Es hora de proceder con mano firme!

Los 20 años de los cuatro gobiernos de Arena, dan para hacer muchos análisis, buenos y malos. Desde luego, más de estos últimos porque a nadie escapa la difícil situación económica de las mayorías, como causa directa del injusto sistema social y las políticas del Estado, encaminadas a favorecer a grupos minoritarios. La migración diaria de 400 salvadoreños hacia los Estados Unidos (no todos alcanzan el objetivo de llegar a la "tierra prometida"), ilustran esta triste realidad. Es hora de proceder con mano firme! Podríamos detenernos a analizar los graves problemas de la inseguridad ciudadana, debido a la creciente ola delincuencia, el crimen organizado, el contrabando y la corrupción en general, así como la desintegración familiar y la pérdida de valores en la sociedad, debido a múltiples problemas generados por la desidia y la incapacidad para atenderlos y solucionarlos, por los sucesivos regímenes areneros. Ya en la campaña electoral se hizo mención de los mismos y el pueblo salvadoreño se encargó de castigar en las urnas a los responsables de atentar diariamente contra la estabilidad y las normas de convivencia de los salvadoreños. Con todo, queremos referirnos básicamente a tres graves problemas heredados al nuevo gobierno por asumir la presidencia el 1 de junio. El primero de ellos es el grave daño causado a la finca El Espino. Es decir, al último pulmón natural que le quedaba a la zona metropolitana. Los grandes intereses económicos y políticos se impusieron a las tibias protestas y a las voces airadas de los ecologistas, quienes desde siempre se opusieron a la construcción de centros comerciales, residencias, calles y clubes privados. En la actualidad, los grandes promontorios de tierra, rocas y troncos tirados, recuerdan la enorme tragedia, el drama acontecido en el diario vivir; y de cómo unos poquísimos seres humanos (si los podemos llamar así) han causado tanto daño a millones de habitantes de la zona metropolitana. Se trata de la ruptura del equilibrio entre el hombre y la naturaleza, del deterioro ambiental, de la poda de árboles centenarios, de la eliminación de los nichos, del hábitat de centenares de especies de la flora y la fauna, del atentado contra el recurso suelo y, lo más grave, contra las pocas reservas acuíferas. La inversión ya hecha en la calle Diego de Holguín, trabajos ahora abandonados, deben ser minuciosamente investigados por las nuevas autoridades. Deben exigirse cuentas claras, con base en una auditoría profesional.Una vez establecido a cuánto ascienden los gastos, los recursos botados, las licitaciones y daños causados al medio ambiente, deberán hacerlos públicos y llevar a los tribunales respectivos a los responsables. Es lo mínimo que debe hacer el gobierno entrante, pues no se debe permitir, por sanidad presente y futura, que semejantes crímenes contra el medio ambiente y el pueblo salvadoreño queden en la impunidad. El segundo caso por investigar, son las causas por las cuales no se reconstruyó el hospital de Maternidad. La Asamblea Legislativa aprobó en su oportunidad un préstamo internacional para ser invertido, en SU TOTALIDAD, en la reconstrucción de ese primer centro de atención a la mujer embarazada. El presidente Saca y su ministro de Salud Pública, dieron distintas declaraciones y se comprometieron a entregar la obra terminada antes de finalizar su mandato. En la práctica nada de eso ha ocurrido.Dónde pasaron los 150$ millones destinados a la reconstrucción? Las lógicas preguntas que ahora se hacen los salvadoreños, son ¿dónde está el dinero del préstamo internacional para ser invertido en el hospital de Maternidad? ¿Por qué no se realizó la obra en el tiempo estipulado? ¿Por qué el presidente Saca y su ministro de Salud Pública, mintieron? Al igual que con las obras abortadas de la calle Diego de Holguín, el nuevo gobierno debe exigir cuentas claras y deducir responsabilidades. Si hay defraudación al Estado, deben llevarse a los tribunales a las personas que resulten culpables. El tercer caso se relaciona con el desabastecimiento de medicinas en los hospitales públicos y en el Seguro Social. A eso hay que agregar que hospitales como el Rosales y el Zacamil afrontan graves dificultades para dar alimentación a sus pacientes. Son hechos retomados tímidamente por “la gran prensa” aliada como es a los regímenes areneros. La situación de la salud y la sanidad en el país, es muy grave. El nuevo gobierno debe seguir los pasos lógicos antes de entrarle de lleno a una reforma integral al Sistema de Salud; nos referimos a auditorías en todos y cada uno de los centros hospitalarios y del Seguro Social, pues sólo partiendo de hechos claros y con documentación que los respalden, se podrá informar, con la verdad, al pueblo salvadoreño; de lo contrario, los sinvergüenzas, los mafiosos, se irán a gozar de sus fortunas a las playas del trópico o las grandes urbes del mundo. Ya no es posible seguir engañando a los salvadoreños, a pacientes que tienen años de acudir a consultas con sus propios recursos monetarios y a adquirir medicinas recetadas que no se encuentran en las farmacias de los hospitales públicos y del Seguro Social. Una situación a la que debe dársele una salida integral, previa investigación de por qué han ocurrido semejantes problemas, sobre todo si hay presupuestos aprobados por la Asamblea Legislativa para la adquisición de medicinas y alimentación para la red hospitalaria. En este mismo aspecto, las nuevas autoridades deben parar el abuso en el precio de las medicinas, no otorgar ninguna concesión a los fabricantes y distribuidores de los productos farmacéuticos y entrar de lleno a regular el mercado. No importa que protesten o intenten negarse los grandes empresarios, que en este caso son mafiosos y mercaderes de la salud. El FMLN y el presidente electo, Mauricio Funes, deben saber que contarán con el decidido apoyo del pueblo para combatir semejantes atrocidades. En su momento iremos señalando otros graves problemas heredados al nuevo gobierno; pero, por el momento, basta y sobra. El tiempo apremia y no debe temblarle la mano al presidente Funes, a la hora de firmar documentos o manifiestos públicos donde se señalen las fechorías, así como los castigos respectivos a tanto funcionario corrupto y "empresarios", quienes con ese su disco rayado de "exigir respeto a todas las libertades y a la democracia", han ido atesorando riquezas, amparados en las ventajas y protecciones fiscales otorgadas por los sucesivos regímenes areneros. Pocote REENVIA - IMPRIME - COMPARTE - HAZ PATRIA...