¿La democracia como fetiche, o la democracia como participación?

Las últimas dos semanas han sido una escuela para el pueblo salvadoreño: por un lado hemos visto una serie de enbestidas políticas en contra de la embrionaria democracia de parte de las fuerzas que impulsan la llamada “partidocracia”, donde resaltan las fuerzas de derechas, todas, incluyendo el Fmln, las que  han creado una representación tergiversada de esa forma de organización política y de detentar el poder,  minimizándola a un fetiche de sus intereses particulares, confundiendo el derecho con la democracia y basándose en argumentos legales para sepultar la desdibujada democracia burguesa que se “practica” en El Salvador. 

Pero, además, otras fuerzas de derecha que representan a gremiales empresariales en alianza con algunos movimientos de la sociedad civil, han intentando mostrarse en contra de los partidos políticos. Sucede que en otros momentos han sido estas mismas gremiales las que han asestado fuertes golpes a la misma democracia burguesa, a partir de la instrumentalización de los partidos políticos. Ambas fuerzas, partidos políticos y gremiales empresariales, no parecen significar para la gente una opción para superar los graves problemas del país que la llamada “clase política” está profundizando. La desfiguración de la democracia en un fetiche, se sustenta en buena parte en el desconocimiento de su significado esencial. Múltiples declaraciones vertidas por los dirigentes de los partidos políticos quienes lideraron la orquesta de estas últimas acciones que rayaron el cinismo, parecen dar pistas claras de un desconocimiento pleno de lo que en esencia es una democracia.


Más allá de los significados jurídicos, la Democracia es una practica que se  hace realidad en la forma de relacionarse con las personas y de ejercer el poder. Lo que ha hecho el Fmln y su cúpula partidaria-empresarial, es imponer sus intereses particulares al resto de la población, con el apoyo de las demás fuerzas que hacen realidad la partidocracia. A ultima hora, Arena, que pragmaticamente se "distanciaba" de esas componendas, accedió a ocupar los puestos de la Junta Directiva en la Asamblea Legislativa, lo que demuestra con claridad que ese partido no ha remozado su visión. Tampoco Arena se pronunció en contra de la separación de la actual Sala de lo Constitucional, dejándolo como un partido ambiguo y con poca capacidad política. Su leve triunfo electoral aparece ahora como una perdida política.   

La democracia burguesa se entiende como el establecimiento de ciertos derechos y supuestas libertades, con  una representatividad funcional, donde la pluralidad se expresa  solamente a partir de más partidos políticos y de candidaturas no partidarias, todo ello para  paralizar la actividad política de las masas populares y, en consecuencia, aumentar la explotación de la clase trabajadora. Como se ha dicho varias veces, en las cúpulas empresariales y en las partidarias salvadoreñas no existe un pensamiento burgués, sino un pensamiento oligárquico, convirtiéndolas en fuerzas ultra conservadoras que no dan ni un metro de espacio a un funcionamiento distinto del régimen, en eso el Fmln es, incluso, mucho mejor que Arena, ya que actúa con una bandera de supuesta “izquierda”, y acaba de sepultar a una Sala de lo Constitucional que contribuyó a realizar leves reformas al sistema político del país, que contribuirían a consolidar éste tipo de democracia burguesa.


La degradación o la imposibilidad de la profundización de la democracia burguesa en el país, ha derivado en la posibilidad de aspirar a otro tipo de democracias, más cercanas a una democracia popular, que se entiende como el alcance de una democracia económica, política y cultural donde las relaciones de explotación son marginales o eliminadas y la influencia política de las oligarquías y burguesías son aplacadas a su más baja expresión. En ella el pueblo no es súbdito del Estado, sino que se erigen sujetos y sujetas que participan protagónicamente en los cambios y las transformaciones de sus propias condiciones de vida. El problema medular es que las fuerzas de izquierda, sistemáticamente han venido desperdiciando las coyunturas claves para hilvanar y construir una alternativa coherente que ponga en discusión y en el debate las ideas de una refundación del país, de un nuevo Estado y, por su puesto, de una nueva Democracia Participativa.


Surgen esperanzas cuando el movimiento social salvadoreño avanza sistemáticamente hacia su independencia, su autonomía y hacia la unidad. Eso lo hemos logrado ver en un primero de mayo con dos marchas:  una convocada por el Fmln y otra convocada por las organizaciones sociales que van dejado atrás la injerencia partidaria y trazan el camino para levantar el sujeto político que tenga el poder para irrumpir con fuerza en la vida política del país, hacia la disputa del poder. Por segunda vez consecutiva la marcha alternativa salio desde la Universidad de El Salvador. Para este año 2012 la cantidad de personas se cuadruplicó respecto al 2011, mientras que la marcha convocada por el partido de derecha, el Fmln, tuvo una baja muy considerable, a tal punto que la Plaza Gerardo Barrios donde se realiza su principal acto político, lucía a la mitad de su capacidad.


La democracia ha de convertirse, pues, en un instrumento que fomente la participación de las personas en la política, pero principalmente que empleen esas relaciones de poder para constituirse en sujetos plenos, lejos de su degradación en un fetiche que sirve sólo para acrecentar intereses personales y no de la clase trabajadora.

Carlos Molina Medrano.

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