Hay que leer entre líneas

Tanto los gobiernos latinoamericanos como los pueblos tenemos que aprender a leer  las  "entre líneas" de lo que subyace en el discurso de los representantes de las embajadas yanquis en nuestros países. Las declaraciones de Robert Blau en El Salvador son algo  así como: o hacen lo que nosotros decimos o les damos golpe de estado. 

El golpe de estado en Honduras se caracterizó por una cínica dualidad yanqui: sí, somos nosotros, pero no somos nosotros, sino la Corte Suprema de Justicia Hondureña. Así, a lo largo de Latinoamérica se da el mismo patrón de política exterior imperialista que dice que están contra el ALBA y los que están con el ALBA están en su punto de mira. Han perdido Irak y están perdiendo Afganistán, necesitan otro teatro de guerra donde vender sus armas y donde puedan adueñarse de los recursos naturales que necesitan, y esa parte no es otra que el traspatio latinoamericano: Gas de Bolivia, Petroleo de Venezuela, Agua de la triple frontera, Tierras fecundas argentinas y brasileras, etc.

El mensaje parece ser ese y no el Good Morning, How Are You? Dicho mensaje no se da sólo en el lenguaje oral, escrito o televisivo, sino en el lenguaje que por su ausencia hace presencia manifiesta. Los medios de comunicación de la derecha con su cochina plumocracia articulera atacan abiertamente cualquier asomo de democracia  y usan las  viejas ambigüedades lingüísticas del periodismo oscurantista para tirar la piedra y esconder la mano.

Los ataques contra nuestro gobierno y el partido no se hacen esperar. Así, los militantes del FMLN que aun están en el CAM sufren a diario los ataques directos de una tal señora Larrave, de la misma forma han sido atacados el ISTA, Gobernación, Educación, Salud, etc., y los ataques se van a generalizar y profundizar en la medida que la desesperación de la derecha se incremente. Son sutiles, pero al mismo tiempo imbéciles; se olvidan, de primas a primeras, que el gobierno de Funes y Funes mismo es el presidente con mayor aceptación en Latinoamérica y vienen ataques de disidentes del partido que no alcanzan a comprender que se ganó una  elección y no una Revolución y que mejor se deberían preguntar cuál es la ayuda que están dando a nuestro sufrido pueblo.

Tenemos problemas, sí, inmensos problemas de los cuales no son responsables ni el gobierno ni el partido, sino que son legados de las pasadas administraciones. En tan sólo cinco meses y muy a pesar de toda la problemática heredada, el gobierno va saliendo adelante con mucho de la plataforma.

Nadie, absolutamente nadie puede asegurar que la problemática socio-económica de El Salvador tiene soluciones fáciles. Los males hechos por las antiguas administraciones, han calado  profundamente en los tejidos de la nación y desmontar un aparato de corrupción construido y desarrollado por más de doscientos años no será nada fácil: las dependencias gubernamentales casi en su totalidad mantienen su cultura de robo, negligencia y falta de inteligencia, todo marcha a lo que da el tiempo sin que haya un esfuerzo patriótico por sacar adelante al país.

El desparpajo de la derecha que ha perdido parcialmente el poder político y no el económico, nos habla de una corrupción alarmante y sonante: licitaciones amañadas,  nombramientos nepotistas y  desvios  de capital siguen su marcha costumbrista. Además, el lavado de dinero y el narcotráfico continúan corrompiendo al poder judicial, a las fuerzas armadas y a la policía nacional. Hay decenas de ejemplos de pequeñas y medianas  ciudades donde la policía se hace del ojo pacho con las maras, ciudades donde el pueblo les está diciendo: son diez los mareros, controlémoslos ahora que son pocos y sin embargo la policía no actúa porque también están siendo pagados por los criminales y sus patrocinadores.

Instituciones como el ISTA dan cuenta de miles de manzanas de tierras robadas al estado, bosques salados declarados de agua dulce para que los ricos los puedan escriturar, miles de manzanas asignadas a campesinos ficticios y que ahora resulta que los dueños viven en la Escalón, haciendas completas robadas al estado, lotes de cooperativas pagados por los cooperativistas y resulta que ni siquiera están registrados en las oficinas correspondientes, edificios cuyos dueños son políticos de derecha recibiendo contratos millonarios, miles de asesinatos y otros crímenes probados de los cuales el poder judicial se hace del ojo pacho, edificios de universidades y colegios levantados con el dinero del pueblo y asignados a propietarios privados, cientos de partidas fantasmas y planillas amañadas. Nombramientos nepotista de rueda de caballito donde hasta el más ígnoro de los parientes de los políticos aparece en puestos encumbrados y con salarios celestiales; politicos vuelto empresarios compra nombres,  derechistas de capa y espada vueltos revolucionarios y populistas de la noche a la mañana, un cuerpo diplomático formado por asesinos, drogos, traficantes y borrachos y medios de comunicación más asesinos que los mismos  sicarios. Desmontar un aparato así de condicionales, no será posible con paños tibios, ni con guantes de seda y nada cambiará si no se cambia inmediatamente el currículo educativo y si  todos no tratamos de irnos formando con una nueva ética y una nueva moral que nos lleve a tratar de salir del muladar en que ahora nos encontarmos.

Hay que leer las ENTRE LINEAS DE TODO: al fin y al cabo ofrecer no es lo mismo que dar, el primero es de segunda conjugación, el último de primera.

Paul Fortis

Colaboración

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