Durante el año que va terminando, hemos podido ver cómo dos fenómenos sociales han recorrido y siguen recorriendo el país, de frontera a frontera. Se llaman: crisis económica y delincuencia galopante. A veces parecen, más bien, los estandartes de dos tendencias, las puntas primordiales de corrientes políticas agazapadas que, en ocasiones, semejan ser como esos espantapájaros que los humildes campesinos colocan en sus maizales de temporada para prevenir la merma de sus cosechas.
Hace tiempo que en El Salvador no tenemos buenas temporadas ni épocas de paz; esos fantasmas que hemos aludido tienen periodos en los que se esconden o desaparecen; pero, de pronto, nuevamente toman forma, ya sea en terribles acontecimientos (el derrumbe del sistema financiero mundial nos ha afectado demasiado), ya en denuncias airadas, protestas y acciones particulares de venganza de quienes sufren y han sufrido el flagelo de la delincuencia. Los grandes capitalistas saben cómo enfrentar la crisis del modelo: unos acudiendo al auxilio de los gobiernos, casos concretos de Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido; otros protegiendo sus ahorros, nacionalizando las pérdidas y privatizando las ganancias. Pero el crimen organizado y la violencia común son más difíciles de resolver, sobre todo en países como el nuestro, tan pobres, deprimidos y sin recursos energéticos ni materias primas.
Enmedio de semejante crisis surgen otros problemas como las inconformidades y los ataques mediáticos de sectores económicamente poderosos, los cuales se sienten amenazados por medidas, así sean tibias, de gobiernos progresistas. Lo estamos viendo en nuestro país: el “gran” sector empresarial se entretiene y goza en criticar y amenazar al gobierno de turno por ciertas revisiones; “reformas” le dicen al sistema fiscal. Como hace años lo hicieron sus abuelos y sus padres, repiten los hechos y las palabras del pasado (les recomiendo repasar los argumentos utilizados para justificar el genocidio de 1932: nunca tuvieron la delicadeza de señalar la depresión económica, la falta de trabajo y los miserables salarios pagados a los artesanos y campesinos, sino que directamente culparon al “comunismo internacional” de los graves acontecimientos de ese y posteriores años). Hay estudiosos que aseguran que al “fantasma” de la delincuencia lo avivan quienes se lucran con el narcotráfico, la venta de armas, las agencias de seguridad y el contrabando.
Y, cosa extraña, parte de la lucha de contrarios: ambos han tenido largos periodos en que se amenazan, se asustan, se previenen. Los empresarios e industriales protestan hipócritamente por las extorsiones, los secuestros, los robos, asaltos y homicidios; pero pasado un tiempo, como que esas amenazas las disfrazan o las guardan en el ropero de trebejos y se unen, contentos, a proseguir el juego de la vida nacional en aparente armonía y concierto. “Mientras no nos afecten en nuestros negocios, dejemos al gobierno hacerle frente a los pandilleros”, parece ser la consigna repetida hasta el cansancio. Es más fácil señalar a Satanás como el responsable de todos los males, incluso el pecado original, que acusar a los grandes evasores de impuestos, a los corruptos y a los contrabandistas. Y como las iglesias de distinto signo les hacen segunda o primera, pues todos felices.
Es como esa economía del rebalse a la que en más de alguna oportunidad hemos hecho alusión: si nos das algo de lo que tienes y has acumulado para repartirlo entre los que nada tienen y mucho necesitan, vamos a seguir en los negocios, para que los salvadoreños “tengan algo”. Aconsejan al gobierno hasta los límites por llegar en materia de “reformas”, lo estamos viendo con la revisión fiscal; pero no son capaces de admitir lo injusto del sistema tributario en general, la inequidad de nuestra sociedad, donde hay unos pocos que lo poseen todo y las inmensas mayorías poblacionales que desde siempre languidecen en la peor de las miserias. De este extremo, por cierto, surge la inconformidad, parte de la delincuencia común, las pandillas y quizás las “maras”; aunque hay estudiosos que sostienen que éstas se originan en los Estados Unidos, pero siempre el tronco común de su génesis es la pobreza extrema.
Por cierto, en este apartado de la “reforma fiscal”, las cúpulas empresariales han dicho que de persistir el gobierno en estas medidas, desquiciarán al país, hundirán la economía nacional, los capitales huirán al exterior, subirá más y más el costo de la vida, la carestía y la falta de producción traerán el hambre y el caos y entonces se tendrá que recurrir a medidas extremas, como lo ocurrido contra el presidente Manuel Zelaya Rosales en Honduras.
Más “fantasmas” asoman en el horizonte opaco de nuestra geografía. El presente gobierno tiene todo el apoyo popular para ir más a fondo en sus cambios, para cambiar las reglas del juego e inclinar la balanza hacia el lado de la justicia. ¿Temor? ¿Desconfianza e inseguridad en sus propias valoraciones? Los revolucionarios conscientes del FMLN siempre pensaron en una guerra prolongada y muy pocos creyeron en una insurrección general, temían que el pueblo no se les uniera y a la “hora señalada” no tomara las armas. ¿Ocurrirá algo similar con el gobierno del presidente Funes? Porque todo indica que está cediendo a las presiones de la oligarquía, al menos en este punto de las revisiones fiscales.
Los retardos, así como las constantes reuniones, son peligrosos. La experiencia dice que luego de constantes amenazas de unos y argumentaciones de los otros, los sectores opuestos transigen, igualan sus deseos en “aras del patriotismo y del porvenir”; se vuelven a reunir, forman comisiones conjuntas, hacen declaraciones cordiales y apaciguadoras, los empresarios y los funcionarios se declaran socios y no rivales, y todo parece arreglado. Hasta que nuevamente surgen las inconformidades y los choques. Los empresarios se vuelven “progresistas”, muchos hasta repiten términos del socialismo, mientras los líderes se tornan hacia el capitalismo. Todos conocen mutuamente lo que tiene cada uno y emprenden otro periodo de cooperación que, más tarde y bruscamente, se interrumpe de nuevo. ¿Y el pueblo? Muy bien, gracias! Así no es posible llegar al cambio y a las necesarias transformaciones para atender a los más vulnerables, a los oprimidos y a los marginados de la sociedad. El presidente Funes conoce muy bien esta situación, lo conoció de cerca durante la campaña electoral y se ha reafirmado en la triste desolación y en la pobreza extrema que viven miles de compatriotas en este desastre causado por las recientes inundaciones.
No podemos permitir que se nulifiquen las intenciones y los buenos propósitos, para evitarlo es necesario rechazar las presiones, las amenazas y los chantajes: si los grupos económicamente poderosos, es decir, si la oligarquía no quiere acepar las tibias reformas al sistema fiscal, el gobierno está en la obligación de hacer cumplir la ley, de sentar un precedente, puesto que la demora es peligrosa y evita seguir caminando en la ruta del progreso. El presidente Funes y sus funcionarios, si marchan en esta lógica, deben recibir el apoyo de la población. Por lo demás, según las encuestas, está en la cúspide de su poderío político personal y se halla cubierto de toda clase de halagos, individuales y familiares. Aproveche todo este caudal político y emocional, presidente, y éntrele de lleno, con vigor y decisión, a las “reformas fiscales”.
Hace tiempo que en El Salvador no tenemos buenas temporadas ni épocas de paz; esos fantasmas que hemos aludido tienen periodos en los que se esconden o desaparecen; pero, de pronto, nuevamente toman forma, ya sea en terribles acontecimientos (el derrumbe del sistema financiero mundial nos ha afectado demasiado), ya en denuncias airadas, protestas y acciones particulares de venganza de quienes sufren y han sufrido el flagelo de la delincuencia. Los grandes capitalistas saben cómo enfrentar la crisis del modelo: unos acudiendo al auxilio de los gobiernos, casos concretos de Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido; otros protegiendo sus ahorros, nacionalizando las pérdidas y privatizando las ganancias. Pero el crimen organizado y la violencia común son más difíciles de resolver, sobre todo en países como el nuestro, tan pobres, deprimidos y sin recursos energéticos ni materias primas.
Enmedio de semejante crisis surgen otros problemas como las inconformidades y los ataques mediáticos de sectores económicamente poderosos, los cuales se sienten amenazados por medidas, así sean tibias, de gobiernos progresistas. Lo estamos viendo en nuestro país: el “gran” sector empresarial se entretiene y goza en criticar y amenazar al gobierno de turno por ciertas revisiones; “reformas” le dicen al sistema fiscal. Como hace años lo hicieron sus abuelos y sus padres, repiten los hechos y las palabras del pasado (les recomiendo repasar los argumentos utilizados para justificar el genocidio de 1932: nunca tuvieron la delicadeza de señalar la depresión económica, la falta de trabajo y los miserables salarios pagados a los artesanos y campesinos, sino que directamente culparon al “comunismo internacional” de los graves acontecimientos de ese y posteriores años). Hay estudiosos que aseguran que al “fantasma” de la delincuencia lo avivan quienes se lucran con el narcotráfico, la venta de armas, las agencias de seguridad y el contrabando.
Y, cosa extraña, parte de la lucha de contrarios: ambos han tenido largos periodos en que se amenazan, se asustan, se previenen. Los empresarios e industriales protestan hipócritamente por las extorsiones, los secuestros, los robos, asaltos y homicidios; pero pasado un tiempo, como que esas amenazas las disfrazan o las guardan en el ropero de trebejos y se unen, contentos, a proseguir el juego de la vida nacional en aparente armonía y concierto. “Mientras no nos afecten en nuestros negocios, dejemos al gobierno hacerle frente a los pandilleros”, parece ser la consigna repetida hasta el cansancio. Es más fácil señalar a Satanás como el responsable de todos los males, incluso el pecado original, que acusar a los grandes evasores de impuestos, a los corruptos y a los contrabandistas. Y como las iglesias de distinto signo les hacen segunda o primera, pues todos felices.
Es como esa economía del rebalse a la que en más de alguna oportunidad hemos hecho alusión: si nos das algo de lo que tienes y has acumulado para repartirlo entre los que nada tienen y mucho necesitan, vamos a seguir en los negocios, para que los salvadoreños “tengan algo”. Aconsejan al gobierno hasta los límites por llegar en materia de “reformas”, lo estamos viendo con la revisión fiscal; pero no son capaces de admitir lo injusto del sistema tributario en general, la inequidad de nuestra sociedad, donde hay unos pocos que lo poseen todo y las inmensas mayorías poblacionales que desde siempre languidecen en la peor de las miserias. De este extremo, por cierto, surge la inconformidad, parte de la delincuencia común, las pandillas y quizás las “maras”; aunque hay estudiosos que sostienen que éstas se originan en los Estados Unidos, pero siempre el tronco común de su génesis es la pobreza extrema.
Por cierto, en este apartado de la “reforma fiscal”, las cúpulas empresariales han dicho que de persistir el gobierno en estas medidas, desquiciarán al país, hundirán la economía nacional, los capitales huirán al exterior, subirá más y más el costo de la vida, la carestía y la falta de producción traerán el hambre y el caos y entonces se tendrá que recurrir a medidas extremas, como lo ocurrido contra el presidente Manuel Zelaya Rosales en Honduras.
Más “fantasmas” asoman en el horizonte opaco de nuestra geografía. El presente gobierno tiene todo el apoyo popular para ir más a fondo en sus cambios, para cambiar las reglas del juego e inclinar la balanza hacia el lado de la justicia. ¿Temor? ¿Desconfianza e inseguridad en sus propias valoraciones? Los revolucionarios conscientes del FMLN siempre pensaron en una guerra prolongada y muy pocos creyeron en una insurrección general, temían que el pueblo no se les uniera y a la “hora señalada” no tomara las armas. ¿Ocurrirá algo similar con el gobierno del presidente Funes? Porque todo indica que está cediendo a las presiones de la oligarquía, al menos en este punto de las revisiones fiscales.
Los retardos, así como las constantes reuniones, son peligrosos. La experiencia dice que luego de constantes amenazas de unos y argumentaciones de los otros, los sectores opuestos transigen, igualan sus deseos en “aras del patriotismo y del porvenir”; se vuelven a reunir, forman comisiones conjuntas, hacen declaraciones cordiales y apaciguadoras, los empresarios y los funcionarios se declaran socios y no rivales, y todo parece arreglado. Hasta que nuevamente surgen las inconformidades y los choques. Los empresarios se vuelven “progresistas”, muchos hasta repiten términos del socialismo, mientras los líderes se tornan hacia el capitalismo. Todos conocen mutuamente lo que tiene cada uno y emprenden otro periodo de cooperación que, más tarde y bruscamente, se interrumpe de nuevo. ¿Y el pueblo? Muy bien, gracias! Así no es posible llegar al cambio y a las necesarias transformaciones para atender a los más vulnerables, a los oprimidos y a los marginados de la sociedad. El presidente Funes conoce muy bien esta situación, lo conoció de cerca durante la campaña electoral y se ha reafirmado en la triste desolación y en la pobreza extrema que viven miles de compatriotas en este desastre causado por las recientes inundaciones.
No podemos permitir que se nulifiquen las intenciones y los buenos propósitos, para evitarlo es necesario rechazar las presiones, las amenazas y los chantajes: si los grupos económicamente poderosos, es decir, si la oligarquía no quiere acepar las tibias reformas al sistema fiscal, el gobierno está en la obligación de hacer cumplir la ley, de sentar un precedente, puesto que la demora es peligrosa y evita seguir caminando en la ruta del progreso. El presidente Funes y sus funcionarios, si marchan en esta lógica, deben recibir el apoyo de la población. Por lo demás, según las encuestas, está en la cúspide de su poderío político personal y se halla cubierto de toda clase de halagos, individuales y familiares. Aproveche todo este caudal político y emocional, presidente, y éntrele de lleno, con vigor y decisión, a las “reformas fiscales”.
Pocote
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DENUNCIA PUBLICA CONTRA JEFE DE LA
ResponderEliminarSUB- DIRECCION ADMINISTRATIVA DEL ISSS
Estimado pueblo salvadoreño y señor presidente Mauricio funes Cartagena
Deseamos expresar nuestra preocupación por la situación que se vive en el area administrativa del ISSS de la nueva administración, se penso que al llegar nuestro ansiado cambio en el seguro tambien se viviría un ambiente de armonia el cual si lo transmite nuestro buen y bondadoso director, pero un personaje llamado subdirector administrativo, Lic. René Antonio Sánchez ha llegado a ser un despota, prepotente maltratador de empleados ya que a sus jefaturas subalternas y sus empleados los trata mal.incluso a secretarias y ordenanzas que el piensa que son sus sirvientes ya que a estos ultimos los ultraja en las reuniones
Al llegar a su despacho despidio a dos de sus jefaturas por causas que ellos saben y los cheques de indemnización les salieron a principios de Octubre, fecha desde la cual mantiene en su oficina y por puro capricho no los ha firmado, hasta cheques de proveedores de la institucion que exigent su pago si no se vienen sus empresas a la quiebra hasta cotizaciones del mismo sindicato, ya que los señores de la actual junta directiva tienen su conocimiento y se hacen los del ojo pacho ya que el señor Javier ayala y ferman Antonio rivera han dado lineamientos de no aggression contra jefaturas ya que estos protegen por medio del sindicato a jefaturas areneras que se mantienen en el poder tal es el caso de la lic. Menjivar jefe de riesgos profesionales. Esta señora ya esta pensionada y sigue laborando en la institucion con doble sueldo al igual que su esposo edgardo soto jefe del departamento de estadistica , otro prepotente apadrinado por el lic.rene Antonio sanchez es el jefe de division ing raul rivas montalvo todos estos sonhasta la fecha, unos doble cara porque ante el querido director lo engaña aparentando que es muy amable, atento y que todo lo va solucionar, pero a costillas de sus empleados y con gritos causando temor todos los dias.
Por favor, esto no es una mentira, investiguenlo, compruebenlo y ayudenos a librarnos de este tipo que de trato humano no tiene nada, que creen que causando intimidación van a generar cambios, eso no es lo que nuestro querido y respetable presidente por el cual votamos quisiera que estuviera sucediendo en el ISSS.
Gracias por su espacio.
Atentamente
Gabriel Martinez
Ya Funes empieza a decpecionarme, ya esta cediendo a los chantajes mediaticos de la oligarquia
ResponderEliminarejemplo de ello es que han eliminado algunas reformas fiscales ¿en que estamos entonces?
aqui se ha acostumbrado desde siempre a ver a los ricos y empresarios como "los sostenes del pais" como los intocables, los todopoderosos
lastima que con Funes, este feudo no pinta que va a cambiar
Hoy los plumiferos y "analistas" han afilado sus plumas con mas filo contra Mauricio Funes y el FMLN
ResponderEliminarque terquedad de estos señores ¿no les quedo claro el mensaje del 15 de marzo?
por mas que hablen pestes y veneno contra el nuevo gobierno, el pueblo al igual que lo hizo el dia de las elecciones no les va a creer
lo mas risible es ver al concejal frustrado de soyapango, Daniel Rucks hablando pestes de mauricio en su programucho matutino
SOBRE ESTA REFORMA FISCAL QUE ESTA BIEN TIBIA; ESPERO NO LE TUERSAN LA MANO A FUNES. CASO CONTRARIO EL PUEBLO TIENE TODO EL DERECHO DE HACER UN LEVANTAMIENTO Y PRESIONAR:
ResponderEliminarES URGENTE, IMPORTANTES ESTAR UNIDOS.ESTOS OLIGARCAS NO ENTIENDEN QUE EN MUNDO ENTERO, EL DESEMPLEO ES EL CANCER QUE CARCOME A LA CLASE TRABAJADORA; Y QUE ELLOS SON LOS CAUSANTES CON SUS MEDIDAS NEOLIBERALES. MALVADOS DESGRACIADOS ENTIENDAN AL PUEBLO YA NO LE DAN ATOL CON EL DEDO:
no no engañemos, o a funes ya lo salvequio el capitalismo internacional, o a el ya no le importa todos esos cambios que denunciaba y visualizaba, mas creo en la primera, pero eso de la ley financiera es una burla para el pueblo, siempre al estilo de arena, que ya no se permitira las practica abusivas dicen los arenero, que mas abusibo es el hecho de que cuando ahorras en un banco te pagan 0.25% pero te descuenta por uso de tarjeta al final le sales debiendo y en la los creditos que te otorgan te cobran asta el 79%, dicen los areneros, que a partir de la ley se te va a informar que es lo que se te cobrara, estupidos si eso ya lo sabe la gente, creen pendeja a la gente, quieren aparenta que serraron oyito, pero no dicen que dejaron un gran porton abierto, nada les cuesta quitarle el nombre a los acrgos y pasrlo a los intereses, esto no a cambiado en lom minimo, sigue gobernando arena.
ResponderEliminarDea algun lado tiene que sacar Funes el dinero para sus proyectos y para el gasto social
ResponderEliminar¿lo va a sacar por primera vez tocando los intereses de los intocables?
o:
¿lo va a sacar de los pobres como siempre ha sido en este feudo?
SALVADOR YOCAMBIO: SEÑORES, ESTAS PSEUDOREFORMAS SON UNA BURLA PARA EL PUEBLO, CREO QUE CUANDO LA GENTE
ResponderEliminarSENCILLA SE DE CUENTA DE ESTE ENGAÑO SE LE VENDRÁ UNA HECATOMBE AL FMLN Y A FUNES, PRINCIPALMENTE.
Y ES QUE LOS PODEROSOS QUE OSTEN
TAN EL CAPITAL SON INTOCABLES, PORQUE SUS TENTÁCULOS ABARCAN A LOS
MILLONARIOS COMO A LOS QUE ESTAMOS COMIENDO MIER..... Y LA SEGUIREMOS
COMIENDO, PORQUE A ESTAS ALTURAS YA
SE HABRÍAN EMPLAZADO A TODOS LOS LADRONES, CORRUPTOS, NARCOS, EVASORES, COLUSORES, CONTRABANDISTAS ( LÉASE ARENAZIS )
Y AQUÍ NO SE VE CLARO NI SE VERÁ NADA EN LO QUE FALTA DE ESTE GOBIER
NO QUE SALIO COHETE SOPLADO.
NO ES QUE SI A FUNES LE TURCEN LA MANO LO ESCUPO, AHORA ES CUANDO TIENE LA APROBACION DELPUEBLO QUE ES LA MAYORIA QUE LE VALGA VERGA LO QUE DIGAN UN GRUPUSCULO DE EMPERESARIOS, QUE ES LAMINORIA, VANA A AHULLAR PEOR QUE SIRENAS PERO LO QU EINTERESA ES EL BENEFICIO DEL PUEBLO, PORQUE AUNQUE LES DE EL GUSTO DE NO IMPONER ESOS IMPUESTOS LE VA A ASEGUIR HACIENDO LA VIDA DE CUADROS, QUE NO SE DEJE QUE NO SEA PENDEJO!! AHORA ES CUANOD MAS SE NECESITAN FONDOS, EN DONDE HAN VISTO QUE PAISES COMO CANADA QUE TIENEN UN SERVICIOS DE SALUD EXCELENTE, CASI GRATUITO NO COBRA IMPUESTOS, SI CASI SE PAGAN LA MITAD DE SUELDO EN IMPUESTOS!! Y USTEDES CREEN QUE ESTOS CEROTES NO LO SABEN? CLARO QUE LO SABENPORQUE VIAJAN Y ALGUNOS HAN ESTUDIADO FUERA, LO QUE SUCEDE QUE AQUI EN SU FINCA EL SALVADOR ELLOS SON LE GRUPUSCULO PRIVILEGIADO DE SIEMPRE, PERONO SENHORES ESO DEBE DE CAMBIAR!!!! LADRE QUIEN LADRE LE DUELA A QUIEN LE DUELA... YA LO DIJO EL DR DADA HIREZI QUE ESOS IMPUESTOS SE DEBE HACER QUE QUIEREN QUE EL GOBIERNO HAGA SUS COSAS PERO SINPISTO Y EL MISMO LES MECIONO LO DE LOS OTROS PAISES, PERO CLARO COMO EL DR HIREZI CON LA EMINENCIA QUE ES ES DLE FRENTE NO LE HAEN CASO HIJOS DE PUTA MAS AMBICIOSOS SUCIOS! SOLOPIENSAN EN ELLOS QUE RAZA DE DESGRACIADOS SON ESOS!!!
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