiento de los bienes transables producidos en el país y podrían aumentar las exportaciones. ¿Qué exportaciones? Tal vez los bienes transables de maquila, que son los que principalmente se producen en el país. ¿Y eso mejoraría la situación de la clase trabajadora? Sí, si viviéramos en el reino de Peter Pan, el país de "Nunca Jamás".
Sin embargo, en El Salvador, el principal nudo de la explotación de la clase trabajadora -sobre todo de un ejército de mujeres vulneradas en sus derechos laborales más fundamentales- se da en los enclaves maquileros. Pero ¿el gobierno podría regular esas condiciones de trabajo para que fueran un poco más dignas? No, porque la firma e implementación de acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) le ha doblado los brazos a las autoridades en materia laboral. Y un pero más: ¿Es posible que el gobierno abandone una política comercial con ese perfil? Sí, pero no lo hace. Por el contrario, bajo el gobierno actual se terminaron las negociaciones del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (ADA), que no es más que un acuerdo comercial con las mismas características de sometimiento que en su momento tuvo el TLC.
Además, la política comercial de apertura económica nos ha convertido en un país netamente importador. Esto significa que el país compra más de lo que produce. Un caso impresionante se visualiza en la balanza comercial alimenticia, la misma que presenta una progresión en sus resultados deficitarios en el periodo de vigencia que lleva el TLC. En ese contexto, una devaluación del tipo de cambio encarecería las importaciones e incrementaría el costo de la vida para muchos salvadoreños y salvadoreñas que, sometidas a un rígido sistema de flexibilización laboral, no ven traducidos los incrementos de los precios en los salarios que perciben.
Esto significa que la desdolarización, a pesar de que podría tener beneficios para el país, estos no se traducirían de forma automática a las mayorías populares. ¿Qué significa la desdolarización para la sustentabilidad del ambiente? ¿Cómo se lucha desde los mecanismos monetarios contra los megaproyectos de inversiones, proyectos de muerte, que desplazarían a miles de familias y destruirían parte importante de nuestra riqueza natural? ¿Qué significa la desdolarización para una población cada vez más enajenada? Si es el crecimiento económico lo que se busca, estamos errando el camino!
El crecimiento es un paradigma superado hace ya largo tiempo. Además, sin reformas estructurales de fondo, el crecimiento económico no ha significado nunca una mejora de las condiciones de vida de las mayorías poblacionales; para que ello fuera posible, deberían existir políticas de desconcentración de la riqueza que disminuyan la captación de ganancias por un pequeño grupúsculo de la sociedad para que esas ganancias sean puestas a disposición de las necesidades del pueblo.
Así las cosas, el debate sobre la dolarización adquiere un matiz más allá de lo económico y de lo político-institucional. Así, ese debate se inserta en una cuestión socio-política. Esto es: la desdolarización...para quién? La clase trabajadora parece ser el corredor que lleva todas las de perder en esta lid; conscientes de ello, le estamos apostando todo...“y hasta el hueso!”(Vallejo).
Alberto Quiñónez
Colaboración
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Entonces que? seguiremos aguantando con la moneda imperial? yo por mi parte extraño mi moneda ya que a mi siempre me han pagado estos diez años en colones aunque he gastado dolares.
ResponderEliminarBuen Comentario pero podrian leer el libro "La Economia Politica de la Dolarización en El Salvador" DONDE SE ELABORAN ESTOS PUNTOS Y MAS. Saludos
ResponderEliminarHay que seguir aguantando hasta que los cabezones pelados que piensan como millonarios despierten
ResponderEliminary los que se an enamorado de funes y de la CP capitalista les pase la pasion.
La lucha es por el salvador soberano,monada propia.
Hoy lucha y sacrificion,mañana cambios profundos y libertad.
Toda la gente que viene de centroamerica se asusta al ver los altos precios en los supermercados y las farmacias; hasta uno que otro que viene de Europa porque son precios similares pero alla ganan 8 veces mas. A ver cuando el gobierno controla los precios de los comercianes (amigos de wicho), porque parece que solo los precios del pasaje medio controla.
ResponderEliminar?y cuando nos van ha combocar a la calle y quien? pero en forma seria, organizada y con el fin de lograr el objetivo regularizar la extorsion de los bancos, la energia hiper cara, el agua por las nubes, el combustible, dichosea de paso el sr. que antes era de la cdc hoy no abre el ocico como antes, cuando reclamaba por el cobro abusivo de la telefonia, el agua la luz....hoy ya es parte del sistema y esta como que es cuche de engorde. ?QUIEN NOS VA A COMBOCAR A LA CALLE, PERO CON LA IDEA DE QUDARNOS ALLI E IR ENGROSANDO ESA MASA DE GENTE CADA DIA, HASTA QUE EL GOBIERNO HAGA LOS CAMBIOS QUE LA GENTE CLAMA CON RAZON, LA SITUACION CADA DIA ES MAS Y MAS APREMIANTE Y NO SE TRATA DE FMLN U OTRA CHORRADA SE TRATA DEL PUEBLO.
ResponderEliminarEl dolar moneda una de las causas del empobrecimiento de los mas pobres del salvador y razon de el mayor enriquecimiento de los de siempre explotadores,ladrones de la peor calaña,estafadores,contrabandistas,narcotraficantes,grandes evasores de nuestros impuestos,usureros,asesinos ,escuadroneros,oligarcas kavernicolas,mercantilistas feudales, comerciantes acaparadores de todo tipo,lavadores de dinero SUCIO todos los mencionados forman parte de las 23 FAMILIAS mas ricas del Salvador que han acumulado DOLARES por MILES DE MILLONES de DOLARES acosta del sufrimiento de la inmensa mayoria de salvadoreños despojados de tener una vida donde la CIVILIZACION DE LA POBREZA como dice el padre jesuita JHON SOBRINO esta muy lejos de alcanzarce.La dolarizacion es parte de la GLOBALIZACION de la economia NEOLIBERAL mundial que ha llevado ala GLOBALIZACION de la pobreza.El Salvador es uno de los paises donde con la mayor alevosia a RAJA TABLA se aplica el mas ATRASADO MODELO MERCANTILISTA con rasgos todavia FEUDALES y un neoliberalismo al mas corrupto donde la clase politiquera una de las mas corrupta de latinoamerica tambien hace SU FIESTA .Solo la ORGANIZACION y la EDUCACION politica de nuestro pueblo terminara con este ESCLAVISMO MODERNO.JUAN pueblo.
ResponderEliminarSi a la desdolarización!!!!!!!
ResponderEliminardolarización sinónimo de: POBREZA, HAMBRE Y ALTO COSTO DE LA VIDA. Hay una compania aerea europea que viaja a El Salvador, y saben que la comida y el cambio de tripulación lo hacen en Guatemala, porque en el Salvador todos es demasiado caro. No entiendo como hay gente tan TONTA TODAVIA DEFIENDE EL DOLAR. EN EL EL sALVADOR HAY MUCHOS MUERTOS DE HAMBRE CON MENTALIDAD DE MILLONARIO
Saludos, TROMPUDOS Y ADELANTE.
HEY CUANDO NOS ANIMAMOS A ORGANIZAR UNA QUEJA GENERAL, PERO BIEN PENSADA, CON OBJETIVO , USEMOS EL FACEBOOK PARA CONVOCAR, CREO QUE HAY MUCHISIMA GENTE QUE ESTA DISPUESTA, EL GOBIERNO SOLO ESTA CONCEDIENDO A LOS SINDICATOS PERO SE OLVIDA DEL PUEBLO EN GENERAL, Y LO HACE PARA MANTENER LA MASA CRITICA DE GENTE , CONTROLADA, PERO LAS COSAS IRAN PONIENDOSE MAS CARAS, LA CLASE MEDIA ESTA SIENDO CADA VEZ MAS EMPOBRECIDA, HAY QUE HACER ALGO
ResponderEliminarEn la antigua civilización romana los no privilegiados ni acomodados la única propiedad que tenían eran sus descendientes, su “prole”, de donde se ha derivado el término “proletario”, éstos representan las clases asalariadas, sin grandes derechos.
ResponderEliminarSin duda, a juzgar por las condiciones reinantes en El Salvador existe una proletarización de la clase media, la cual va en picada y hacia una pauperización acelerada, pues son tantas las medidas desacertadas que han implementado los gobiernos que la llamada clase media va quedando arrinconada o cerca de las más elementales formas de vivir.
Sobre la clase media se han ensañado los gobiernos neoliberales con aumentos desmedidos de impuestos: venta de servicios públicos al mejor postor y con extraordinarias ventajas para los firmantes en perjuicio del núcleo familiar, quien paga los altos costos de una facturación de cláusulas. La clase media llegó a ser pujante, floreciente; hoy casi arruinada, enferma y en virtual estado comatoso. Clase que está ahogada en los altos costos de los alimentos, medicinas que tienen que comprar, porque el Seguro Social las tiene fuera del cuadro básico o agotada. Amén de las cirugías, cuyos exámenes previos a la intervención quirúrgica es una verdadera odisea realizarlos, si no es que los familiares o el propio paciente finalmente los pagan en forma privada.
Ante los cambios negativos en la economía mundial se necesitan gobernantes con estrategias que puedan, con visión larga, utilizar los recursos necesarios para que el vendaval pase sin mayores bajas, sin embargo y con gran dolor vemos que la clase media, que es la más golpeada, no tiene seguridad en Panamá y vive momentos de angustia, ante el reino de las drogas, crímenes, asaltos, robos, hurtos.
La administración de justicia deja mucho que decir, crímenes de la clase media sin resolver, gente encumbrada que ha cometido delitos en el pasado y se encuentran libres con puestos gubernamentales de gran jerarquía. Existe mucha impotencia y pérdida de valores positivos.