"La revolución, por pacífica que sea, no puede nunca ser un compromiso con la ley: es un compromiso con la historia y con las masas, sus protagonistas. El sentirse comprometido con la constitución burguesa, el no haber hecho nada para que la revolución sea un compromiso con la historia, con el curso objetivo de los acontecimientos y con las necesidades de los de abajo, podría configurar a un político de principios morales sólidos, pero no a un revolucionario. Así están planteadas las cosas. El presidente Funes no es un hombre revolucionario ni un hombre con doctrina; los cambios nada más llegarán hasta donde lo permita el político".
El diario de hoy publicó recientemente los resultados de una encuesta donde supuestamente la mayoría de personas consultadas “aprueba” la descalificación del presidente Funes al vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, sobre su apoyo al socialismo del siglo XXI, a la realización de la V Internacional y la condena al imperialismo norteamericano. El citado medio de propaganda dice también que “la mayoría de personas encuestadas no respaldan un sistema socialista para El Salvador y prefieren vivir en democracia”. Varios puntos por analizar, rechazar o comentar.
Lo que pasa en Venezuela, en nuestro país o en Honduras, no es inesperado. Los defensores de la “democracia capitalista” aparecen como lo que son: defensores a ultranza de un modelo de exclusión social y de explotación, de un régimen que exprime al máximo a los trabajadores, acumula riquezas para unas pocas familias y mantiene una sociedad totalmente desigual. El capitalismo respeta la democracia mientras puede -y hoy en día puede cada vez menos y en menos lugares-, pero renuncia a ella con toda tranquilidad cuando se trata de sostener el régimen de explotación de los pueblos. Abundan los ejemplos en varias partes del mundo, Estados Unidos, desde luego, a la cabeza, y marca la pauta para muchos otros, grandes y pequeños, tras de los cuales se esconden los empresarios ansiosos de ganancias cada vez mayores. Estos no se oponen a una corriente socialista de manera tan simple, lo hacen porque peligra su propia acumulación de riquezas.
Esta realidad está teóricamente generalizada desde hace mucho tiempo, en la tesis marxista de que ninguna clase social entrega el poder sin lucha, sin recurrir a todas las armas a su alcance. NADA NI NADIE HA PROBADO LO CONTRARIO. Los “teóricos” de la vía pacífica no pasan de ser racionalizadores de sus buenos deseos, en el mejor de los casos, o de su miedo, en el peor de estos. Por eso era previsible que en Venezuela, como en todas partes donde se anuncia la construcción del socialismo, así sea la versión noruega o la canadiense, la violencia entra en escena al mismo tiempo que se van produciendo modificaciones al sistema. Aquí, en El Salvador, con el sólo anuncio de la revisión tributaria, los “grandes empresarios” han puesto el grito en el cielo y se están oponiendo tenazmente a tan tibias reformas. Todos estos hechos internos, desde luego, se han mezclado con las declaraciones del vicepresidente Sánchez Cerén, quien, por cierto, nunca ha sido “santo de la devoción” de los sectores oligárquicos.
En Venezuela, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías ha dicho que las protestas y las “calenturas” de los oligarcas, no lo desviará de su propósito de construir un nuevo modelo económico, es decir el Socialismo del siglo XXI, ni mucho menos de armar a sus millones de seguidores para que en determinado momento puedan defenderse de las agresiones externas e internas. Las direcciones revolucionarias tienen el deber de reducir “los dolores del parto”, de hacer que el tránsito del capitalismo hacia el socialismo se haga con el mínimo de sacrificios para los trabajadores. En Honduras, los grandes empresarios y terratenientes todavía viviendo en la época feudal, procedieron de la manera más burda y cavernícola para ejecutar su golpe de esatado, por supuesto contando con la aprobación del imperialismo y de los asesores de la CIA, quienes claramente estuvieron desde el principio detrás del golpe que expulsó del gobierno al legítimo presidente Manuel Zelaya Rosales.
En este sentido, parece muy obvio que en Honduras había un tramo de camino por recorrer pacíficamente. Teniendo el gobierno, pero no el poder, parecía posible ir construyendo gradual, pero firmemente, los organismos de poder con una mayor participación de la población, de manera tal de ir introduciendo algunas reformas al sistema económico tan feudal que priva en esa nación centroamericana. Jamás nosotros escuchamos que de “entrada” se quisieran sentar las bases para arribar a un modelo socialista; con todo, el presidente Zelaya se encontró más temprano que tarde con la violencia reaccionaria. Las mínimas prestaciones como el aumento del salario mínimo, el reparto de parcelas agrícolas, la adhesión al ALBA y el anuncio de lograr una mayor participación de los hondureños en las gestiones gubernamentales, provocaron el pánico entre los sectores económicamente poderosos y la salida de los gorilas de sus jaulas.
En nuestro país también ocurren cosas extrañas, muy patéticas: las declaraciones aisladas del vicepresidente de la república han causado escozor en la piel y en el cuerpo de los oligarcas. Estas personas ancladas en la prehistoria creen que esas sencillas palabras, más las revisiones al sistema tributario o los públicos anuncios de introducir cambios en el anquilosado sistema educativo nacional, nos llevan irremediablemente a un proceso de cambios graduales e incruentos que de un solo golpe le quitarán el poder a la burguesía y se le entregará a los trabajadores. Esta quizás sería la última apreciación y comentario, con todo había que señalar que cada país tiene sus condiciones específicas y sólo en función de ellas puede establecerse de una manera correcta cuál es el momento de la organización, de la acumulación de fuerzas y cuál el de lanzarse al ataque, para decirlo de una forma simbólica. Venezuela no es lo mismo que El Salvador u Honduras. Aquí se alaba y se festeja el derroche, la corrupción generalizada y el modelo de privilegios que caracterizó a los cuatros regímenes areneros. Pero basta que un político se pronuncie a favor de un modelo más justo y equitativo para que salten los reaccionarios y que toda la jauría se vuelva contra el que se atrevió a hacer públicas semejantes declaraciones. Ah, raza de víboras!
El Salvador, más temprano que tarde, tiene que tomar una decisión sobre su futuro: nadie está pensando por el momento en construir un sistema socialista, en repartir por igual todos los ingresos (millonarios) que obtienen los empresarios e industriales. Lo que ocurre, ciertamente, es que con la expulsión de los areneros del gobierno, las cosas han alcanzado un nivel de cambio que obliga a la crítica y a la revisión de programas como el educativo, el de salud y las políticas agropecuarias. Por ejemplo, los gobiernos de Arena abandonaron totalmente el agro por considerar que era más rentable (para los capitalistas) importar la mayoría de alimentos, enlatados o no. Por el contrario, el primer gobierno de “izquierda” piensa lo contrario y por ello se ha acelerado la entrega de títulos de propiedad de las parcelas agrícolas. Lo mismo en la educación: la niñez fue ignorada por los regímenes anteriores; ahora ,al nomás comenzar el año lectivo, se entregarán uniformes, útiles escolares y zapatos a más de un millón de estudiantes. De igual manera se eliminarán ciertos programas que lejos de contribuir a la orientación de los educandos, les inculcan formas de consumismo e inclinación a “valores” extraños que nada o poco tienen que ver con nuestra idiosincrasia y nacionalidad.
El presidente Funes tiene su manera particular de concertar y opinar sobre temas espinosos, desde luego no siempre estará de acuerdo con lo expresado por dirigentes del FMLN; tampoco puede usar “mano dura contra los sediciosos”, como él quisiera. Lo decimos por los que obstinadamente se oponen tanto a las revisiones tributarias, como a los cambios en el sistema educativo. Sus opositores siempre atentos a cualquier declaración, lo llaman a mantenerse dentro de la constitución y de las reglas que norman la “democracia”. Es decir, en las sombras le están diciendo “tenga cuidado y mírese en el espejo de Honduras”. Por eso han hecho tanto escándalo con las declaraciones de Sánchez Cerén, un poco por “cierto temor”, pero más para sembrar cizaña y fomentar la división entre el mandatario y el partido en el gobierno. Aparte del hecho evidente de que están intentando desestabilizar al gobierno sin necesidad de pretexto alguno. En lo particular, lamentamos que el presidente manifieste una impotencia total ante la embestida de la reacción. Duele que sea verdad lo que se dice. Porque parece ser que se ha dado marcha atrás en algunos cambios en la “reforma” tributaria, amputada de sus puntos más importantes.
El dinosaurio de el diario de hoy, puede dormir tranquilo por esta noche. No se está caminando hacia “ideas socialistas”, al menos en estos cinco años. El FMLN nada más intenta hacer un buen gobierno, concretar esperanzas y promesas de campaña, generar posibilidades amplias de trabajo, combatir la corrupción y la delincuencia común. Pero, más allá de estas puntualizaciones, nosotros nos preguntamos qué han hecho los seguidores del presidente y del FMLN en estos seis meses? No que ha hecho el régimen y el mandatario. Ambos están sometidos a intensas presiones: ya conocemos por dónde se orientan los capitalistas, lo que desean y esperan.
Cómo, entonces, complacer a las mayorías poblacionales si se está impidiendo acceder a mayores ingresos vía la tributación para hacer las necesarias obras que todos anhelan? Eso de ser “revolucionario” e intentar cambiar todo de manera drástica, no es sencillo. El revolucionario tiene que crear las condiciones para la revolución, tiene que hacer posible lo que es necesario. No basta ser político para ser revolucionario. El político toma decisiones políticas, decisiones que constituyen el pan nuestro de cada día, que modifican uno u otro aspecto, aquí y allá de lo establecido. Se entiende ahora dónde está ubicado el presidente Funes y dónde el partido y los dirigentes del FMLN?
En su debido momento, espacio y tiempo, los unos tomarán decisiones históricas que cambiarán de raíz la realidad. Por eso la revolución, por pacífica que sea, no puede nunca ser un compromiso con la ley: es un compromiso con la historia y con las masas, sus protagonistas. El sentirse comprometido con la constitución burguesa, el no haber hecho nada para que la revolución sea un compromiso con la historia, con el curso objetivo de los acontecimientos y con las necesidades de los de abajo, podría configurar a un político de principios morales sólidos, pero no a un revolucionario. Así están planteadas las cosas.
Desde el momento en que se establece el acuerdo Funes-FMLN, ya estaban planteadas desde el principio. El presidente Funes no es un hombre revolucionario ni un hombre con doctrina, los cambios nada más llegarán hasta donde lo permita el político. Por lo demás este nuestro proceso “de cambios”, muestra las quiebras, las grietas y las dificultades objetivas que presenta un gobierno sin una dirección partidaria sólida y homogénea, con corrientes antagónicas en su interior y con la imposibilidad objetiva de tomar decisiones de alcance histórico. No estamos “haciendo un revolución”, está sería la última consideración. Sin embargo, sí es un gobierno válido, totalmente aprobado y electo por más de un millón de salvadoreños, lo cual merece el respeto de propios y extraños. Y esto es importante y encierra grandeza histórica. Verdad, señores oligarcas?
EL MEJOR DE TUS ARTICULOS, POCOTE. CON ESTO RESUMIS LA REALIDAD DE LAS COSAS.
ResponderEliminarYo solo concluyo esto: A Funes le faltan cojones para gobernar, simplemente la oligarquia ya le torcio el brazo.
ResponderEliminarMe parece Pocote que se esta aventurando en algunas afirmaciones.
ResponderEliminarPor ejemplo cómo define usted a un hombre revolucionario y doctrinario?. Porque le podria decir que dentro de las izquierdas latinoamericanas hay personajes que ni a caricatura de revolucionarios llegan. Verbigracia Daniel Ortega.
Ser de izquierda doctrinariamente es una limitante, no una ventaja, porque el compromiso es partidario aunque digan que es con el pueblo, se quedan a ser guardianes ideológicos de politicas ora atinadas ora tendenciosas y erradas de un grupo de individuos que como en todo, hay de todo.
Por lo tanto comparto cuando dice que Mauricio puede hacerlo bien, pero no comparto la crítica a su estilo inalienable, porque ésa es una garantía. Sabe?, el pensamiento monolítico y la unidad granítica no existe, es la mayor falacia de las izquierdas.
Yo soy una persona militante de las causas justas y vengo de darme con la piedra en los dientes de confiar a ciegas en las izquierdas. Tambien en las izquierdas sacrifican revoluciones sabe. No crea que la izquierda está en la cima de la razón. En la cima de la razón está el pensamiento libre.
Espero que publique mi comentario, no como los de contrapunto que solo lo que les gusta publican.
EL REVOLUCIONARIO ES EL QUE REVOLUCIONA EL ORDEN ESTABLECIDO, DANDOLE UN ORDEN NUEVO Y JUSTO.
ResponderEliminarLA PALABRA REVOLUCIONAIRO NO ES ESCLUSIVA DE LA IZQUIERDA. LOS HOMBRES QUE POR PRIMERA VEZ DOMINARON EL FUEGO FUERON REVOLUCIONARIOS.
felicitaciones por este articulo srs. trompudos: aca se resume toda la realidad nacional. No debemos estar pidiendo todos los cambios que quisieramos; como tampoco debemos ser conformistas con lo que nos han dado hasta el momento, los cambios vienen poco a poco, y nuestro deber es empujar estos cambios....los oligarcas quieren ver a un pueblo dividido con su partido y su presidente; pero no lograran eso, desde ahora debemos proyectarnos a las proximas elecciones en donde el fmln, temga mas presencia y mas control de los destinos del pais para bien de nuestro pueblo...
ResponderEliminarviva el fmln
viva la v socialista
viva mauricio funes
viva el salvador
TROMPUDOS, hoy ustedes y la mayoría de personas que sean consultadas en este Blog (una encuesta) si se “aprueba” la descalificación del Diario de Hoy Como "Medio de Comunicacion"
ResponderEliminarEntonces Pocote?... satisfecho con el desempeño del Presidente Funes, yo no lo estoy creo que las expectativas que nos generò fueron mucho mayores, pero a lo mejor sea lo maximo que permite esta oligarquia recalcitrante, so pena de hacer efectiva la solucion catracha.
ResponderEliminarTrompudos ustedes se mandan con sus artículos. Me gustaría escribieran algo sobre las encuestas que acada rato publican los medios DIABOALICOS DERECHISTAS, porque creo aquí hay intensiones PERVERSAS para confundir al pueblo.Hoy alaban y le echan flores a Mauricio PERO; DESALIFICAN AL FMLN . Estos desgraciados CORRUPTOS ASESINOS; SON HABILES PARA SEMBRAR ODIO Y DIVIDIR PERO EL PUEBLO DEBE SER MAS INTELIGENTE.
ResponderEliminarFELICITACIONES SIEMPRE LOS LEO. SALVADORENA MIGRANTE:
Exelente articulo, mis felicitaciones Pocote
ResponderEliminarla "nueva estrategia" de los "medios de comunicacion", ARENA y sus plumiferos y analistas es bien simple:
separar lo mas posible a Funes del FMLN y atacar al FMLN como el "malo"
¿que buscan con eso? impedir que la imagen bien evaluada de Funes le rinda reditos al FMLN, si se fijan Funes sale bien evaluado, el FMLN sale bien evaluado eso es el miedo de ARENA
quieren hacer ver que los logros de la gestion de Funes son de el no no del FMLN y menos compartidos
Funes demostro otra vez que no esta interesado en hacer historia y menos en gobernar para el pueblo
ResponderEliminarcedio al chantaje de la oligarquia y la presion de sus medios y la reforma fiscal termino mutilada
¿sera que despues quiera aumentar el IVA y la renta? y como siempre pagar el pueblo
si eso es asi tenga por seguro señor presidente que el pueblo saldra a la calle
Para Garrobo:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que se "quite" el estatus de Medio de Comunicación a ese papel higiénico frustrado que es el Diario de Hoy, digo "quite", porque en realidad no se le puede quitar algo que no tiene: ser medio de comunicación.
Es más, convoco a un boicot popular contra ese papel inmundo para el día 10 de diciembre.
Desgraciadamente como pueblo acabado tal como lo han dejado las administraciones anterioresunu, no podemos lograr mucho sin una negociación con los mismos saqueadores, creo que no elegimos al "santo de los milagros" como Presidente y lo único que le queda es ser cauteloso al gobernar.
ResponderEliminarPueblo salvadoreno ORGANIZATE, PRESIONA,no dejesque esta TIMIDA Y TIBIA reforma fiscal se que quede solo en palabras solo, porque los mismos de seimpre la OLIGARQUIA, LOS NARCOTRAFICANTES, LOS QUE DESLFALCARON EL PAIS; QUIEREN SEGUIR SIENDO INTOCABLES.
ResponderEliminarVAMOS PUEBLO SALVADOENO!!!!!!.
SI ES POSIBLE HAY QUE SALIR A LAS CALLES; HACER HUELGAS DE HAMBRE, NO ASITIR A LOS TRABAJOS COMO MUESTRA DE RECHAZO....TODAL MAS JODIDOS NO SE PUEEDE ESTAR.