A Roque Dalton no lo conocí físicamente, pero sí llegué a él una mañana de mi infancia, no recuerdo bien el día; y la curiosidad, eterna compañera, se impuso. Con el tiempo, y ávido de sus letras, busqué sus libros y, poco a poco, me volví daltónico, consecuencia inevitable al contrastar sus pensamientos con la realidad objetiva. De seguro en el ser del poeta bullían mariposas de múltiples colores, ríos, volcanes, madreselvas, mares y montañas, abejas y sus mieles, hombres, mujeres y niños jugando a la rayuela, el pan a tiempo, sonrisas, dolor, sangre vertida por la mano del opresor, llanto, desaparecidos políticos, exclusión social, represión, aves de rapiña convertidas en dictadores y serviles, marginalidad económica, fraudes electorales, tribunales de justicia plegados al poder, etc.
Roque Dalton, hombre, poeta, ensayista, abogado y antropólogo, de quien me cuentan algunos amigos y amigas, era cariñoso, jodedor y peleador, que con su prosa y sus versos escrutó las entrañas de la dictadura. Dicen que fue irreverente, pero quién diablos se toma en serio una dictadura? Los escribas lo condenaron por su joda recurrente a la enana oligarquía gonorreíca, matrona de fraudes electorales. Pero, yo creo que, además, fue por su devoción a amar la vida, por ser viento, fulgor y canto del pueblo.
Su palabra y su incomoda sapiencia, hicieron supurar las conciencias de los verdugos, causa suficiente para que conociera las mazmorras y las celdas clandestinas, su cuerpo torturado y quebrantado a consecuencia de su indoblegable conciencia militante, lo hicieron abrir una ventana en el rostro a fin de esperar a que llegara el turno del ofendido; y, de tarde en tarde, se la pasó en las tabernas y otros lugares, conoció los pequeños infiernos y luego de la mano de Miguel Mármol, rescató de la muerte del olvido a los masacrados del año 32.
Su vocación iconoclasta de la historia oficial, lo llevó a conocer las historias prohibidas del pulgarcito. Dicen que con su risa suelta y sus chistes de ocasión, hacia reír hasta las piedras y de paso sortear la clandestinidad. Que se cagó de la risa en las mismas barbas de los policías convertidos en esbirros, los mismos que le tendían celadas...y él les recitaba un poema de amor, y por arte de magia aparecía en una callejuela de Praga, justo a la hora de tomar el Sol.
Roque Dalton no fue un redentor, ni un intelectual de cartón, la materia le dolía. Además, se moría de rabia por El Salvador, al cual amaba aún a costa de su vida. Sentía un inmenso dolor por la miseria en que vivía la gente, muy especialmente por ellos, por los pobres, por los de siempre. En sus exilios obligados, llegó a sentir que su patria ya no era más, sino "ex-patria", pero eso no era más que un reflejo de su inmenso amor por su gente, por todos los que quedaron atrás, por aquellos con los que compartió las celdas clandestinas en sus continuas privaciones de libertad, por los que le tendieron una mano y un refugio para ocultarse de la parca, instrumento predilecto del régimen oficial para hacer valer la "democracia".
Era consciente de que el dolor de su pueblo sólo se curaba con una aspirina del tamaño del Sol y con mucho amor por la vida, amor que plasmó en su poema "Como tú" :
HOMENAJE A ROQUE DALTON EN Radio Habana Cuba-09-05-09 PARTE 1
Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos.
Y que mis venas no terminan en mí
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Hoy, 10 de mayo, se cumplen 34 años de su ejecución sumaria, de su vil y cobarde asesinato, antecedido de privación de libertad, acompañada de tortura psicológica y física. El crimen se ejecuto en un seudo "tribunal de justicia revolucionaria", en donde nadie, nadie tenía la capacidad de disentir. Sus verdugos ahora son rechonchas concubinas del imperio, defensores de proyectos neo coloniales, que en su momento dijeron combatir la injusticia, pero que hoy se han convertido en ciudadanos que retomaron "el camino de la recta razón", el "justo" camino con olor a divisa.
A Roque lo asesinaron por su único delito de disentir; o, acaso, habrán atisbado en su miopes intelectos, la dimensión histórica que llegaría a tener? O, acaso, su verdadero pecado era su enorme capacidad intelectual, no acorde con la de las concubinas del imperio? De seguro, Roque, desde donde esté, debe estarse riendo a carcajada suelta, viendo cómo sus verdugos ahora son "venerables analistas" al servicio de lo que tanto decían aborrecer. Se han convertido en discretos personajes de las sombras, a los cuales les vemos y leemos más por curiosidad masoquista, que por claridad intelectual.
A la distancia de los años, comprendemos, en su justa dimensión, el legado histórico de Roque Dalton y su obra intelectual. Estableciendo un símil, me atrevo a decir que con él comenzó en nuestro país, el lento y doloroso tránsito del mundo Tolomeico al giro Copernicano actual, cuya máxima expresión se visualiza en el triunfo electoral del pueblo. Dicho giro posibilita el crear un nuevo y mejor país. Esto es una oportunidad y nada más, el exito dependerá de todos y de todas, en la medida que como ciudadanos nos involucremos más en los problemas de nuestras comunidades y nos convirtamos en activistas de nuestra ciudadanía. De lo contrario, la sangre derramada por nuestro poeta masacrado, y por la de miles patriotas anónimos, habrá sido en vano.
por Gonzalo García
Colaboración enviada al correo del Blog El Trompudo
El vía crucis de Roque
-"A ese muchacho se le ve la muerte en la cara", le dijo Aurora a Luisa, refiriéndose a Roque Dalton.
-"Qué va!", exclamó Luisa. "Es como los gatos : siempre se escapa de la muerte en alitas de cucaracha. La primera vez lo salvó un temblor. Estaba en la cárcel de Cojutepeque, el temblor botó la pared y él pudo escaparse. La segunda vez sólo le faltaban dos días para ser fusilado y en eso vino el golpe que derrocó a Lemus, el dictador de turno..."
Roque y Luisa nunca se conocieron personalmente, pero se escribían cartas desde Praga y París, donde ambos se deleitaban hablando de las pupusas salvadoreñas, del gallo en chicha, de los panes con chumpe y de todos esos sabores y olores exquisitos que en Europa les estaban vedados.
Una vez que Luisa viajó a Cuba, Roque la estaba esperando en el aeropuerto con un ramo de flores, pero el avión de Luisa se retrasó dos días y él tuvo que viajar al interior. Desde allí le enviaba papelitos que invariablemente le entregaban a la hora del almuerzo.
Nunca llegaron a darse un abrazo, pero un amigo común aseguraba que, según Roque, Luisa le había enseñado a bailar la rumba.
Años más tarde, ese mismo amigo llamó a Luisa para anunciarle la muerte de Roque. Las informaciones eran confusas, imprecisas, todavía no se sabía quién lo había asesinado.
A Luisa le impresionó profundamente la noticia y esa misma tarde, para sentirse un poquito más cerca de él, quiso leer en voz alta algunos de sus poemas. Abrió el libro al azar y sus ojos tropezaron con los versos: "Cuando sepas que he muerto, no pronuncies mi nombre".
De el libro : "Luisa en el país de la realidad ",de la novelista Salvadoreña Caribel Alegría. Ediciones UCA_Editores - Julio-1997
Poema en video: Cincuenta_aniversario de Roque Dalton por Roque Dalton (click)
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En el Dia de las Madres: DEVUELVANNOS A ROQUE
ResponderEliminarimage0025Farabunterra
Para los lectores revolucionarios del mundo
No es porque nuestro hermano y compañero tenga frio. Tampoco porque clame resucitar de entre los nuestros. No es tampoco que queramos erigirle templos, ni levantarle estatuas desveladas, ni llevarlo como niños al sagrario, ni tampoco para hacerle reverencias a su irreverencia, simplemente devuélvannos a Roque.
Devuélvenos a Roque. Tu, el sicario, el que disparó por la espalda por temor a sus ojos de universo, por temor a su mirada incendiaria, por temor a sus luceros de infinito.
Devuélvannos sus huesos emanando versos, su fósforo y su calcio para encender la poesía de estos días y despertar los artistas a la vida.
A qué temen. Qué los huesos hablen, que acusen más que la historia. Qué la última mirada les hable de su eterna permanencia. Teméis ver que en sus hombros aun posan los pájaros y revolotean las sempiternas golondrinas.
Devuélvannos a Roque, Queremos su restos sin descanso. Una carta anónima, un punto referencial y nosotros llevaremos la brújula de rumbos testimoniales, sacaremos sus cenizas y las lanzaremos al mar o donde sea, pero que el pueblo sepa que ahí están las estrofas infinitas, los versos incendiarios en este amanecer de nuestra patria.
Devuélvannos al Fénix de la Patria, de todas formas nadie ignora a sus sicarios. El pueblo sentado en sus aceras ve pasar enjuiciados a sus traidores.
No traten de ocultar lo inocultable. Cada crimen que sigan perpetrando, no es sólo un crimen en contra de la patria, sino un crimen por todos condenable, es un crimen en contra de las artes y no hay condena más larga e ineluctable, cuando es la humanidad la juez inclaudicable.
Que les queda: me van a matar por denunciarlos, van a lanzar sus flemáticos plumíferos, acéptenlo de una vez por todas: No es Roque a quien mataron, han herido a la patria. Entréguennos sus restos inmortales.
Paul Fortis
Roque Nunca Tuvo Nada
A Juan José Dalton.
Roque nunca tuvo nada
Sólo pluma y una espada
Un humanismo profundo
Y una cárcel helada.
No te equivoques amigo
Su vida nunca fue juego
Fue por siempre ardiente fuego
Contra el sátrapa enemigo.
Claro que fue un hombre rico
De supremos ideales
De tesoros que no alcanzan
Consumistas materiales.
Ahora está más vivo
Más joven, más jodedor
Te eternizas con la patria
Poeta liberador.
Los Muertos
Como duelen los muertos
Cuando son tus muertos
Cuando es tu sangre derramada
Cómo duelen los aparecidos
Decapitados en la madrugada.
Los que murieron combatiendo
Al feroz enemigo con empeño
Los que tienen la patria como tumba
Los que murieron persiguiendo un sueño.
Hay muertos que no duelen
Muertos sin templanza y sin orgullo
Esa clase de muertos
Que nunca fueron tuyos.
Cómo duelen herman@s que vivieron
Con un ayer y un presente incierto
Cómo duelen, hermana, cómo duelen
Los muertos cuando son tus muertos.
Paul Fortis
Lindo Homenaje a nuestro gran poeta Salvadoreño Roque Dalton.
ResponderEliminarEl poeta no a muerto vive en cada poema, en cada verso y en cada estrofa.
VIVA NUESTRO POETA, NUESTRO HERMANO, NUESTRO ROQUE DALTON!!!
Pues dalton fue el mejor de su generacion, mucho mejor que su superior Oswaldo Escobar Velado, superior en el sentido que oswald fue el primero en el genero poeta-criticosaocial.
ResponderEliminarDeberiamos preguntarle al asesino del poeta roque dalton donde estan los restos del gran revolucionario?. al HDP de villalobos,asesino, traidor, vende patria,0te,vendido al poder.
ResponderEliminarbuenisima esta entreda...yo hasta hace un par de anios conoci roque..y de verdad me gusta mucho su estilo de escritor..
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