Un día de estos pasé por una sucursal de la ANDA y era impresionante la cantidad de gente humilde haciendo cola, esperando estoicamente para ser atendidos. Los recibos habían llegado a sus casas con aumentos excesivos. Quienes normalmente pagan seis dólares mensuales, ahora mostraban la cifra de doce y hasta quince dólares. Apenas unos días atrás habían tenido que cancelar cantidades semejantes por el servicio de energía eléctrica. Esta situación no se había vivido antes, a pesar de que los gobiernos areneros eran insensibles y nunca se esforzaron por atender las demandas de la población.
Con el "nuevo gobierno", votado mayoritariamente en las elecciones presidenciales por la gente, se esperaba un horizonte distinto, humano, próspero y sensible a las peticiones del pueblo. Ahora sobran ataques francos o solapados, dudas –acentuadas éstas últimas en encono— por el irremediable aumento en las tarifas del agua. Al menos, en una medida urgente, se ha tomado la decisión de “congelar” los pagos de recibos donde aparecen aumentos no justificados, mientras se analiza de manera integral el problema. Ojalá en el futuro se corrijan y no repitan episodios tan dramáticos, que afectan la ya precaria economía de humildes hogares salvadoreños.
La meta de este gobierno debe ser la felicidad y la prosperidad de los salvadoreños, de las familias más vulnerables. El salvadoreño, preocupado por los problemas nacionales, entenderá y respaldará todos los pasos que lleven a extirpar la injusticia, combatir el alto costo de la vida y generar empleos de calidad. Pero este compatriota merece de parte de las autoridades gubernamentales, el autentico respeto que implica un esfuerzo tenaz, decidido por colaborar con todas aquellas tareas que busquen la plena realización como un ser útil y productivo.
La prosperidad de nuestro país no llegará por decreto o mandato divino, como insisten en proclamar los fanáticos religiosos. Desde siglos, por cierto, casi todos los pueblos que han influido en la cultura y civilización humanas, se hacen provenir de la divinidad. Como lo dijimos ya hace rato, hijos de los dioses eran los emperadores chinos, los brahamas hindúes, los faraones egipcios, los reyes griegos y los césares romanos. En América, pueblos de origen solar, atlante o teogenético, fueron los incas, los mayas, los aztecas. Con tal leyenda los pueblos han justificado, lo mismo su ciencia y arte, que sus conquistas; es decir, el conocimiento, la imaginación y la fuerza.
A estas alturas del siglo XXI todavía seguimos escuchando tales prédicas. Se exige y se reclama al gobierno, pero en el fondo muchos esperan que “su Dios” les resuelva todos sus problemas. Se le ruega a la divinidad del más allá. Muy extraño, pero desde hace mucho tiempo, aquél que sabe, que se cree superior a los ignorantes, que les hace la guerra y los somete, sintiéndose autorizado para hacerlo. Las mayores crueldades de la Historia se han realizado con esa errada creencia. Pero, en fin, el mito y la leyenda son eficaces en cuanto que obligan a los hombres a forjar obras “del tamaño del dios”. Igualar la fuerza del rayo o volar como las aves –obra divina—, fueron metas que el hombre al fin alcanzó, completando además muchas otras que produjeron y aún producen, admiración de los extraños y orgullo de los propios.
En el país únicamente saldremos adelante sí el gobierno realiza obras de beneficio popular, proyectos sensatos y necesarios para nuestro desarrollo: un plan intensivo de vivienda popular, reformas integrales y profundas en la salud y en la educación; recaudación fiscal eficiente, con el combate franco a la evasión y la elusión, el contrabando y la corrupción; un plan sostenido en el tiempo para generar trabajo mediante la inversión pública y los incentivos a las empresas privadas (no hablamos de concesiones ni privilegios, mucho menos aceptar presiones y chantajes); desarrollo agrícola en todos los rubros, con un apoyo técnico y crediticio a los pequeños y medianos productores; la agilización de la entrega de títulos de propiedad de parcelas agrícolas y una permanente capacitación a campesinos y cooperativistas desde instituciones como el Centro Nacional de Tecnología Apropiada (CENTA). Demás está decir que este gran esfuerzo debe contar con el aporte decidido de todos los salvadoreños. Rezando, elevando plegarias, invocando la presencia divina, pero utilizando las herramientas insustituibles de la imaginación y la creatividad.
Esas justificaciones para “retrasar” obras y no ejecutar proyectos, no deben permitirse ni permanecer en la agenda del “gobierno del cambio”. No hay derecho a equivocarse. La oportunidad es única y debe aprovecharse. Olvidemos el triste pasado, también el pretexto divino, como aquello de que el pueblo del sol, tenía que alimentar con sacrificios al sol para que su luz no se apagase. El sol se comería la esencia de la sangre, pero su hedor histórico quedó. Cómo paliar entre los pueblos vencidos el trato que les daban? Cómo disminuir el odio y suscitar la admiración? Sencillamente contando a los demás que eran descendientes de los dioses, herederos de la Cultura Pipil o Maya! Los olores ahora deben quedar en obras, en hechos beneficiosos para las mayorías. Todo parte también de combatir el fanatismo, la incredulidad, los mitos y las leyendas.
Somos categóricos en algo: los salvadoreños debemos pagar lo justo por los servicios esenciales del agua y la energía eléctrica, tener acceso gratis a la salud y a la educación. Ser forjadores de nuestro destino, trabajadores incansables, pero prontos en el reclamo cuando no se están haciendo bien las cosas. El gobierno es un administrador de la cosa pública y todos los funcionarios cumplen o deberían cumplir eficientemente con la tarea encomendada. El mandatario, que no debe ser un mandamás, está en el deber y en el derecho de quitarlos cuando no cumplen con el encargo; pero también de premiarlos o felicitarlos cuando hacen lo contrario.
De unos y otros hay deberes, derechos y obligaciones, no sólo por lo estipulado por la Constitución, sino como parte de la honestidad y la ética de trabajo. Por eso se nombran los funcionarios por “meritocracia”. El responsable del Ejecutivo también puede cometer errores, así como tener muchas virtudes, pero los salvadoreños tenemos el deber de señalarlo y premiarlo o fustigarlo. Lo primero cuando se hacen las cosas bien y lo segundo cuando los beneficios no llegan a las mayorías poblacionales.
El presidente debe ser moderado y humilde en las realizaciones, consecuente con sus actos, firme en sus decisiones, jamás ceder al chantaje o las presiones, apoyarse en ese mismo pueblo que lo llevó al cargo que hoy ostenta. Al final de la jornada, si se cumplen los pronósticos, mediante la observancia de los buenos propósitos, tendremos un país con mayor desarrollo económico y social y una nación feliz, próspera y preparada para enfrentar los retos por venir. Entonces todos podremos decir: misión cumplida!
Pocote
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El presidente debe ser firme en sus decisiones, jamás ceder al chantaje o las presiones, apoyarse en ese mismo pueblo que lo llevó al cargo..." POCOTE!!!!papa pero si eso ya todos los sabemos!!! lo que no sabemos es como hacer para que a nuestros HOMBRES valientes y cabales, no nos los mate la oligarquia!!! uno a uno los han ido matando, no respetaron ni a Monseñor y asi nos dejaron sin ningun lider, ¡¡¡Que desgracia mas terrible es esta oligarquia asesina...Y esta escasez de HOMBRES VALIENTES!!!
ResponderEliminarTROMPUDOS Y OCICUDOS; ESTO HUELE MUY MAL TANTA MUERTE Y ECHANDOLE LA CULPA SOLO A LAS PANDILLA. ASI COMENZO EL ACCIONAR DE LOS ESCDRONES DE LA MUERTE, EN LOS ANO 80,CON EL APOYO DE LA FUERZA ARMADA; CON SICARIOS FINANCIADOS POR LA OLIGARQUIA.USTEDES ESTAN EN LA JUGADA; ESTO MERECE UNA INVESTIGACIÓN. POCOS PERO CREO TODAVIA HAY HOMBRES Y MUJERES VALIENTES, QUE PODEMOS DAR LA LUCHA:
ResponderEliminarsALUDOS Y ADELANTE:
MF, dijo que trabajaria de la mano con la ANEP, en contra de la delincuencia, trabajar para ellos es matar, a mi tambien me huele muy mal todo esto, es repugnante ver al ejercito en las calles, entonces, donde esta el respeto al pueblo, a los acuerdos de paz; de seguro ya tienen reclutado al admirador de Maximiliano Hernandez, y del escuadronero de Dabuisson, me refiero al sombra negra, y mil usos mas de WILL SALGADO....
ResponderEliminarPongamonos las pilas, dejemos de andar con medias tintas, no olvidemos que jamas fueron tibios los genios, los santos, y los heroes...ahhhh y ya paremosle el carro a Funes, en que no ofenda a nuestro santo de america, MONSEÑOR ROMERO....
Es que eso de las tarifas de ANDA si que ha dado verguenza, pero ni los areneros hicieron un aumento tan descarado
ResponderEliminary ahora salen con que la gente va a pagar los medidores
nombre señores del FMLN todavia estan a tiempo de reaccionar
¡Claro que sí, reyzope! con mitos prehistóricos y presentes se construyó tanta malvada y cruel civilización mesopotámica, maya, incaica, hindú, japonesa y más; pues todas las mitologías, ---la judeocristiana para nosotros---, han sido, son (ojalá no sigan siendo), opio de tantos interesados en ganar premios celestiales sin siquiera haber hecho microscópico efuerzo para ello.
ResponderEliminarCuando la humanidad se libere de ese patológico deseo de ir al cielo, o temor a llamas también mitológicas; y aprenda a respetar con cariño a todo ser viviente sin intereses monetarios exagerados o estafadores, hasta entonces podremos hablar de paz en la Tierra a los Hombres de Buena Voluntad,.
rafrachaca