Carta urgente a don Ponciano

EL ONIRISMO TRAGICÓMICO DE LA CHUS CHULUNCA

Ya vide que a usté, don Ponciano, le cuentan sólo cosas y casos de la vida real. Es por eso que yo me atreví a escribirle esta misiva con fecha de ocho. Yo le voy a contar un sueño que no sé cómo decifrarlo; usté dirá, don Poncia. No sé si es bueno, si es malo, mal augurio, o a saber qué; la verdad es que es la primera vez que me río tanto a pierna suelta, estando dormida.

Resulta que soy bastante religiosa y día y noche le pido a San Romero de América que haga una su piricuaca allá en el cielo y les mande ángeles para que les den en la madre a tanto rabioso que por tanto tiempo nos vienen jodiendo. Y veya, don Poncia, quizá el milagro ha comenzado a darse, gracias a mis pedimientos y a  los de todos los rojinoles. Tanteya usté?

Le cuento que anoche, después de haberme llenado la jupa de tanta política, comencé a tener este sueño que gocé tanto. Inmediatamismo que me desperté, pues me puse a escribirle esta carta, porque sino se me va y no pezco ningún recuerdo, así como se les está yendo la guayaba a la arenarquía, que un día fue vociferante y ahora sólo es pujos de chucho jiotoso y tísico.

Dice mi mariscal que anoche yo era una roncadera terrible, don Poncia, que yo ya parecía olla tamalera de tanto ronquido. El pobrecito no sabe que yo estaba embrocada y que esos suspiros eran otra cosa. Pero para no alargársela tanto (no vaya a ser jayán y pensar mal), le cuento que el sueño comenzó así: me desperté en Galerías, y ese sí que de verdad es sueño porque nunca he andado por ahí, las únicas galerías que conozco son las galerías de La Tiendona.

Pues mire que comienzo a ver un desfile a todo tecnicolor y en pantalla gigante, encabezado por tres cachiporronas empurradas y pasadas de tiempo: la doña Vilma Kuka Loca, La Milena la Desmelena y la Gloria Gallo Viudo. Detrás de ellas venían los cuatro manos largas: Chico Chipuste Asoliado Flores, el Chumpipón Desculado del Cachetón Sol, Don Vito Cocalero Cristiani y Ali Ba Ba Sacabuche Cerebro de Cuche.

Después de ellos los acompañaba una banda regimental formada por el sicariato tandónico, dirigida por los asesinos chafarotes que ya ni caminar pueden y que por peerse les salen premiados. Despues se veía la  carroza de las depiladas: la Guaya Suvillaga, la Tiburona Cagona Figueroa, la Robertilla Voz de Mamayita d'Assesinón,  la Cesárea Cejas de Paste Funes y el Poleciya Fracasado del Gallinávila.   Todas aguantando latigazos de la Milagro Navajas Cuatro Nalgas.

Más detrás venia un grupo encadenado, haciendo bulla con esas cadenas en el paimento, entre ellos Hill Cabeza de Foco Mathies, David Mañoso Gutiérrez, el Marrano Majano, Chico Pancho Paco Laínez, García te lo Aprieto, El Entubado Perla y Gutiérrez Castro, quienes lloraban a grito abierto.

Siguiéndolos venia la Plumocracia Arti-Culera, encabezada por la Kikona Altomarrano, Arenacho Rastrillo, La Perra Dutriz, Borja Nathan y Boris el Judío Bailando por un Leño Eserski y el alma en pena del Mayor Antorcha. Todos ellos venían siendo mordidos de las meras orejuelas por varios demonios rabiosos y caníbales.

Más atracito arrastraban a un puño de micos pangolines, como las hermanitas Marvina de Villalobos y el Huevo de Chumpa Crackero Jaleas, así como el pastor Meón Kirio Agualdo Salgado, el bolito chapín del Gómez Zarate -mejor conocido como "de Goma el Cerote"-, Claudina de la Rosca, la Nazi Chuca Paola Loser, la Tica Lafitta Fernanda y el enano banano Chávez Mena.

Habían rostros ahí tan opacos que no se distinguían, don Poncia, por más que yo aturrara las pepas. Pero medio reconocí a la Silvia Aguilucha, y ya casi llegando al final de la procesión venían el Capulina Ciruelo y el Pepesca Parkímetro, llorando su caída, acompañados de los doce del apocalipsis y su nuevo partido GANA (Gran Alianza de Bayuncos Apangados).

De pronto, don Poncia, sonaron unas trompetas celestiales y se pudo escuchar un coro angelical que cantaba así:

Han muerto los areneros
que descansen en paz
y ya no jodan más.
 
Perdónalos, Señor,
por tanto asesinato
mientras aquí, nosotros,
los verguiaremos por ratos.
 
Que no vuelvan, Señor,
de esa oscura gruta
y que se lleve el diablo
a tanto hijo de puta!

Ya al final venían los pastores de "Satanás ya no jodás", encabezado por Tobillo Becerro, Monseñor Alas Quebradas y Diablo Colindante. Todos, como le digo Ponciano, venían en un llanto colectivo como si era una manada de chivos hambrientos.

Al llegar al Salvador del Mundo, fueron recibidos a pura verga por la "Mara Los Huérfanos", quienes acuchillaban a diestra y siniestra a los participantes. De pronto, en medio de un mar de sangre pálida, el sueño se cortó por milésimas de segundos, para reaparecer en un Acelhuate desbordado, donde todos se montaban en el Metro Imaginario del Plante de Puro Apagado Quijasno y se hundían para siempre en el rio de churria al que pertenecen.

Yo, don Ponciano, no le pongo adornos a lo que vi en mi sueño, se lo cuento crudo porque pueden ser premoniciones. Espero que sea yo, devota eterna, el medio parasicológico para decirle a nuestro pueblo el futuro que está próximo.

Le pido me le diga al morenazo Leonel que me regale un par de uniformes o, aunque seya, una yarda de tela, ya que por eso me dicen "la chulunca" porque no alcanzo ni para que me lleguen a las rodillas, que ya las tengo peladas, no de tanto hincarme, sino por falta de cama.

Mándemele este sueño a don Chico Perico del CoLatino, a la  Patuka, al Rojinol, al Pastor Chamanga y al Dr. Zavanetas, para que me ayuden a decifrar esto y a que el pueblo, enque seya, sueñe como yo lo hago. Viera qué chivos son!

Siempre suya:

La Chus Chulunca

("Chulunca": que usa minifalda) 

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