20 de mayo de 2012

Además de corromper, el poder es tan adictivo como la cocaína, asegura investigador.

Ian Robertson, neurocientífico del Trinity College de Dublín, Irlanda, asegura que el poder despierta en las zonas de recompensa del cerebro efectos similares a los de la cocaína: un placer inmediato que se vuelve adicción en el largo plazo.

La capacidad corruptora del poder es legendaria, una especie de veneno que se infiltra en la mente de quienes lo ejercen y termina por modificar sus pensamientos, sus valores, sus ideales y su manera de comportarse frente a los demás y también frente a sí mismos.

Hace un par de días Ian Robertson, profesor de psicología en el Trinity College de Dublín y director del Instituto de Neurociencia de la misma universidad, publicó una interesante editorial en la que glosa algunos de los descubrimientos en dichos campos que apuntan a una adicción manifiesta y desarrollada a nivel neurona y hormonal que el poder despierta en aquellos que se exponen a su ejercicio.

De entrada, Robertson nos recuerda que el poder incrementa los niveles de testosterona tanto en hombre como en mujeres, de la cual se sabe que tanto esta hormona como uno de sus derivados, el androstanediol-3, un esteroide, son altamente adictivos porque a su vez generan un aumento de dopamina en la zona de recompensas del cerebro, el núcleo accumbens. Este efecto, nos dice el científico, guarda enorme semejanza con los que provoca la cocaína: un placer inmediato que deviene adicción en el largo plazo.

En los babuinos, por ejemplo, se ha comprobado que los individuos que se encuentran en los niveles más inferiores de la jerarquía grupal también son los que tienen menos presencia de dopamina en las áreas del cerebro correspondiente y, por el contrario, cuando estos eran “promocionados” a posiciones superiores, la dopamina también ascendía.

Con dichos primates el ser humano comparte al menos una similitud de comportamiento: mayor poder (i. e. más dopamina) lleva a más agresividad y más actividad sexual. Además en nuestra especie, nos dice Robertson, el poder también hace más vigilantes a las personas porque la dopamina mejora las funciones del cerebro en el lóbulo frontal. Pero un descenso en la jerarquía, que se traduce en menores niveles de dopamina, incrementa el estrés y reduce las habilidades cognitivas. 

Robertson abunda: Pero mucho poder y, por lo tanto, mucha dopamina, puede perturbar la normalidad de la cognición y la emoción, llevando a grandes errores de juicio y reticente al sentido de riesgo, sin mencionar un enorme egocentrismo y falta de empatía hacia los otros.

Fuente original


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6 comentarios:

  1. Anónimo1:54 a. m.

    Es exactamente lo mismo que sucede cuando nos enamoramos. El ser amado nos dispara los niveles de dopamina, y es lo que provoca que nos sintamos tan a gusto con esa persona. La naturaleza nos prepara de esa manera a reproducirnos, pues todas nuestras barreras defensivas caen (sobre todo en las mujeres) y permiten que una pareja pase al acto. El poder y el dinero producen el mismo efecto. Para que esta droga (la dopamina) no destruya nuestras capacidades de apreciación objetiva, las personas tienen que estar en niveles superiores de evolución intelectual, caso contrario, la persona actuará de manera caótica. Como tanto cipote y cipota que hacen cada locura cuando están enamorados. Al parecer nuestros políticos están todos dopados con la dopamina...el poder les ha castrado las capacidades de juzgar objetivamente, y los que terminamos pagando los platos rotos (o sea, el aumento de testosterona de estos señores) somos todo el pueblo. Por eso, nuestros líderes deberían de ser escogidos por su inteligencia y su capacidad a sobreponerse a los efectos de la dopamina...pero cómo saber quienes serían capaces de esta proeza? he ahí que se necesita de la sabiduría popular.

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  2. Anónimo12:25 p. m.

    Solo de verle la cara a esos mafiosos, caras de sapo, reyes y kaka, me dieron ganas de vomitar. Hay de nosotros si esa rata de dos patas kaka, llegara al poder, dios mio, solo de pensarlo me dan ganas de matarme. Pero la gente es tan bruta que no me extranaria nada.

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  3. Anónimo9:23 a. m.

    en el ambiente troglodita tercermundista de el salvador, son los corruptos los que gravitan hacia el poder.

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  4. Anónimo10:44 p. m.

    la verdad el paìs espera ba mucho de los dirigentes del frente se creia que esta sociedad podia cambiar pero que lastima creamos otra nueva burguesia y peor que la arenera porque ellos han nacido con dinero estos salieron de pelados a millonarios eso es peor aparte de lo radicales que son yo fui un voto duro del frente pero ya no mas lastima estos sujetos se tomaron el partido del pueblo , ver dirigente como HUMBERTO CENTENO el presidente de la Asamblea dan asco SERA QUE HAY UN PARTIDO POR QUIEN VOTAR

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  5. Anónimo7:57 p. m.

    Un ejemplo es el tal diputado Ortez del frente, tiene años que no suelta la guayaba como diputado, la mujer es Directora de correos, la hija Directora en una oficina del ministerio de economía y otro hijo como que es juez no se donde. Mamando a 4 tetas el supuesto izquierdista, cosa que tanto se critico de los areneros.

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  6. Anónimo10:04 a. m.

    Definitivamente habra mucho abstencionismo en el 2014 pues por lo menos mi gente (que es mucha) no voto en las pasadas elecciones y como van las cosas no lo haremos en las proximas, es que esta jodido votar para que vengan un fulano a quien le dimos trabajo a patiarnos el trasero.

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