24 de marzo de 2009

Mi santo, mi pastor, mi amigo...

En la conmemoración numero veintinueve de su deceso, le quiero comentar, mi querido pastor, que el entorno político de la nación está marcado por la Esperanza. Por fin ganamos, mi entrañable pastor y amigo! Durante todo este tiempo previo al 15 de Marzo, nos preguntábamos la razón por la cual no llegaban nuestras plegarias que le hacíamos al Creador. Como usted sabrá, fueron muchas y, sobre todo, muy frecuentes! Pero no sólo pedíamos por nuestra maltrecha situación económica, política y social, mí querido amigo. También pedíamos y seguimos pidiendo por la llegada de la Justicia a este país. Justicia que debería verse reflejada por el esclarecimiento de muchos horrendos crímenes, como el magnicidio que lo llevó a usted a las manos del Señor. El pueblo entendió, al fin, mi pastor, y le dio su merecido castigo al nefasto partido que fue creado por ese oscuro y malévolo personaje, que sabemos que en estos momentos se está friendo en el chimbolero. Hemos escuchado, mi querido amigo, que el presidente electo gobernará bajo la sombra de tu ejemplo y palabra. Si eso fuese así, nos esperan tiempos de mucha Solidaridad y Esperanza, en estos difíciles momentos que se avecinan. Sabemos que su guía, mi pastor, será la luz que lleve a este pueblo y a este gobierno a no plegarse ante nadie. Como pueblo, todos juntos debemos definir nuestro Norte y este debería ser nuestra propia autodeterminación, de la cual deberíamos ser todos responsables de edificar y de mantener. Así pues, mi Santo, el tiempo de Cambio recién inicia, y sabemos que será complicado este transitar. Tus enseñanzas, mi Santo, deberán iluminarnos en todos esos días de oscuridad que nos esperan. La certeza de lo anterior la tenemos al escuchar muchos de los mensajes que usted nos dejó, sabemos que son más vigentes que nunca y que deberán ser nuestros acompañantes perpetuos. Se le recuerda y se le quiere, mi Santo. Que nuestro Dios en su Gloria lo tenga. Le digo hasta pronto, mi gran San Romero de América! Atlacatl
REENVIA - IMPRIME - COMPARTE - HAZ PATRIA...

5 comentarios:

  1. Cuando el alma y la conciencia conquistan el temor a la muerte se esta mas cerca de la vida eterna. San Romero de América es el vivo ejemplo de esta afirmación hoy mas vivo que siempre.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo2:37 p. m.

    La Única manera de vencer la Injusticia es con la VERDAD, una verdad respaldada por la UNIDAD conciente de gentes DESPIERTAS que hagan MAYORÍA, aquí 8 pasos para acabar con la impunidad:

    http://www.cherada.com/articulos/8-pasos-para-acabar-con-la-oligarquia-la-derecha-recalcitrante-la-mentira-la-explotacion-y-el-miedo

    ResponderEliminar
  3. Anónimo9:23 p. m.

    Yo solo puedo decir es que a pesar de ser no creyente, me ha conmovido este post, y es que Monseñor Romero ya dejo de ser solo de los salvadoreños, ha pasado a ser universal, sus palabras, SU TESTIMONIO, simplemente ya le pertenecen al mundo, un martir con toda la extension de la palabra, que dio su vida en sacrificio por los mas debiles.

    Nos queda a nosotros la titanica tarea de hacer de tan tremendo ejemplo de este profeta, una realidad, de apropiarnos de un pedacito de este gran hombre, cambiar cada dia y ser voz de los sin voz.

    GRANDE SAN ROMERO DE AMERICA.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo9:45 p. m.

    Por mi trabajo logro llegar hasta mucha gente del campo humilde en extremo y quiero como parte del pueblo no solo esperar a ver que hace Mauricio sino al menos aportar ideas y hacer lo que se pueda desde donde me desempeño, por lo que le pido al presidente electo:

    1. REACTIVE LA ABANDONADA AGRICULTURA, eso genera muchos empleos en el campo, es lo que espera esta gente según me comentan.
    2. APOYE LA EDUCACION.
    3. REFUERCE EL SISTEMA DE SALUD.
    Creo que Monseñor Romero lo hubiera apoyado, porque de esta forma ayudará al pueblo en muchisimo.
    2.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo7:09 p. m.

    Monseñor Romero nuestro orgullo.
    Nuestro pueblo ha carecido por mucho tiempo de figuras que sean un ejemplo y al mismo tiempo nos identifique como salvadoareños. Monseñor Romero nos da ese sentido de pertenencia a la Patria, de verdadero nacionalismo.
    Monseñor Romero es el corazón de El Salvador.

    ResponderEliminar