Las Súplicas de la Burguesía...

La burguesía está suplicando al FMLN “poner las reglas claras”, comprometerse a respetar “las libertades”, la producción, las exportaciones, las inversiones, el sistema de “libre empresa” y todas esas groserías que han permitido a los capitalistas manejar el Estado como su propia hacienda. El partido de izquierda ya tiene elaborado su programa de gobierno, y en grandes líneas estratégicas ha reafirmado su compromiso de gobernar (los ruegos de la oligarquía parten del hecho consumado que Arena y su ex policía fracasado no tienen manera de ganar las elecciones de marzo de 2009) conforme lo establece la Constitución de la República, marco legal lo suficientemente amplio para realizar algunos cambios, sobre todo en política fiscal, económica, agraria, derechos humanos y políticos. Desde luego, sectores recalcitrantes del gran capital y del partido Arena, junto a extremistas ideológicos como el director de el diario de hoy, mantienen una campaña sucia y permanente, en un intento desesperado por cambiar una decisión ya tomada por los salvadoreños : la de llevar a la presidencia al partido FMLN y a su candidato Mauricio Funes. No es puro capricho o una posición tomada a la ligera, puesto que han sido casi 20 años de sufrimiento, de esperar por una mejora en sus vidas, por empleos, lo que ha llevado a los compatriotas a decidirse a probar con un nuevo gobierno. Por lo tanto, los profetas del desastre, los extremistas y reaccionarios deben respetar la decisión popular y someterse a las reglas del juego que no cambiarán en lo esencial con el nuevo gobierno. Lo hemos dicho ya y lo reiteramos: la alternancia es parte de la democracia y si este sistema es el adoptado por la burguesía, deben comprometerse a continuar con sus escasas inversiones, a generar los pocos empleos y a no conspirar ni atentar contra la institucionalidad del país. Si la burguesía conociera más a El Salvador, país donde han realizado sus negocios y hecho su fortuna, sabrían que los salvadoreños tienen características muy especiales : son trabajadores, apasionados, curiosos, impacientes, violentos, solidarios, románticos y celosos de sus pertenencias. Protegen a su grupo familiar y profesan un cariño muy particular a su madre. Los salvadoreños cuando se entregan a una causa lo hacen de corazón: si la selección de fútbol está ganando sus partidos la siguen a todas partes, compran camisetas y pegan en paredes de sus casas las fotografías de los jugadores. Los estadios se llenan “hasta las banderas”, como dicen los comentaristas, cuando juega “la selecta”. Es una pasión que lleva esperanza, ilusiones y hasta dolor, cuando se pierde un partido. Los salvadoreños también son amantes de la libertad, les gusta ir a la playa, a la montaña, al Parque Zoológico, a Los Planes de Renderos. Metrocentro y Multiplaza son lugares exclusivos y venden muy caro; pero los compatriotas van a pasear, les gusta mirar vitrinas y escaparates con adornos y electrodomésticos. De seguro en un periodo corto sus familiares en Estados Unidos les enviarán o traerán cuando vengan de visita a su país un televisor, un aparato de sonido o una computadora. A los “guanacos” les gusta portar algunos centavos en sus bolsillos, comprarle sorbetes o minutas a sus hijos; comer pupusas de chicharrón o de queso, también les gusta el chilate con nuégados y la yuca con chicharrón. Por lo tanto, si un partido político les quita o los amenaza con prohibirles estos pequeños gustos, protestan, se enojan e insultan. Cuando el partido Arena, con sus campañas sucias miente y afirma que de ganar la presidencia el FMLN ya no vendrán remesas a El Salvador, precisamente está tocando esa fibra sensible de los salvadoreños, apelando a la idiosincrasia de los compatriotas. Estas calumnias les dieron resultado en las elecciones de hace cuatro años cuando perversamente denigraron a Schafik Handal y lograron con una serie de argucias llevar a la presidencia a Saca. Ahora quieren asustar con el mismo petate del muerto, pero los salvadoreños ya están curados y saben que esas campañas mentirosas y sucias únicamente tienen como objetivo perpetrar en el poder a Arena y que los ricos sigan acrecentando sus fortunas, mientras las mayorías poblacionales se debaten en la miseria. Los sectores más recalcitrantes como dicho está, no quieren perder sus privilegios, intentan conservar sus enclaves coloniales, seguir administrando para su conveniencia el Estado; por el contrario, otros grupos empresariales reconocen que hoy más que nunca el FMLN tiene posibilidades de gobernar el país y están pidiéndoles que se comprometan con el ordenamiento jurídico, algo que ya lo ha establecido el partido de izquierda en su programa de gobierno. En síntesis, los salvadoreños JAMAS van a aceptar ser esclavos de nadie y saben perfectamente que el partido FMLN va a gobernar para todos y que su compromiso es con el desarrollo y sostenibilidad del país. Por lo tanto, todo ese tipo de campañas sucias, perversas, ya no calan en el sentimiento popular. En una próxima entrega hablaremos sobre los distintos ejes de campaña, así como los medios de prensa y testaferros a sueldo utilizados por la oligarquía y Arena para tratar de revertir una crónica y un destino ya anunciados.

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