Después de una larga ausencia retomo mis comentarios. Muchos son los acontecimientos que han ocurrido en el país y que retuvieron mi atención, muchas también han sido las opiniones que sobre ellos se emitieron y muchas son a las que me hubiera gustado responder o agregar lo mío. Comprenderán que un hecho me haya marcado con mayor peso y pienso que todos se imaginan que me refiero al crimen cometido contra los pasajeros del bus de la línea 47. El ataque armado contra el bus y el incendio con sus pasajeros al interior ha sido considerado como el punto culminante de la actividad criminal de las pandillas.
La indignación y la condena han sido unánimes y categóricas. Todos los salvadoreños nos hemos sentido agredidos. Nunca pensamos que actos de esta índole pudieran verse cometidos en nuestro territorio. Todos pensamos que las masacres eran asunto del pasado y que eran el patrimonio de las fuerzas represivas antipopulares. Esta vez el terror nos llega de parte de civiles, de miembros de nuestra sociedad. Claro que esta pertenencia a la colectividad nacional nos cuesta reconocerla y de manera inconciente colocamos a los asesinos afuera de la sociedad.
No obstante lo primero que debe penetrar en nuestras conciencias es que esos grupos criminales son también el fruto de nuestra sociedad. Es cierto que podemos bemolizar nuestro juicio y argüir que las “maras” tienen su origen en los Estados Unidos y que el gobierno de ese país con absoluta irresponsabilidad y con total desprecio hacia nosotros, desde la firma de los Acuerdos de Chapultepec, inició la expulsión hacia nuestro país de criminales y miembros de esas organizaciones sin advertir convenientemente a las autoridades salvadoreñas. Esto es lo que siempre se ha alegado.
Sin embargo este hecho por sí solo no explica el desarrollo que ha tenido este fenómeno en nuestro país. Ese tipo de criminalidad ha encontrado en nuestra sociedad, en el tipo de sociedad que padecemos, el terreno propicio para su expansión. No podemos declararnos sorprendidos por la escalada criminal que se ha ido operando ante nuestros ojos. La violencia no es un fenómeno marginal en nuestra sociedad.
Violencia contra la violencia
Ahora mismo, la mayoría de reacciones de políticos, comentaristas, editorialistas, etc. lo primero que han preconizado, es continuar en la escalada de violencia represiva, llegando algunos a proponer la restauración de la pena de muerte. El gobierno en su política continuista propone una variante “mejorada” de las leyes “mano dura” y “superdura” de los gobiernos areneros. El aumento de los años de cárcel ha sido permanente desde hace diez. No hace mucho un criminal fue condenado a 120 años de reclusión. Lo ridículo de esta pena tiene el mismo nivel que la falta de discernimiento de los legisladores. No es la pena la que va a parar el crimen. Toda la sociedad se ha dado cuenta que las leyes represivas no han dado efectos benéficos en la lucha contra la criminalidad. Estas leyes incluso se han considerado como contraproducentes. No obstante la sociedad entera sigue enfrascada en este tipo de “soluciones”. Este empecinamiento de nuestra sociedad implica una ceguera ante la falta de resultados y manifiesta la incapacidad nacional de buscar soluciones que no impliquen la ley de Talión, que no encierren el repugnante rostro de la venganza, soluciones en las que no aparezca la violencia como principal rasgo.
En los primeros meses del gobierno de Mauricio Funes, en un artículo sobre la violencia y la prevención, invité a las autoridades a tener el coraje de reconocer y de anunciarle a la población que era ilusorio esperar resultados prontos e inminentes en la lucha contra la criminalidad. El grado de organización, la intensidad y frecuencia de los crímenes, la ausencia de útiles investigativos, de una PCN con suficientes efectivos y debidamente preparados, volvía imposible obtener la disminución inmediata del número de crímenes, al contrario lo que debíamos esperar, era un recrudecimiento de la criminalidad. Porque era necesario una política que rompiera con la que se había aplicado hasta entonces. Una política que priorizara la prevención, sin olvidar el mejoramiento del combate contra el crimen con la necesaria reestructuración y limpieza de la PCN. La restructuración implicaba, va de suyo, mejor preparación técnica de la investigación y el aumento de los efectivos. Todo esto requiere tiempo y medios.
Pero las autoridades actuales, en vez de hablar claramente con la población, de establecer un diálogo franco con ella, prefirió ceder a las distintas presiones y tomó medidas inmediatistas y demagógicas. El gobierno sacó al Ejército de los cuarteles y le encomendó tareas a las que no está preparado, lo puso de coadjutor policial. En vez de enfrentar con razones el miedo irracional y pasional de la población, atizado éste por la prensa amarillista nacional y los partidos de derecha, que acababan de mostrar su propia incompetencia en la lucha contra la delincuencia, el gobierno ha iniciado una militarización de la función policial, incorporando al Ejército en las cárceles y en las fronteras. De hecho la derecha ya había en gran medida militarizado a la propia policía. Ahora el gobierno de Funes/FMLN para completar el carácter eminentemente represivo de los antimotines ha recurrido a adiestradores franceses de los nefastos CRS (que tienen merecida fama antidemocrática en su propio país). El alegato del ministro de Gobernación efemelenista es digno de un Poniatowski o de un Bonnet, ex ministros franceses del Interior de la peor derecha francesa.
Para que la lucha contra la delincuencia y la criminalidad sea eficaz es también urgente que la Fiscalía asuma sus responsabilidades. Hasta ahora la ineficacia de la Fiscalía es patente y tal vez su dejadez es parte de una estrategia de la peor política de la derecha, que detrás de sus declaraciones indignadas y proposiciones rancias, aspira a poner sobre todo trabas y estorbos al gobierno actual. La derecha tiene como prioridad la reconquista del Ejecutivo, para ello ha puesto varios tizones en el fogón.
Asumir que la violencia surge de la sociedad
Pero una cosa que debemos asumir todos es que la violencia de las pandillas, de los otros delincuentes y traficantes son manifestaciones extremas de una violencia social que envenena nuestras relaciones sociales y que recorre a toda la sociedad salvadoreña. Esta violencia es antigua, profundamente arraigada. Las manifestaciones de esta violencia cotidiana y común son múltiples, van desde el lenguaje coloquial lleno de vulgaridades hasta el maltrato que se le inflinge a los niños y a las mujeres. Este maltrato se ha vuelto invisible, transparente. Los castigos corporales contra los niños, su rango en las relaciones familiares, su desconsideración generalizada, la explotación ultrajante en las calles y algunos talleres son fenómenos permanentes y que casi no llaman la reprobación social. Me estoy refiriendo a la sociedad y no a alguna que otra organización o asociación. Lo mismo podemos afirmar respecto a las mujeres. Las mujeres son el blanco de todos los abusos, ya sean verbales, como atropellos laborales, manoseos incluso en la vía pública. Si me refiero a los niños y mujeres en primer lugar, es porque también esto es lo más visible.
Esta violencia social toma el rostro del autoritarismo que recorre todo el tejido social salvadoreño. No es la primera vez que aludo a este autoritarismo. Se trata de un autoritarismo que hemos heredado desde la Colonia, pero que hemos ido cultivando en nuestra historia con todos los regímenes dictatoriales que se han multiplicado en el país. Estos regímenes han sido violentos, extremadamente violentos. La sociedad misma ante la sistemática violación de sus derechos civiles, libertad de expresión, libertad a secas, pues hubo encarcelamientos arbitrarios, expulsiones del país, torturas, asesinatos, masacres, la sociedad ante todo esto tuvo que recurrir también a la violencia. Se trataba de un derecho, pero era también un recurso extremo, pues la guerra insurreccional trajo indudablemente nuevos niveles de violencia. La guerra de tierra quemada que adoptaron los sucesivos gobiernos bajo el amparo y guía del imperialismo estadounidense dejó como saldo millares de muertos y muchos lisiados. La guerra dejó una ancha herida abierta. Esta herida no se sana con espectáculos presidenciales. La impunidad con que gozan los criminales de guerra es el criadero de la impunidad que gozan y reclaman los criminales de hoy.
La post guerra
La post guerra ha sido una larga mascarada que legalizó el crimen pasado y fue tolerando los crímenes que se cometían en los barrios. Pero ahora agobiados por tanto derramamiento de sangre, por los altos niveles de salvajismo en la ejecución de los asesinatos, la frialdad, la indiferencia de los delincuentes sentimos todos que esto ha llegado a límites intolerables. Pero, ¡cuidado! También podemos acostumbrarnos al horror criminal.
Nos hemos acostumbrado a la violencia institucional de la pobreza y en muchos casos de la miseria. Esta pobreza es criminal. ¿Cuántos niños han muerto por desnutrición en nuestro país? ¿Cuántos por enfermedades crónicas y curables? Hablo de los niños, pero esto se puede extender a las madres, que mueren en partos difíciles por falta de asistencia médica y por desnutrición. Esta pobreza no es una plaga o un fenómeno atmosférico. Esta pobreza es una consecuencia del sistema económico que padecemos. En el que sólo ha contado el interés del capital en detrimento de los hombres y mujeres de nuestro país. ¿Durante cuántas décadas las largas jornadas laborales eran sementeras de muertes prematuras? Los salarios de miseria producían una permanente hambruna. Este panorama no cambia, no ha cambiado. Los gobiernos con toda su fuerza bruta represiva, con toda su violencia, siempre han defendido y servido los intereses de las clases dominantes, de las clases que se han aliado siempre a los capitales extranjeros, sobre todo de los Estados Unidos. Estas clases dominantes, la oligarquía y la burguesía siempre han amenazado con dejar al país sin medios, si el gobierno se atreve a tomar medidas en contra de sus intereses, han amenazado abierta o asolapadamente de implementar un golpe de Estado.
Los intereses de la oligarquía requieren obligatoriamente bajos salarios. Ahora sus grandes pensadores tratan de imponer la desaparición del salario mínimo, de alargar las horas laborales. El pacto fiscal que proponen es la reducción de los gastos del Estado.
Nuestro país no puede permitirse disminuir los gastos en la salud pública, pues no da abasto a la penuria en que se encuentra, se urge de un aumento. Nuestro país no puede darse el “lujo” de disminuir el gasto de la educación y de la cultura, lo que urgimos es una profunda reforma y un gigantesco esfuerzo presupuestario para mejorar el sistema de enseñanza pública y de divulgación cultural. Nuestro país no puede reducir los gastos en la seguridad pública, todos vemos que al contrario se urge de un sensible aumento en ese rubro. Incluso estos no son realmente gastos, sino que verdaderas inversiones en el desarrollo nacional. Pero el país no puede seguir endeudándose.
Los pensamientos que salen del “tanque” de pensadores del patronato suenan huecos. Se han atrevido a proponer que se imponga a los vendedores ambulantes la TVA. La perversidad de esta gente es ingeniosa. Quieren agravar con un peso adicional la precariedad del subempleo y el raquítico poder adquisitivo de la población. La exigencia de disminuir el tren de vida del Estado no es otra cosa que la bulimia desenfrenada del patronato para recibir subvenciones y “ayudas” a la inversión. Esta actitud también es violenta, pues sustenta y justifica un estado de cosas que mantiene a nuestro país sumido en el subdesarrollo. Toda la actitud económica de la oligarquía ha sido parasitaria. Toda la producción de riquezas no ha servido para desarrollar al país, sino para mantener a una casta, que siempre ha vivido en la opulencia. Toda la acumulación de riquezas no sirvió para diversificar y modernizar la agricultura, ni mucho menos para crear las bases de una industrialización nacional.
Combatir y prevenir
No puedo dirigirme a los gobernantes de hoy, pues han optado por la militarización del país, por confiarle al Ejército un papel social que no le corresponde. El uso del Ejército para estos fines es la continuación de la aplicación de doctrinas de la “seguridad nacional”, pensadas por organismos ideológicos extranjeros y patrocinados por organizaciones ligadas a la CIA. El gobierno ha optado por continuar la labor iniciada por la derecha: el Ejército en las calles es un tramo mayor en la política agresiva del Estado oligárquico. El fracaso mexicano es patente en el uso del Ejército para fines de política interior. Pero la obediencia a los amos vuelve ciegos a los sirvientes.
No puedo dirigirme a los gobernantes de hoy, pues sus opciones no responden en nada a los intereses populares. La política de parches sociales no responde a las urgencias nacionales. Existen medidas que pueden ser el inicio de una política real de seguridad de la población, por ejemplo, el desarme total de la sociedad. Pero esta medida veja intereses privados de los mercaderes de la muerte. El aumento significativo de los efectivos policiales vendría a volver innecesarios las compañías privadas de seguridad. La subsistencia de estas agencias responde también a intereses privados. Se ha creado una comisión o un seminario para que medite sobre la ley de portación de armas, pero ¿por qué tantos remilgos para emitir una ley que puede ser de carácter profiláctico contra el crimen? La proporción de asesinatos cometidos por armas de fuego es enorme.
La restructuración de la policía implica devolverle o darle el carácter civil que los Acuerdos de Paz quisieron imponerle. Esta restructuración implica asimismo que la PCN se vuelva realmente garante de la seguridad y que obtenga la confianza de la población. La presencia policial ahora no es ninguna garantía de seguridad, pues su actitud es siempre prepotente, agresiva y violenta. Esta actitud corresponde a la ideología nacional de las relaciones sociales. El agente policial usa y puede abusar del poder que se le ha delegado. Este uso y abuso de la autoridad conferida es parte de nuestro funcionamiento social. Los maestros en las clases, los directores en las escuelas, el empleado público detrás de su escritorio, etc. practican esta “costumbre” nacional.
Una política preventiva, que por supuesto contiene una amplia franja educativa, no puede estar dirigida exclusivamente a la niñez y a la adolescencia. La violencia, el abuso de la autoridad es común en todas las edades y en todos los medios sociales. Es en el mundo adulto que tenemos que inculcar el respeto por los niños y por nuestras mujeres, el respeto y la aplicación de conductas civilizadas en el trato con los demás.
Es la sociedad que puede imponer las soluciones adecuadas para resolver este problema que tanto nos agobia. Pero para ello es necesario que renunciemos a recurrir exclusivamente a medidas violentas y represivas. Aclaro que el castigo del crimen es una parte de la política de combate contra la inseguridad, pero es necesario que entendamos algo tan sencillo, que el castigo viene siempre después del delito. Lo que nos importa es prevenir, crear las condiciones para su disminución radical y si fuera posible su desaparición. El castigo que viene después de cualquier falta debe contener su lado educativo. El castigo, todo castigo tiene que contener su aspecto preventivo. Es por eso que las cárceles tal cual están actualmente concebidas son sobre todo criaderos del crimen. El simple confinamiento, que se acompaña de un hacinamiento inhumano, debe proscribirse y ser remplazado por confinamientos con prácticas reeducativas.
Pero la medida fundamental es el cambio de estructuras económicas que contribuya a hacer desaparecer la pobreza, la miseria social. La vida precaria a la que están obligados tantos salvadoreños es fuente de incultura, de violencia sufrida y aplicada, de múltiples y profundos sufrimientos. En este mundo que predica a través de la publicidad que la realización personal consiste en el consumo de mercancías, de cualquier mercancía, útil o superflua, la pobreza es la negación de esa falsa realización personal, pero también privación de la real y verdadera realización personal a través de prácticas culturales y civilizadoras. Para ello es necesario cambiar el principio fundamental de la sociedad, el objetivo primordial de nuestras instituciones: mantener, propiciar y aumentar las ganancias privadas.
La indignación y la condena han sido unánimes y categóricas. Todos los salvadoreños nos hemos sentido agredidos. Nunca pensamos que actos de esta índole pudieran verse cometidos en nuestro territorio. Todos pensamos que las masacres eran asunto del pasado y que eran el patrimonio de las fuerzas represivas antipopulares. Esta vez el terror nos llega de parte de civiles, de miembros de nuestra sociedad. Claro que esta pertenencia a la colectividad nacional nos cuesta reconocerla y de manera inconciente colocamos a los asesinos afuera de la sociedad.
No obstante lo primero que debe penetrar en nuestras conciencias es que esos grupos criminales son también el fruto de nuestra sociedad. Es cierto que podemos bemolizar nuestro juicio y argüir que las “maras” tienen su origen en los Estados Unidos y que el gobierno de ese país con absoluta irresponsabilidad y con total desprecio hacia nosotros, desde la firma de los Acuerdos de Chapultepec, inició la expulsión hacia nuestro país de criminales y miembros de esas organizaciones sin advertir convenientemente a las autoridades salvadoreñas. Esto es lo que siempre se ha alegado.
Sin embargo este hecho por sí solo no explica el desarrollo que ha tenido este fenómeno en nuestro país. Ese tipo de criminalidad ha encontrado en nuestra sociedad, en el tipo de sociedad que padecemos, el terreno propicio para su expansión. No podemos declararnos sorprendidos por la escalada criminal que se ha ido operando ante nuestros ojos. La violencia no es un fenómeno marginal en nuestra sociedad.
Violencia contra la violencia
Ahora mismo, la mayoría de reacciones de políticos, comentaristas, editorialistas, etc. lo primero que han preconizado, es continuar en la escalada de violencia represiva, llegando algunos a proponer la restauración de la pena de muerte. El gobierno en su política continuista propone una variante “mejorada” de las leyes “mano dura” y “superdura” de los gobiernos areneros. El aumento de los años de cárcel ha sido permanente desde hace diez. No hace mucho un criminal fue condenado a 120 años de reclusión. Lo ridículo de esta pena tiene el mismo nivel que la falta de discernimiento de los legisladores. No es la pena la que va a parar el crimen. Toda la sociedad se ha dado cuenta que las leyes represivas no han dado efectos benéficos en la lucha contra la criminalidad. Estas leyes incluso se han considerado como contraproducentes. No obstante la sociedad entera sigue enfrascada en este tipo de “soluciones”. Este empecinamiento de nuestra sociedad implica una ceguera ante la falta de resultados y manifiesta la incapacidad nacional de buscar soluciones que no impliquen la ley de Talión, que no encierren el repugnante rostro de la venganza, soluciones en las que no aparezca la violencia como principal rasgo.
En los primeros meses del gobierno de Mauricio Funes, en un artículo sobre la violencia y la prevención, invité a las autoridades a tener el coraje de reconocer y de anunciarle a la población que era ilusorio esperar resultados prontos e inminentes en la lucha contra la criminalidad. El grado de organización, la intensidad y frecuencia de los crímenes, la ausencia de útiles investigativos, de una PCN con suficientes efectivos y debidamente preparados, volvía imposible obtener la disminución inmediata del número de crímenes, al contrario lo que debíamos esperar, era un recrudecimiento de la criminalidad. Porque era necesario una política que rompiera con la que se había aplicado hasta entonces. Una política que priorizara la prevención, sin olvidar el mejoramiento del combate contra el crimen con la necesaria reestructuración y limpieza de la PCN. La restructuración implicaba, va de suyo, mejor preparación técnica de la investigación y el aumento de los efectivos. Todo esto requiere tiempo y medios.
Pero las autoridades actuales, en vez de hablar claramente con la población, de establecer un diálogo franco con ella, prefirió ceder a las distintas presiones y tomó medidas inmediatistas y demagógicas. El gobierno sacó al Ejército de los cuarteles y le encomendó tareas a las que no está preparado, lo puso de coadjutor policial. En vez de enfrentar con razones el miedo irracional y pasional de la población, atizado éste por la prensa amarillista nacional y los partidos de derecha, que acababan de mostrar su propia incompetencia en la lucha contra la delincuencia, el gobierno ha iniciado una militarización de la función policial, incorporando al Ejército en las cárceles y en las fronteras. De hecho la derecha ya había en gran medida militarizado a la propia policía. Ahora el gobierno de Funes/FMLN para completar el carácter eminentemente represivo de los antimotines ha recurrido a adiestradores franceses de los nefastos CRS (que tienen merecida fama antidemocrática en su propio país). El alegato del ministro de Gobernación efemelenista es digno de un Poniatowski o de un Bonnet, ex ministros franceses del Interior de la peor derecha francesa.
Para que la lucha contra la delincuencia y la criminalidad sea eficaz es también urgente que la Fiscalía asuma sus responsabilidades. Hasta ahora la ineficacia de la Fiscalía es patente y tal vez su dejadez es parte de una estrategia de la peor política de la derecha, que detrás de sus declaraciones indignadas y proposiciones rancias, aspira a poner sobre todo trabas y estorbos al gobierno actual. La derecha tiene como prioridad la reconquista del Ejecutivo, para ello ha puesto varios tizones en el fogón.
Asumir que la violencia surge de la sociedad
Pero una cosa que debemos asumir todos es que la violencia de las pandillas, de los otros delincuentes y traficantes son manifestaciones extremas de una violencia social que envenena nuestras relaciones sociales y que recorre a toda la sociedad salvadoreña. Esta violencia es antigua, profundamente arraigada. Las manifestaciones de esta violencia cotidiana y común son múltiples, van desde el lenguaje coloquial lleno de vulgaridades hasta el maltrato que se le inflinge a los niños y a las mujeres. Este maltrato se ha vuelto invisible, transparente. Los castigos corporales contra los niños, su rango en las relaciones familiares, su desconsideración generalizada, la explotación ultrajante en las calles y algunos talleres son fenómenos permanentes y que casi no llaman la reprobación social. Me estoy refiriendo a la sociedad y no a alguna que otra organización o asociación. Lo mismo podemos afirmar respecto a las mujeres. Las mujeres son el blanco de todos los abusos, ya sean verbales, como atropellos laborales, manoseos incluso en la vía pública. Si me refiero a los niños y mujeres en primer lugar, es porque también esto es lo más visible.
Esta violencia social toma el rostro del autoritarismo que recorre todo el tejido social salvadoreño. No es la primera vez que aludo a este autoritarismo. Se trata de un autoritarismo que hemos heredado desde la Colonia, pero que hemos ido cultivando en nuestra historia con todos los regímenes dictatoriales que se han multiplicado en el país. Estos regímenes han sido violentos, extremadamente violentos. La sociedad misma ante la sistemática violación de sus derechos civiles, libertad de expresión, libertad a secas, pues hubo encarcelamientos arbitrarios, expulsiones del país, torturas, asesinatos, masacres, la sociedad ante todo esto tuvo que recurrir también a la violencia. Se trataba de un derecho, pero era también un recurso extremo, pues la guerra insurreccional trajo indudablemente nuevos niveles de violencia. La guerra de tierra quemada que adoptaron los sucesivos gobiernos bajo el amparo y guía del imperialismo estadounidense dejó como saldo millares de muertos y muchos lisiados. La guerra dejó una ancha herida abierta. Esta herida no se sana con espectáculos presidenciales. La impunidad con que gozan los criminales de guerra es el criadero de la impunidad que gozan y reclaman los criminales de hoy.
La post guerra
La post guerra ha sido una larga mascarada que legalizó el crimen pasado y fue tolerando los crímenes que se cometían en los barrios. Pero ahora agobiados por tanto derramamiento de sangre, por los altos niveles de salvajismo en la ejecución de los asesinatos, la frialdad, la indiferencia de los delincuentes sentimos todos que esto ha llegado a límites intolerables. Pero, ¡cuidado! También podemos acostumbrarnos al horror criminal.
Nos hemos acostumbrado a la violencia institucional de la pobreza y en muchos casos de la miseria. Esta pobreza es criminal. ¿Cuántos niños han muerto por desnutrición en nuestro país? ¿Cuántos por enfermedades crónicas y curables? Hablo de los niños, pero esto se puede extender a las madres, que mueren en partos difíciles por falta de asistencia médica y por desnutrición. Esta pobreza no es una plaga o un fenómeno atmosférico. Esta pobreza es una consecuencia del sistema económico que padecemos. En el que sólo ha contado el interés del capital en detrimento de los hombres y mujeres de nuestro país. ¿Durante cuántas décadas las largas jornadas laborales eran sementeras de muertes prematuras? Los salarios de miseria producían una permanente hambruna. Este panorama no cambia, no ha cambiado. Los gobiernos con toda su fuerza bruta represiva, con toda su violencia, siempre han defendido y servido los intereses de las clases dominantes, de las clases que se han aliado siempre a los capitales extranjeros, sobre todo de los Estados Unidos. Estas clases dominantes, la oligarquía y la burguesía siempre han amenazado con dejar al país sin medios, si el gobierno se atreve a tomar medidas en contra de sus intereses, han amenazado abierta o asolapadamente de implementar un golpe de Estado.
Los intereses de la oligarquía requieren obligatoriamente bajos salarios. Ahora sus grandes pensadores tratan de imponer la desaparición del salario mínimo, de alargar las horas laborales. El pacto fiscal que proponen es la reducción de los gastos del Estado.
Nuestro país no puede permitirse disminuir los gastos en la salud pública, pues no da abasto a la penuria en que se encuentra, se urge de un aumento. Nuestro país no puede darse el “lujo” de disminuir el gasto de la educación y de la cultura, lo que urgimos es una profunda reforma y un gigantesco esfuerzo presupuestario para mejorar el sistema de enseñanza pública y de divulgación cultural. Nuestro país no puede reducir los gastos en la seguridad pública, todos vemos que al contrario se urge de un sensible aumento en ese rubro. Incluso estos no son realmente gastos, sino que verdaderas inversiones en el desarrollo nacional. Pero el país no puede seguir endeudándose.
Los pensamientos que salen del “tanque” de pensadores del patronato suenan huecos. Se han atrevido a proponer que se imponga a los vendedores ambulantes la TVA. La perversidad de esta gente es ingeniosa. Quieren agravar con un peso adicional la precariedad del subempleo y el raquítico poder adquisitivo de la población. La exigencia de disminuir el tren de vida del Estado no es otra cosa que la bulimia desenfrenada del patronato para recibir subvenciones y “ayudas” a la inversión. Esta actitud también es violenta, pues sustenta y justifica un estado de cosas que mantiene a nuestro país sumido en el subdesarrollo. Toda la actitud económica de la oligarquía ha sido parasitaria. Toda la producción de riquezas no ha servido para desarrollar al país, sino para mantener a una casta, que siempre ha vivido en la opulencia. Toda la acumulación de riquezas no sirvió para diversificar y modernizar la agricultura, ni mucho menos para crear las bases de una industrialización nacional.
Combatir y prevenir
No puedo dirigirme a los gobernantes de hoy, pues han optado por la militarización del país, por confiarle al Ejército un papel social que no le corresponde. El uso del Ejército para estos fines es la continuación de la aplicación de doctrinas de la “seguridad nacional”, pensadas por organismos ideológicos extranjeros y patrocinados por organizaciones ligadas a la CIA. El gobierno ha optado por continuar la labor iniciada por la derecha: el Ejército en las calles es un tramo mayor en la política agresiva del Estado oligárquico. El fracaso mexicano es patente en el uso del Ejército para fines de política interior. Pero la obediencia a los amos vuelve ciegos a los sirvientes.
No puedo dirigirme a los gobernantes de hoy, pues sus opciones no responden en nada a los intereses populares. La política de parches sociales no responde a las urgencias nacionales. Existen medidas que pueden ser el inicio de una política real de seguridad de la población, por ejemplo, el desarme total de la sociedad. Pero esta medida veja intereses privados de los mercaderes de la muerte. El aumento significativo de los efectivos policiales vendría a volver innecesarios las compañías privadas de seguridad. La subsistencia de estas agencias responde también a intereses privados. Se ha creado una comisión o un seminario para que medite sobre la ley de portación de armas, pero ¿por qué tantos remilgos para emitir una ley que puede ser de carácter profiláctico contra el crimen? La proporción de asesinatos cometidos por armas de fuego es enorme.
La restructuración de la policía implica devolverle o darle el carácter civil que los Acuerdos de Paz quisieron imponerle. Esta restructuración implica asimismo que la PCN se vuelva realmente garante de la seguridad y que obtenga la confianza de la población. La presencia policial ahora no es ninguna garantía de seguridad, pues su actitud es siempre prepotente, agresiva y violenta. Esta actitud corresponde a la ideología nacional de las relaciones sociales. El agente policial usa y puede abusar del poder que se le ha delegado. Este uso y abuso de la autoridad conferida es parte de nuestro funcionamiento social. Los maestros en las clases, los directores en las escuelas, el empleado público detrás de su escritorio, etc. practican esta “costumbre” nacional.
Una política preventiva, que por supuesto contiene una amplia franja educativa, no puede estar dirigida exclusivamente a la niñez y a la adolescencia. La violencia, el abuso de la autoridad es común en todas las edades y en todos los medios sociales. Es en el mundo adulto que tenemos que inculcar el respeto por los niños y por nuestras mujeres, el respeto y la aplicación de conductas civilizadas en el trato con los demás.
Es la sociedad que puede imponer las soluciones adecuadas para resolver este problema que tanto nos agobia. Pero para ello es necesario que renunciemos a recurrir exclusivamente a medidas violentas y represivas. Aclaro que el castigo del crimen es una parte de la política de combate contra la inseguridad, pero es necesario que entendamos algo tan sencillo, que el castigo viene siempre después del delito. Lo que nos importa es prevenir, crear las condiciones para su disminución radical y si fuera posible su desaparición. El castigo que viene después de cualquier falta debe contener su lado educativo. El castigo, todo castigo tiene que contener su aspecto preventivo. Es por eso que las cárceles tal cual están actualmente concebidas son sobre todo criaderos del crimen. El simple confinamiento, que se acompaña de un hacinamiento inhumano, debe proscribirse y ser remplazado por confinamientos con prácticas reeducativas.
Pero la medida fundamental es el cambio de estructuras económicas que contribuya a hacer desaparecer la pobreza, la miseria social. La vida precaria a la que están obligados tantos salvadoreños es fuente de incultura, de violencia sufrida y aplicada, de múltiples y profundos sufrimientos. En este mundo que predica a través de la publicidad que la realización personal consiste en el consumo de mercancías, de cualquier mercancía, útil o superflua, la pobreza es la negación de esa falsa realización personal, pero también privación de la real y verdadera realización personal a través de prácticas culturales y civilizadoras. Para ello es necesario cambiar el principio fundamental de la sociedad, el objetivo primordial de nuestras instituciones: mantener, propiciar y aumentar las ganancias privadas.
Carlos Abrego
Blog Cosas tan pasajeras
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Sr. Abrego comparto su punto de vista todo lo escrito es verdad, la sociedad salvadorena se ha transformado en una sociedad de seres humanos de un nivel muy bajo
ResponderEliminarAhora mismo he regresado del cine y he visto una pelicula que se llama SIN NOMBRE hasta ahora estoy completamente en estado de choque todo lo que ví, por todo lo que tienen que pasar los salvadorenos mas empobrecidos para huir para el norte y atrás estos compatriotas organizados en bandas, una persona normal solo puede sentir miedo de estos seres humanos que no conocen los escrupulos, el respeto,a sus semejantes,yo creo que morire en el destierro que yo he escogido que regresar a un pais que no consigue que su ciudadanía viva en PAZ.
Carlos excelente tu articulo sin embargo te comento que nuestros compatriotas y descendencia de exiliados en los tiempos de guerra en paises extranjeros ,seguimos aplicando las neurosis de esos tiempos y no existe estado y pais que soporte tantos crimenes de una que fue y es de nuestros estados soberanos charlatanes. .responsabilidad..roque dalton retrato mejor que nadie nuestra idiosingracia de sociedad fracturada .un ejemplo fresco .en el drama de la guerra si vivias en ciudad y cabeceras de el salvador solo fuimos testigos de tanta tragedia en el campo con los bombardeos y operativos ,bien sabiamos que mataban a nuestros herman@s espectadores como siempre ,si no es contigo no te metas pero cuando la tragedia llego ala ciudad en el 89 supieron que es un moustruo grande .estamos de nuevo ante este grave drama de nuestra sociedad emferma .y pretendemos seguir de expectadores como ayer.
ResponderEliminar.extrano la mistica de oganizacion de esos anos que nos dio la victoria contra el imperio y la oligarquia feudal .la solucion es que retomemos la organizacion de nuestro pueblo .y dejemos de ser espectadores.ante tanto dolor..
ALGO MAS SOBRE LA VIOLENCIA:¿DESDE CUANDO SE EJERCE LA VIOLENCIA INSTITUCIONALIZADA?ERA TAN TERRIBLE LA VIOLENCIA ALOS INDIJENAS QUE LOS COLONIZADORES ASESINARON MILES DE MILES DE LOS NUESTROS PARA LA OPRESION YLA HORRIBLE ESCLAVITUD.EN EL SIGLO PASADO CON LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO EN 1932 SE COMETE TREMENDOS CRIMENES CON LOS CUALES SE LES QUITARON LAS TIERRAS POR LOS MISMOS EXPLOTADORES DE HOY,HACIENDO LA ACMULACION DE RIQUEZA ACOSTA DE LA VIDA DE LOS SALVDOREÑOS LLEVADOS ALA MISERIA ESPANTOSA.ENORME IMPUNIDAD Y CORRUPCION DE LOS TERRATENIENTES HACIENDO DEL SALVADOR EN LA PRACTICA DOMINACION FEUDAL ALO MAS CRIMINAL;LOS EJERCITOS DE LA OLIGARQUIA FIELES SIRVIENTES Y ASESINOS.REPRESION BARBARA DEL PUEBLO COMO RESPUESTA A DESEOS DE LIBERACION .DURANTE EL CONFLICTO DEL PUEBLO CONTRA LA OLIGARQUIA SE ASESINA INMISERICORDE A NUESTRA GENTE,MASACRES POR TODOS LADOS EL ANGEL DE LA MUERTE DE LA OLIGARQUIA Y DEL IMPERIO GRINGO AHOGAN NUEVAMENTE LOS DESEOS LIBERTARIOS DE NUESTRA GENTE,LA IMPUNIDAD DE TANTA MASACRE SE MANTIENE HASTA NUESTROS DIAS,MAS LA TREMENDA CORRUPCION Y EXPOLOTACION DE LOS PRIVADOS MERCADERES GRANDES EVASORES DE IMPUESTOS LLEVAN ALA TRISTE VIDA MISERABLE DE LA GRAN MAYORIA DE LA POBLACION. LA IMPUNIDAD INJUSTICIA LA CORRUPCION Y LA REPRESION CONTRA EL PUEBLO ES LO DOMINANTE.ESTA VIOLENCIA INSTITUCIONALIZADA GENERA DESINTEGRACION FAMILIAR EXCLUYENTE Y MARGINATIVA,MISERABLE QUE MUCHOS SALVADOREÑOS EMIGREN AL NORTE EEUU.MILES DE JOVENES Y NIÑOS QUEDAN EN TERRIBLE ABANDONO QUE CRECEN SIN NINGUNA ESPERANZA Y ENCUENTRAN EN LA CALLE EL GERMEN DE SUBSISTENCIA QUE LLEVA AL CRIMEN EN TODAS SUS FORMAS.NUNCA EN LOS 20 AÑOS DE LOS ARENARCOS HUBIERON POLITICAS DE INCLUCION SOCIAL DE LAJUVENTUD Y SE ABANDONA ALA NIÑEZ A MORIR DE HAMBRE Y EN SOLEDAD TREMENDA.LA EMIGRACION DE SALVADOREÑOS POR LA POBREZA HUMILLANTE ESTA COBRANDO CON MAS VIOLENCIA CONTRA EL PUEBLO POR FALTA DE POLITICAS ECONOMICAS SOCIALES QUE PERMITAN MEJORES CONDICIONES DE VIDA.AL FINAL ESTA MALDITA SOCIEDAD CAPITALISTA ESTA RECIBIENDO LO QUE HA CREADO;PERO LO TREMENDO ES QUE LA MISMA GENTE EMPOBRECIDA ES LA QUE ESTA PONIENDO LOS MUERTOS.LOS RICOS Y LOS POLITICOS CORRUPTOS TODOS SIGUEN EN COMPLETA IMPUNIDAD DE SUS CRIMENES HORRENDOS Y AHORA QUIEREN SER LOS JUSGADORES LOS JUECES.ES TRISTE EL PAPEL DEL FMLN SUS CUPULAS CORRUPTAS ALIENADS POR EL SISTEMA EN ESTOS 18 AÑOS NO ORGANIZARON AL PUEBLO PARA DEFENDERSE DE LA OPRECION DE LOS CRIMINALES EXPLOTADORES QUE GENERA MAS POBREZA LO QUE LOS HACE COMPLICE DE LA CRIMINALIDAD EXISTENTE, PUES MIENTRAS NO CAMBIEMOS ESTE MODELO CRIMINAL ECONOMICO MERCANTILISTA QUE ESTE GOBIERNO DE FUNES YEL FMLN DESEAN CONTINUAR SEGUIREMOS CONTANDO SIN FIN ALOS MUERTOS DEL PUEBLO POBRE.YA SE ME OLVIDO POQUE LUCHARON LAS CUPULAS DEL FMLN EN EL CONFLICTO,NO YA ME ACORDE LUCHARON POR:SER FUNCIONARIOS SUELDOS VERGONSOZOS ALOS OJOS DEL PUEBLO, SER CORRUPTOS,GRANDES PRIVILEGIOS,SER POLITICOS ELECTOREROS,Y DE PEGARSE COMO GARRAPATAS DE LOS PUESTOS PUBLICOS MIENTRAS TANTO EL PUEBLO AGUANTANDO HAMBRE Y MUERTE.RICARDO ADALBERTO MERLOS CRUZ.
ResponderEliminar¡ATENCIÓN!¡ATENCIÓN!Posible segundo intento de CENSURAR telesur. La empresa TIGO ha anunciado la inserción de algunos canales a su programación para el día 10 de julio. Probablemente usará la misma estrategia para tratar de eliminar de su programación a TELESUR. LLamemos anticipadamente esta vez para amenazarlos de que si quitan telesurt suspenderemos las suscripciones... o que simplemente no estamos de acuerdo y nos mostraremos muy muy descontentos con la empresa si suprimen telesurt.
ResponderEliminar¡Poder ciudadano!
Avisa...
Las familias fracturadas no son solo aquellas cuyos padres se han ido para los Estados Unidos, también son las familias en las cuales los padres viven en la misma casa con sus hijos pero son padres irresponsables, que saben que sus hijos delinquen y muy comódamente viven de la "renta" que sus hijos cobran...
ResponderEliminarGeneralmente hablando los habitantes de este chiquito país somos irresponsables, no cuidamos a nuestros hijos. Debemos tener menos hijos también. Siempre será más fácil educar, amar, cuidar, dedicarles tiempo a 2 hijos, que a 6, 7, 8, etc. etc.
Hay hombres que van por la vida embarazando a cada mujer incauta que encuentran y hay mujeres que van por la vida dejándose embarazar por cada "macho" cínico que se cruza en su camino. Esto debe cambiar, todos debemos pensar que estos bebés crecerán, necesitarán educarse, vivir dignamente, trabajar, etc.
Hay jovencitas que a los 15 ya son madres. A donde vamos a ir a parar con tanta irresponsabilidad????? En mi vencindario hay varios "hombres" que tienen hasta 11 hijos con diferentes mujeres y por supuesto, muchos de estos hijos han buscado "mejor futuro" en los Estados Unidos... Tampoco podemos esperar que gringolandia resuelva los problemas que nosotros, por irresponsables, causamos.... hay que ser honestos y decir también nuestros errores (los errores del pueblo).
Conozco una Sra. que apenas sabe leer y escribir, siendo una jovencita (creo que 15), los padres, que eran campesinos, la casaron con un "viejo" de 40, que tenía sus chirilicas (claro está). No voy a contar todo lo que la pobre sufrió, pero si les cuento que esa jovencita, desamparada, traicionada por sus propios padres tuvo el valor de abandonar al viejo sinvegüenza, un día se cansó de los malos tratos, agarró a su bebita y se marchó. La bebita ahora es una mujer hecha y derecha. Esta mujer que apenas sabe leer y escribir se dedicó a su hija y nunca más se volvió a casar ni volvió a tener otro hijo (o hija)... Personas como ella son los verdaderos héroes, y no jugadores (de cualquier deporte) actores o cantantes, que bien merecen admiración por sus talentos, no deben ser vistos como héros PORQUE NO LO SON.... aunque ganen la copa mundial de fútbol...
MariaMarta
heroinas por traer a otro ser a sufrir en este mundo..por favor.
ResponderEliminarsi apenas puede con su vida..
LOS PROBLEMAS SOCIALES NO SE PUEDEN INDIVIDUALIZAR.LA MAYORIA DE LOS JOVENES CON PROBLEMAS SOCIALES SIN RESOLVER EN EL SALVADOR EN EL CASO DE MUCHACHOS EN MARAS COMO DICE MARIANA QUE RENTEAN ESTOS(EL JOVEN DE MARA) SON HIJOS DE PADRES QUE SI SE REVISA SU HISTORIA SOCIAL SU HISTORIAL DESDE SUS ABUELOS ES HISTORIA DE EXCLUCION,MARGINACION, Y EN MUCHOS CASOS DE INDIGENCIA.NINGUN PADRE EDUCADO,CON EMPLEO DIGNO,CON SALUD ADECUADA,CON UN MEDIO AMBIENTE AMIGABLE,CON VIVIENDA APROPIADA JAMAS VA TENER HIJOS MAREROS RENTEROS.QUE PODEMOS ESPERAR DE UNA SOCIEDAD ENFERMA QUE DISCRIMINA ALAS MUJERES EN MULTIPLES FORMAS SIN LA EDUCACION MINIMA SUFICIENTE PARA SU BUEN DESARROLLO??VEAN LOS SALARIOS DE HAMBRE(MENOS DE 6 DOLARES POR JORNADA EXTENUANTE) QUE TIENEN EN LAS MAQUILAS,EL ACOSO SEXUAL,LABORAL,MALTRATO A QUE SOMETEN A NUESTRAS MUJERES SIN DUDA ALGUNAS MUJERES QUE TRABAJAN EN ESAS CONDICIONES Y NO SOLO EN LAS MAQUILAS ES PROBABLE QUE TENGAN HIJOS EN COMPLETA EXCLUCION EL UNICO CULPABLE :EL ESTADO QUE MANTIENE UN MODELO CRIMINAL QUE HUNDE CADA DIA A MUCHA GENTE EN LA PEOR POBREZA HUMILLANTE.EL MISMO FUNES DIJO EN SU CAMPAÑA DE MENTIRAS QUE EN EL SALVADOR EL 80%(DATOS DEL PNUD DEL 20008 Y QUE HA EMPEORADO EN EL GOBIERNO DEL CAMBIO??) DE LA GENTE QUE TRABAJA NO TIENE EMPLEO DIGNO DIRIA YO EN LA MAYORIA MISERABLE.UNA SOCIEDAD EDUCADA ORDENADA PLANIFICA LA FAMILIA(NO SOLO EN EL NUMERO DE HIJOS POR FAMILIA) ESO ES MUY CORTO ESE ANALISIS, PLANIFICAR LA FAMILIA NO ES CONSEBIBLE SINO HAY EDUCACION,SALUD,VIVIENDA DIGNA,MEDIO AMBIENTE AMIGABLE CON EL SER HUMANO Y PARA TODO ESO SE REQUIERE UN ESTADO QUE ESTRUCTURE LA ECONOMIA COMO UN BIEN SOCIAL INCLUYENTE.EN ESA FORMA NO TENDRIAMOS PADRES IRRESPONSABLES,HOMBRES Y MUJERES IRRESPONSABLES(AMBOS EN EL SALVADOR ABANDONAN LOS HIJOS Y LOS HOMBRES POBRES MACHISTAS Y ALGUNOS CON PISTO MUY MAL HABIDO Y MAL EDUCADOS VAN DEJANDO POR DOQUIER MUJERES MAL EDUCADAS Y POBRES QUE SE DEJAN EMBARAZAR.YO PERSONALMENTE TRABAJO CON JOVENES QUE SALEN EMBARAZADAS ALOS 12,13,14,15,AÑOS LA MAYORIA LA CAUSA DE ESE EMBARAZO ES SIN NINGUNA DUDA Y BIEN DEMOSTRADA LA DESINTEGRACION FAMILIAR TREMENDA ,BUENO LA VIOLACION SEXUAL ES UY FRECUENTE EN ESOS HOGARES DESINTEGRADOS EL PRINCIPAL VIOLADOR ES EL PADRASTRO,LOS TIOS, LOS CURAS ,LOS PASTORES EVANGELICOS, Y HASTA LOS PROPIOS PADRES;NO CREEN QUE ESTAMOS BIEN JODIDOS??LOS GRINGOS SON RESPONSABLES DE TODOS LOS PROBLEMAS SOCIALES DE AMERICA LATINA,PUES ELLOS HAN MANTENIDOS GOBIERNOS CORRUPTOS PARA QUE LES CUIDEN SUS INTERESES YCLARO PARA ESO HAN TENIDO EN CONTUBERNIO OLIGARQUIAS CORRUPTAS EN ESTOS PAISES A TRAVEZ DE ENORMES FRAUDES ELECTORALES O ATRAVEZ DE GOLPES DE ESTADO.ANALISEMOS UN POQUITO MEJOR LOS PROBLEMAS SOCIALES NO ES DE SOLO TENER 2 O 3 HIJOS.RICARDO ADALBERTO MERLOS CRUZ
ResponderEliminarRICARDO ADALBERTO MERLOS CRUZ:
ResponderEliminarSus comentarios son bienvenidos. Favor escribir los proximos con minúsculas.
Gracias.
Bueno leyendo opiniones el problema de hijos de padres (machos)irresponsables que con toda clase de artimanas se acuestan con mujeres y hacen hijos y despues los abandonan es un problema complejo y de la falta de una buena educacion sexual, tanto para los hombres como para las mujeres y aquí la falta de esa buena educacion es responsabilidad del estado, despues como ya lo explico el sr. Dago Gutierrez sobre los problemas judiciales cuando una mujer practica el aborto aquí entra el problema tambien de los falsos moralistas y de algunas religiones,porque así pueden venir millones de ninos al mundo a vivir en una sociedad que solo les ofrece violencia de todo tipo.Tambien no se puede pensar en la castracion ni mental ni sexual de mujeres o de hombres. El problema es el mismo que ya muchos lo han citado, es un problema de educación y la educación en todos las instituciones y en todos los sentidos es responsabilidad unica y solamente del estado.Cuando un estado asume su papel con responsabilidad podrá tener un pueblo mas o menos civilizado y no una ciudadanía o una gran parte de ella en estado selvaje.
ResponderEliminarDefinitivamente el RESPONSABLE es el estado, porque el estado por su GULA por el poder (hablando de los funcionarios de estado) se olvidan del pueblo y solo se acuerdan delos pobres en epoca de elecciones cuando precisan de su voto. Creo que el estado debe ponerse trucho, teniamos gran esperanza que este GUEBIERNO haria mas por el pueblo pero nos dimos en la cara porque la explotacion y la marginacion sigue y no hay quien nos ampare, por ejemplo esas asociaciones feministas sus dirigentes maltratan a sus empleadas en sus casas y salen a las calles dizque en defensa de la mujer, en las MAQUILAS ahi deberian ir las señoras de estas organizaciones porque las operarias son maltratadas fisica, laboral y psicologicamente por MUJERES (supervisoras) quienes las desesperan hasta hacerlas renunciar. Hay tanta porqueria en este pais que uno se indigna si se pone a pensar en estas cosas y lo peor que se siente uno impotente ante la negligencia del estado y organizaciones no gubernamentales que deberian pronunciarse ante tanta ave rapaz que hay en el Salvador. para mi que en las proximas elecciones deberiamos de abstenernos de emitir nuestro voto (por lo menos yo no votaré) ya que es la unica manera de demostrale a todos los corruptos, el poder del pueblo, ya que esta jodido que nosotros los ponemos en sus cargos para que nos JODAN, ¡¡¡VE QUE CHIVO!!!!!!
ResponderEliminarLa violencia o terrorismo de Estado, se inició en nuestra América con la llegada del despotismo europeo para apropiarse, en principal, de las riquezas muebles e inmuebles, más fuerzas musculares loborales de nuestros tatarabuelos aborígenes por medio del eufemismo llamado "encomiendas".
ResponderEliminarEn Norteamérica septemtrional, los ingleses del May Flowers, al nomás llegar, empezaron a aniquilar etnias completas por medio del genocidio. Pronto se extendieron hacia el centro y occidente de cuanto ahora es EUA. En 1847, por medio de la violencia estatal, a México le fue robado más de la mitad de lo que ahora es su territorio nacional.
El Estado gringo ahora,por medio de la violencia disfrazada de narcotráfico, pretende minimizar las fuerzas públicas del Estado Mexicano y así, en un futuro casi inmediato, apoderarse del resto mexicano, Esa misma violencia gringa se está aplicando en: Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú, Chile y Haití; pero, los gringos se están haciendo así, ¡ve!, con: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Uruguay más Argentina, Brasil y Paraguay; Corea del Norte, Vietnam, Irán, China Continental, Rusia, más otras repúblicas que fueron de la fenecida URSS.
Claro: oligarquías latinoamericanas son Caballo de Troya o Quinta Columna del imperialismo yanqui; sin embargo, dicho desalmado imperialismo está por fenecer; pues, con ayuda de Madre Natura, más el abuso de gringos mismos, tierras adyacentes al Golfo de México se están volviendo páramos enegrecidos y estériles, más contaminaciones ambientales de sus cielos y subsuelos, harán innecesarias energías bélicas termonucleares para ver fenecer a seudo prepotente imperialismo yanqui.
Chichipate Cañaverales.-
Es PNC...no PCN.
ResponderEliminar¿Cómo los británicos y después los yanquis en sigloXIX se apoderaron de extensísimos territorios formadores ahora de Canadá y EUA, incluyendo el septentrón mexicano?... Se valieron de violencias terroríficas, tanto criminales como religiosas... Impunes pistoleros y escopeteros, apoyados por Washington city más otros gobernadores de Estados recién creados, con pastores metodistas amenazando con el infierno, cometieron inenarrablables barbaridades contra: Apaches, Xiux, Navajos, Tarahumaras, Iroqueses, etc... Esas mismas tácticas terroristas de Estado emplearon contra: Méjico en 1847, Cuba, desde 1998 hasta el presente; Nicaragua, desde antes de
ResponderEliminarel General de Hombres Libres (Sandino) hasta cuando impusieron a la testaferra vileta de chamorro, etcétera.
El mismo terrorismo religioso prosedente de EUA sigue campante hasta Cabo de Hornos por medio de tantas sectas, más sionistas que cristeras; pues con el "blen" de que dios-jehová impone a nuestros gobernantes, nuestras masas envenenadas con ese opio religioso, no acuden a urnas; imponiéndonos, por terrorismo dado por ese dios-diablo, a verdaderos vende-patrias: parias obedientes al tío sam al imponernos neoliberalismos empobrecedores, etc.
Concluye Chichipate Cañaverales.-
A propósito de las estructuras socioeconómicas, todo lo que ha venido proponiendo la clase capitalista transnacional ya forma parte del PQD, que si bien el FMLN no tuvo la oportunidad de discutir y modificarlo, ni menos "observarlo", tampoco se molestó a criticarlo.
ResponderEliminarLas estrategias macroeconómicas podían haberse copiado (y a lo mejor lo fueron) de las propuestas de FUSADES, que por su parte retoman todo lo exigido por el FMI y el Banco Mundial. De hecho, en la página 98 se puede leer que:
"La política fiscal del gobierno de la república está respaldada por el acuerdo Stand-by suscrito con el Fondo Monetario Internacional para el período 2010-2012, que se constituye en un instrumento de garantía ante los mercados financieros e inversionistas. Dicho acuerdo está en total concordancia con el Plan Quinquenal de Desarrollo y reafirma el compromiso del presidente Mauricio Funes y su Gobierno con la estabilidad macroeconómica y con el manejo responsable de las finanzas públicas."
Y para los que tengan un poco de entendimiento de economía, el PQD no es nada más que un plan para seguir explotando a la gente adentro y fuera del país para seguir enriqueciendo las transnacionales. Ante el fracaso del modelo actual, esto genios proponen más de lo mismo--más subsidios para las transnacionales, más exportaciones, más "competitividad", más préstamos del los bancos transnacionales, más especulación en "nuevos instrumentos financieros" (incluso propone convertir las pensiones en cuentas de inversiones en vez de pagar la renta vitalicia), más privatizaciónes, más desarrollo de las zonas de procesamiento de exportaciones (la ciudad-puerto La Unión), más presas privadas (después de El Chaparral a comenzar con Cimarrón)--y para la gente, una política de austeridad.
Yo creo que la sociedad es un espejo que refleja la conducta de los que tienen el poder. En Cuba, se tiene un gobierno libre de interés particular, libre de influencia del capital, un gobierno honesto y digno, y eso se refleja en que esa sociedad tiene las tazas de delincuencia más bajas en todo el mundo. El Salvador representa todo lo contrario: un gobierno vendido, corrupto, violento en sus políticas económicas y sociales, por demás deshonrado. Cuando este gobierno ve esta violencia común de la gente, se está mirando en el espejo.
El 20-j es un ataque de falsa bandera.
ResponderEliminarSi no se me cree solamentes fijense en los frutos que está rindiendo:
1) Excesiva militarización de la sociedad
2) Toques de queda
3) Nuevo impuesto para seguridad
4) Nuevas leyes represivas
5) Posibilidad de la pena de muerte
6) Etcétera....
Todo siempre en contra de nosotros, los ciudadanos. Nada que responsabilice a la oligarquía, empresa privada y mucho menos a la clase política, todo contra el ciudadano común.
¿Dónde y cuando se ha hablado de sanación del Sistema Judicial, de la PNC, de la corrupción? ¿Dónde y cuando se ha hablado de "institucionalizar la justa distribución de los recursos"?
No, para nada.
Se habla de leyes, bota militar e impuestos nuevos.
El que tenga ojos que mire....