Desde la diáspora : "Guerra Criollicida".

1969 había sido un año aburrido hasta el 14 de Julio, cuando estalló la guerra no declarada contra Honduras, esta fue la última Guerra Criollicida en Centroamérica.

Lo que comenzó como una guerra comercial entre las familias oligarcas de Honduras y El Salvador, desembocó en guerra militar donde ambos pueblos fueron sacrificados. Ayer como hoy, fuimos y seguimos siendo mangoneados como peleles por los medios de comunicación masiva, secuestrados en El Salvador. Hoy ya sabemos que el secuestro de los medios,por familias oligarcas, criollas y extranjeras, sucede en toda Latinoamérica: Granier, Slim, Isaías, Cisneros y la familia extranjera Essersky en el terruño, que tiene monopolizada los medios audiovisuales. Por eso los medios, en El Salvador, ha dejado de ser una necesidad social y se han convertido en una pústula que necesita ser drenada y atacada con antibióticos.

"LA GUERRA DEL FÚTBOL"

En el mes de Julio estalló la famosa "Guerra del Fútbol" entre Honduras y El Salvador. Sucede que el fútbol es la pasión deportiva nacional de toda América y del mundo. Cosa curiosa, excepto Estados Unidos y los países hispanos que este ha invadido, allí la pasión es el béisbol.

Era evidente esa pasión y tensión de la gente cuando se trataba de fútbol, y más aún cuando llegaron las eliminatorias para la Copa Jules Rimet, a celebrarse en "Méjico" en 1970, época en que en mi país, erróneamente, se llamaba Méjico al gigante hermano del norte.

El primer partido eliminatorio se llevó a cabo en Tegucigalpa, Honduras, y faltando escasos minutos para terminar el mascón, nos clavan un gol y se perdió uno a cero. El siguiente día los medios de difusión pregonaron que : "a la selección no se le dejó dormir la noche anterior por miles de hondureños haciendo bulla y serenateando frente al hotel, y el hotel les dio comida que los enfermó con diarreas".

El siguiente sábado le tocó visitarnos a la selección hondureña. Miles de salvadoreños pasaron toda la noche serenateando y haciendo bullicio en el ahora difunto hotel Nuevo San Salvador, pegado al también ya difunto Correos Nacionales. El domingo del partido, el Flor Blanca estaba hasta el tope, y desde las ocho de la mañana, por la radio, se comenzó a pedir que no llegaran más al estadio porque no cabía ni una mosca y que el partido se iba a televisar en vivo a todo el país.

Todo el país estaba pegado al Gato del Canal 4, esperando las once de la mañana. Y con 2 goles de Mon Martínez, El Salvador ganó 3x0!... ¡Quedaba el partido decisivo en Méjico! Pero mientras, miles de salvadoreños que llegaron y se habían establecido en Honduras muchos años atrás, empezaron a llegar expulsados y contando "...Qué había una "Mancha Brava" que perseguía, violaba y asesinaba salvadoreños y cuyo jefe era el Coronel Padilla"... Los diarios capitalinos le apodaron "El Chacal de Olancho".

Y así de fácil, el resultado de este partido, aunado con la enorme propaganda por Tv y radio de ambos gobiernos, encendió el orgullo patriotero de las naciones hermanas, y aún viendo el peligro de una guerra, la excitación de las eliminatorias cegó a la gente.

La Tv y la radio siempre hacían mofa de OLA (Oswaldo López Arellano) el General-Dictador de turno de Honduras en aquella época; un mes antes del mascón decisivo en Méjico, la número uno en la radio era "un pájaro picón, picón". Pero en las calles empezó a circular "Las Letanías", que sería la número uno en idiosincrasia, vulgaridad, o patrioterismo -como se quiera llamar-, pero también pudo haber sido el producto de la propaganda intensa del gobierno para encender los ánimos y el "machismo" del pueblo contra los hermanos hondureños.

Y la composición de Albertico Hernández, en parte, decía así:

"Creo en Monge y Acevedo
que no jugarán con miedo
y que al pobre de Wells
de tanto ir y venir
lo harán que se tire un pedo...
San Blas de la Piedra Poma
perdónanos tanta broma...

Creo también en el Pulpo
que no se diga que es nulo
y cuando agarre la bola
les toque también el culo...
San Blas de la Piedra Poma
perdónanos tanta broma...

Creo en el Ruso y Cabezas
que no andarán con pereza
y jugarán con más ganas
y los pobres Hondureños
se moverán en la cancha
como putas en la cama...
San Blas de la piedra poma
perdónanos tanta broma...

Creo en Rivas y en Mariona
que han de parar a Cardona
y no quedarán a gusto
hasta meterle la mona...
San Blas de Piedra Poma
perdónanos tanta broma...

Y creo en la selección
porque todo aquél cabrón
que se diga que es hondureño
le pondremos de castigo
atravesarle el chiquito
con un leño salvadoreño...
San Blas de la Piedra poma
perdónanos tanta broma...

Llegó la noche del 27 de Junio, fecha del partido decisivo en el Azteca de Méjico. Y con gol de Pipo Rodríguez, la Selección Nacional le ganó a Honduras, por 3x2, en tiempo extra.

La alegría en el país fue inmensa, en la capital, la gente salió a las calles a celebrar con abrazos, gritos y pólvora, lo mismo en otras grandes ciudades; las bocinas de los carros no cesaban de sonar.

Y eso que aún se tenía que jugar contra Haití para clasificar! Pero lo que siguió fue inconcebible! Que todo fue cierto, no lo sé, pero el gobierno dijo después que 300 mil Salvadoreños habían sido expulsados de Honduras. Los matutinos de siempre empezaron a reportar atrocidades que los hondureños estaban haciendo contra los salvadoreños. Los noticieros mostraban por Tv los muchos salvadoreños que empezaron a cruzar todos los días el puente fronterizo del río Goascorán. Al ver las noticias dramatizadas, los sentimientos del pueblo se encendieron, yo mismo fui engañado con esta propaganda fabricada.

Pasaron años cuando, leyendo, me di cuenta que yo, como dos y medio millones de salvadoreños...habíamos sido cruelmente engañados! Era inconcebible que por un partido de fútbol se tuviera que ir a la guerra, tenía que haber sido algo más profundo, algo que la propaganda, controlada por la élite, ocultaba. Una cosa cierta es que las raíces del conflicto fueron le fueron escondidas a los pueblos hermanos, pues las relaciones entre sus dos gobiernos ya estaban deterioradas!.

Una de las muchas opiniones contrarias a la versión oficial, y con la cual concuerdo, difiere grandemente de la versión oficial y mediática. Se alega que el recién creado Mercado Común Centroamericano había desarrollado envidia económica entre las burguesas empresas privadas de los dos países, y esto había degenerado en disputas y envidias comerciales. Las exportaciones salvadoreñas a Honduras se sextuplicaron, mientras las hondureñas sólo se duplicaron; pero esto sólo lo entendían unos pocos, la masa del pueblo no sabía nada, y si se hablaba de ello en los diarios o la radio, se hacía de modo que no lo entenderían, y así usaron el fútbol como excusa, y las eliminatorias mundialistas como mecha detonante.

La guerra de las Cien Horas comenzó el 14 de Julio de 1969, cuando, de repente, a las 6 de la tarde el país entero cayó en la obscuridad.

Nadie sabía qué pasaba pues la energía eléctrica fue cortada. A medianoche, por medio de radios portátiles de onda corta, se agarró una estación tica, y se supo que la “valiente” aviación salvadoreña había hecho un ataque sorpresa "tipo israelí" contra la poderosa aviación hondureña y había destruido la mitad de esta...

¡Todos, de repente, se encontraban en medio de una guerra! Nadie durmió esa noche, se decía que la mitad de la poderosa aviación hondureña venía a bombardear la capital y el aeropuerto. Para colmo, el General Fidel Sánchez Hernández, un individuo de extremada corta estatura para ser militar, era además calvo y "cholito", a quién la masa del pueblo llamaba despectivamente "Tapón", habló por la radio. A las dos de la madrugada la electricidad regresó, por quizás 20 minutos, para el mensaje presidencial. Después de la paja patriotera, advirtió a la gente que vivía en la ciudad de Ilopango y las colonias aledañas al aeropuerto, "que no salieran de sus casas y durmieran debajo de las camas".

Pero en 1969 sólo la colonia Santa Lucía y la ciudad de Ilopango estaban construidas próximo al único aeropuerto del país, el aeropuerto de Ilopango. Este, a su vez, era la base militar de la aviación. Los vecinos de toda la colonia nos encontrábamos esa noche en angustias, esperando el bombardeo, y los que tenían transporte comenzaron a abandonar la colonia.

Al amanecer, dos aviones hondureños arrojaron dos bombas cada uno y se elevaron. Los bombazos seguidos por el estruendo de las antiaéreas nos despertó a los dormidos y salí a curiosear con mi padre. Las baterías antiaéreas no cesaban de disparar lo que me pareció bolas de fuego que subían altísimo, hurgando el cielo; allá, más alto aún, logré ver dos pequeños aviones que volaban en círculos. Sólo habían arrojado una o dos bombitas, pero al estruendo de la antiaéreas se multiplicó. Los aviones hondurenos nunca más bajaron y, al poco rato, desaparecieron...y nunca más volvieron!

Los aviones de los dos países eran viejos Mustangs y Corsarios, desperdicios de la Segunda Guerra Mundial, ambos ejércitos estaban mal entrenados y aún usaban armas de la Primera Guerra Mundial, algunos calladitos decían que sólo era una guerra de pigmeos.

Pasamos dos días sin poder salir a las calles. Al tercer día los vecinos se juntaron en grupos de padres de familia, y tuvieron que aventurarse a salir porque se acabó la comida. Las pocas emisoras AM de la nación estaban en la gran cadena nacional con Radio Nacional todo el santo día dando comunicados de guerra, alabando y dándole paja a la "gloriosa Fuerza Armada", y echando veneno contra López Arellano y los hondureños. La Tv también estaba en "cadena nacional". Para variar, también HRN, o la Radio Nacional Hondureña, se oía en la capital, dándonos cuenta que desparramaban el mismo veneno que la radio salvadoreña.

Tapón, orgullosamente, anunció la caída de la cabecera departamental catracha de Nueva Ocotepeque, en el frente occidental.

El Frente Occidental estaba al mando del general Medrano, a quien se le conocía cómo "el Loco”, o “Chele Medrano", director de la "benemérita" Guardia Nacional, y declarado agente de la CIA para Centroamérica. Pero lo que los hondureños recuerdan, pues a nosotros se nos ocultó, son los multimillonarios robos de bancos y ganado, así como las sanguinarias y masivas masacres de campesinos hondureños que este individuo cometió.

Por fin, la guerra fue parada por los gringos al sexto día, con El Salvador habiendo conquistado y luego devuelto pequeños pueblos y caseríos a Honduras. Nunca se supo, con exactitud, cuantos murieron! Sólo se hablaba "de miles de muertos entre los dos bandos".

La propaganda oficial y de los medios proclamaron "victoria", y la bienvenida de regreso de la "heroica Fuerza Armada" fue apoteósica. Yo mismo estuve presente, bajo el sol de 34 grados de calor, viendo desfilar "al victorioso ejercito" en la Calle Rubén Darío y en el Flor Blanca, dentro del cual no cabía ni una mosca! Ese día fue decretado feriado nacional con pago!

Por los mismos días que se firmaba el "armisticio de paz" de la guerra anticuada, Neil Armstrong se convertía en el primer hombre en poner un pie en la Luna...!

Prestado de CUSCATLAN

Terrícola

Nota de la redacción :

Esa guerra contra nuestros hermanos fue el bautizo de fuego de los criminales psicopatas Roberto D'Aubuisson y Eduardo Avila (tío de Rodrigo Avila). Los asesinos de Monsenor Romero tuvieron participacón activa en las masacres de campesinos hondurenos : hombres, mujeres y niños. Participaron tambien en saqueos y violaciones de toda índole. Fue cuando el Chele Medrano los bautizó con el apodo cariñoso y paternal de "MIS DOS ASESINOS".
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Y USTED QUÉ OPINA?
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