Me visitó una mi mojarrita en estas vacaciones de Semana Santa, el pariente venía con una “tanatada” de chunches a regalar y un par de dólares para departir. Esta solidaridad espontanea, algunos la achacarán a la nostalgia o quizá algunos pensarán en la compensación natural que sobreviene ante la ausencia.
Como sea que fuese el volado, las mojarritas vienen a pasar un bonito tiempo rodeado de sus seres queridos y a alejarse de sus robóticas y monótonas existencias en el país del norte.
Así, pues, entre la algarabía por el recibimiento de los recuerditos que nos envían desde el norte, las procesiones, las alfombras y los platillos de la época -jocotes en miel y torrejas-, decidimos, con el patrocinio de mi pariente, ir a visitar una de las famosas playas de El Salvador, pese a la delincuencia galopante, a los bolos que se cuentan por montón detrás de un volante y a la escasez de pisto.
Les aclaré a mis familiares antes de salir de la casa de ustedes rumbo a la costa, que debería ir comprar el “cono” naranja para que no me fueran a imponer una mi esquela o que me fueran a querer morder en carretera. Vos sabés que los “cuilios” en esta época se ponen más avispados y con más sed, no debes de perder de vista que andan “encanchimbados” por el acuartelamiento.
Afortunadamente, en los cuatro retenes que logré sortear -pegándomele al vehículo de adelante lo más que pude y llevando siempre los vidrios abiertos– observé que a nigún vehículo le requerían el bendito cono naranja. En fin, así es la cosa en esta vida y en estas tierras cuscatlecas, las leyes siempre se hacen para que las cumplan los de a pie o los “rompidos”.
Al llegar a la costa, lo que me agradó -y a mi mojarrita también- fueron unas señoritas que estaban encaramadas en una “pipa”, empapando de agua a todo vehículo que pasaba, estas señoritas de camisetas mojadas, habían logrado que se formara una cola de por lo menos cuatro kilómetros. Y es que al hombre guanaco siempre le ha encantado el colirio, y más aún cuando este es de choto.
Luego de quedar atrapados por un breve espacio entre camisetas mojadas, agua y deseos de cipote, fui despertado de mi letargo por un codazo certero a la ,propinado por mi media naranja, la cual me dijo: “Se te está cayendo la baba, mejor avanzáaa!!!”.
Rápidamente metí la primera y nos fuimos al mismo changarro de siempre, con salida al mar y unos precios más o menos solidarios, aunque hubo necesidad del regateo inicial, ya que la dura situación económica lleva corte parejo entre los asalariados pobretarios, a lo largo y ancho de esta hacienda, y la majada siempre que puede quiere hacer su agosto en el lomo de los clientes.
En esas vueltas del regateo estaba, cuando pasa un panelito color naranja con un “musicón” a todo dar. Me pregunté "qué andarán regalando estos", y puse mi atención en la posible oferta. Mi decepción fue instantánea, ya que al parar la oreja, andaban regalando sueños, esperanza e ilusiones los mentados tránsfugas de GANA. La señora del changarro observó mi malestar y, de forma consoladora, me dijo: “Así han andado TODA la semana”.
"Si esto va a estar así, prefiero ir a buscar otro lugar de más calma y tranquilidad", le dije a la señora del changarro. Ella atajó mi malestar y me dijo: “Son varios carritos, en toda la costa andan, así que la opción es que le eche un par de coras a la rockola para no escucharlos”. No fue broma, en menos de dos horas, por lo menos, pasaron en ocho ocasiones cerca de donde nos habíamos quedado.
Ya conforme con el asunto, nos dispusimos a bañarnos y a hacernos los mareados con la situación. El agua estaba formidable y con un par de “chevas” entre pecho y espalda, la cosa pintaba para bien.
Teníamos unas dos horas de estar en el changarro, cuando de presto, la gente comienza a abandonar el lugar muy disimuladamente. Debo de confesar que me pareció extraño, pero, en fin, era casi la hora de almuerzo y la gente siempre va buscando lo económico y ahorrar al máximo.
Uno de los cipotes que nos acompañaba en el paseo, me estaba invitando a ver las piruetas –vueltas de gato– que él hacía en la piscina. Me voy acercando para observarlo y pedirle que tenga cuidado, cuando logró ver que uno de los visitantes del changarro, y que también disfrutaba de la piscina, andaba con enormes tatuajes de la mara dieciocho.
Entendí la razón por la cual al menos dos familias habían salido huyendo del lugar de una forma muy apresurada, pero a la vez disimulada. De forma también calmada, un par de señas y un reembolso que no llegó, me instaron a regresarme para la casa de ustedes, a buscar opciones de más calma y tranquilidad.
La reflexión es que, como pueblo, estamos jodidos. Si no es un marero de la dieciocho, es uno de la salvatrucha o uno de la nueva clica de GANA. Estas tres pandillas tienen en común: la extorsión contra el pueblo, de una u otra forma, y marcar territorio con grafiti o pintura naranja. Además, comienzan siendo pocos, pero por intereses extraños y oscuros, terminan expandiendose y jodiendo al pueblo como un cáncer.
Kvernicola
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Todo el mundo está dejando de usar el dólar.
ResponderEliminarTodo el mundo.
Solo El Salvador, país siervo(primeramente los políticos, todos, incluyendo al FMLN), siguen usando el dólar.
¿Quién salvará a El Salvador?
¿Los salvadoreños?
Lo dudo mucho.
Hasta la vista, amigos.
El FMLN me ha traicionado.
ResponderEliminarYo le doy bola negra al FMLN.
Yo soy el pueblo.
Excelente posteo, Kaver, muy chistoso!
ResponderEliminarY cabal, los mareros y los ganosos son la misma babosada.
Jajajajaja!
ResponderEliminarTe llevó el diablo, Kavernicola!
Mejor te hubieras quedado en casa!
Ta chivo el posteo!
Verguiados van a terminar!
ResponderEliminarAtentamente,
Carlos Funes.
Son tan para cual por eso no los tocan por el contrario se defienden ambos los dos. Es amor de arriba para abajo y de abajo para arriba. La coca rola igual y unos son los jefes y otros los guardalomos.
ResponderEliminarEN OCTUBRE DE 2008, CIERTO AMIGO FUESE HASTA ALEMANIA (EISSLINGEN) A VISITAR A UN SU FUTURO CONSUEGRO, HABIÉNDOSE LLEVADO UN INESPERADO CHASGO AL QUERER ADQUIR CIERTA MERCADERÍA CON VALOR DE €100.ºº. AL QUERER PAGAR MI AMIGO CON US$, DE INMEDIATO LOS TENDEROS PUSIERON CARAS DE AMARGURA, RECHAZANDO TALES BILLETES VERDES; ENTONCES, ÉL QUISO PAGAR CON SU "FLAMANTE" TARJETA VISA PALTINUM; PERO TAMBIÉN FUE RECHAZADA. SU FUTURO YERNO SE LOS CABIÓ POR EUROS. ESTO LE OCURRIÓ UN PAR DE VECES MÁS, TANTO EN ALEMANIA, DINAMARCA Y ESPAÑA; POR LO CUAL SE VIO OBLIGADO HASTA ACUDIR A LOS BANCOS LOCALES PARA OBTENER DINERO POTABLE.
ResponderEliminarASÍ QUEDÓ DEMOSTRADO QUE EL DÓLAR YANQUI YA NO ES EL REY DE LAS MONEDAS.
AFIRMA RAFRACHACA.-