Los Estados Unidos desean que los países latinoamericanos sean sumisos a sus dictados. Les preocupan mucho los asuntos relacionados con la guerra o la paz; pero más están interesados en dominar los recursos estratégicos que en abundancia poseen las naciones de América del Sur.
La “prueba de laboratorio” en Honduras, en principio, parece haber dado buen resultado, tanto a los golpistas títeres como a sus patrocinadores criollos de la oligarquía y los que más arriba les sirvieron de soporte y garantía: el imperialismo norteamericano. Es nada más una apariencia, pues si de verdad algo lograron fue despertar la conciencia política de miles de hondureños, tradicionalmente apegados a un sistema de partidos donde sobresalen el Nacional y el Liberal. Ahora se habla y se discute de conciencia social, de avanzar hacia la aprobación, apenas postergada, de una nueva Constitución, de democracia participativa, de una profunda reforma agraria y de construir una sociedad más avanzada.
El imperialismo usa creativamente sus muchos y variados recursos en ese programa estratégico al que nunca ha renunciado, de dominio geopolítico a nivel mundial, de mantener bajo su égida a pueblos y gobiernos, de procurarse las reservas minerales y, sobre todo, el petróleo, el gas, la plata, el oro, el cobre, el zinc, entre otros. Desde luego, no puede obviarse el contar con regímenes sumisos y obedientes a su peculiar forma de concebir la administración política y militar de un país. En la antigüedad, Roma expandió su hegemonía en extensos territorios europeos, asiáticos y africanos. Vivió por largos años de esas riquezas y dictó sus propias leyes con gobernadores o pro cónsules. Un día comenzó su declive. Los pueblos que aparentemente dominaron, les legaron su cultura, su arte y su historia.
Los Estados Unidos han estado acostumbrados también a imponer sus propias leyes, a que ningún gobierno del mundo, muy distantes de sus fronteras, se proclame independiente, soberano y escoja su sistema de sociedad. La característica, precisamente, del imperialismo es la división territorial del mundo; desde luego, como Lenin lo señala, está también la concentración de la producción y del capital que llega a un nivel tan elevado de desarrollo que conduce a la creación de los monopolios, los que desempeñan un papel decisivo en la vida económica de los estados capitalistas. Cuando Salvador Allende nacionalizó el cobre, llamado “el salario de los chilenos” y otros minerales estratégicos, también comenzó la campaña sistemática para desacreditarlo, crearle inestabilidad, hasta propinarle el golpe militar con plena asesoría y patrocinio de la CIA y las fuerzas más oscuras del imperialismo.
Es lo que está ocurriendo actualmente en América Latina: al abortarse el ALCA y, por el contrario, fortalecerse el ALBA como una alternativa muy propia de las raíces de esta región, el gobierno de Estados Unidos comienza a diseñar un plan macabro para romper y terminar con la unidad de gobiernos progresistas de América del Sur: por medio de convenios financieros ha mantenido atado al régimen de Lula en Brasil, mismo expediente de control usado con la República Oriental del Uruguay; pero al fracasar tal recurso y otros más con Venezuela, se recurrió al golpe militar y, posteriormente, al paro petrolero. El pueblo se encargó de restituir en su cargo al presidente Hugo Chávez. En Bolivia también se intentó sacar del poder al presidente Evo Morales. Cuando fracasaron los planes, se pensó en un atentado contra la vida del mandatario. Las maniobras fallaron y los mercenarios yugoeslavos responsables de ejecutar el hecho, se encuentran presos. En esta misma línea se actuó contra el presidente Rafael Correa en Ecuador, pero una y otra vez los planes fueron descubiertos y fracasaron.
El imperialismo pasó entonces a ejecutar un cuarto plan: el golpe de Estado contra el presidente José Manuel Zelaya en Honduras. El lazo se rompió por la parte más delgada. En extensión debe verse como una clara amenaza contra los países del ALBA y, concretamente, contra los países arriba mencionados. Los responsables de la asonada militar nunca se imaginaron la reacción de miles de hondureños, de gente humilde organizándose y movilizándose para exigir el retorno de su mandatario y del Estado de Derecho. Los oligarcas creen a estas alturas de los acontecimientos que sus planes macabros han triunfado; pero, como dicho está, los resultados son otros y nunca más ese país volverá a ser el mismo que soportó la explotación de sus recursos mineros, de las plantaciones bananeras y el robo descarado de todos sus recursos. En este país centroamericano también se termina el tiempo para los capitalistas.
Sólo el tiempo, si muchos años han pasado, ya lo hemos dicho, permite apreciar el nacimiento, el mediodía y el ocaso de ese fenómeno complejo y multiforme que llamamos un imperio. Cuando un imperio desaparece (recuerden a Roma, Constantinopla, Persia, los turcos Otomanos) en la vastedad de sus ruinas, otros pueblos nacientes recogen los despojos e inician, de nuevo, el trayecto histótrico y humano. A veces se pierde el nombre y la exacta geografía de los imperios que se han desvanecido en el horizonte. El documentalista, el sociólogo, el historiador, trabajan entonces evocando testigos, piedras, ruinas, o escuchando las palabras que, más duraderas que los monumentos, son ecos de remotos idiomas olvidados. Nos viene a la memoria la gesta del heroico Vietnam, un pueblo imbatible que en los momentos estelares de su historia supo vencer al colonialismo francés y al imperialismo norteamericano.
Los forjadores y patrocinadores del golpe de Estado en Honduras se sienten "orgullosos” de su hazaña, de haber pervertido la punta de una incipiente democracia; pero es pura ilusión, una majadería que tendrá su justa respuesta. Es probable que los historiadores futuros fijen en los días que hoy vivimos el principio de lo que será la larga agonía de un imperio: el imperio capitalista norteamericano. Como aconteció en todos los que el hombre levantó en el pasado, los signos de su muerte aparecen temprano. Son siempre, en lo esencial, los mismos: profundas contradicciones y conflictos internos, graves trastornos económicos, desajustes social, moral vencida. Pero el imperio norteamericano no concluirá -lo hemos dicho ya- sin una prolongada lucha cuya duración nadie puede prever. Pero las señales de su anunciada caida son ya visibles.
El pueblo estadonuidense todavía se conmueve por el desplome financiero mundial, por el rescate de los llamados “grandes” bancos y la quiebra de importantes fábricas, como la General Motors, de la que alguna vez se dijo “por donde marche la GM caminará la economía norteamericana”. La conciencia colectiva se ha puesto a prueba. Y si es verdad que, por una parte, se ha descubierto -sólo una muestra- de la sucia realidad de la democracia americana, también es cierto que una opinión pública muy poderosa ha lanzado sus voces de condena al utilizar el gobierno fondos de los contribuyentes para sanar las heridas de los capitalistas, de los feroces explotadores de esa sociedad. Lo que denota, por lo menos, la persistencia de ciertas virtudes cívicas.
El enorme deterioro que sufre actualmente el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, lo ha obligado a crear instrumentos para restaurar y salvar, en lo posible, el decoro de la administración del presidente Barack Obama. Los planes incluyen acciones políticas (entre ellas la reforma migratoria, de salud y agraria), administrativas y sociales (la aprobación reciente de la reforma social) dentro del país y una gran actividad diplomática y militar en el exterior (por cierto han salido con la cola entre las patas, literalmente huyendo de Irak y están perdiendo la guerra en Afganistán). Naturalmente esa operación de rescate no intentará modificar la opinión, ni el juicio que sobre el gobierno americano y su política tienen formado ya las capas progresistas, las minorías, los jóvenes inconformes o los grupos marginados. Eso ya es imposible. Se dirige a recobrar la confianza de la media y la alta burguesía y de los hombres y organizaciones del capitalismo, de los que el presidente de los Estados Unidos es simple mandatario.
Pocote
Simón Bolívar dijo: Nunca nos conquistaron por las armas. Nos subyugaron por nuestros miedos supersticiosos al hombre europeo cabalgando, empuñando un crucifijo y amenazando con infiernos por nadie conocidos... NUESTRA HISTORIA, QUE NO ES VELOZ CUALES GUAPARDOS O GACELAS, SINO LENTA PERO SEGURA COMO TORTUGA, NOS ESTÁ LLEVANDO DESPACIO HACIA LA EMANCIPACIÓN DEFINITIVA, EJEMPLOS: DERROTA A "SANTA" INQUISICIÓN, TRIUNFO DE GALILEI SOBRE "SABIONDOS" PAPAS Y CARDENALES; TRIUNFO DE ILUSTRACIÓN EUROPEA POR MEDIO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y DESARROLLO DE LAS CIENCIAS; INDEPENDENCIA LATINOAMERICANA DE ESPAÑA; INDEPENDENCIA DE CUBA DEL IMPERIALISMO YANQUI AL APARECER TRIUNFANTE DON FIDEL CASTRO RUZ (1959); DERECHO AL VOTO Y A LA EDUCACIÓN SUPERIOR FEMENINAS; TRIUNFO DE REVOLUCIÓN SANDINISTA; SOCIALISMO DEL SIGLO XXI IMPLEMENTÁNDOSE EN REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA POR MEDIO DEL PALADÍN LLAMADO HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS, HIJO DE FIDEL CASTRO, NIETO DE JOSÉ MARTÍ Y BISNIETO DE SIMÓN BOLÍVAR; RESURRECCIÓN DEL LÁZARO LATINOAMERICANO (BOLIVIA) LLEVADA A CABO POR ABORÍGENES AIMARAS Y QUECHUAS COMANDADOS POR EL "INDIO" EVO MORALES AYMA; REVELIÓN DE RAFAEL CORREAS EN ECUADOR, SIENDO CORREAS UN "CHICAGO BOY"; DERROTAS DE EXTREMAS DERECHAS (LADRONAS) EN: GUATEMALA, EL SALVADOR, PARAGUAY, URUGUAY, BRASIL, ARGENTINA, CHILE, ETC. ... EL IMPERIALISMO GRINGO NACIÓ MUERTO EN 1945 CUANDO DESTRUYÓ CON FUEGO ATÓMICO A HIROSHIMA Y NAGASAKI. POCO DESPUÉS EN COREA SUFRIÓ PRIMERA DERROTA AUN AMPARÁNDOSE EN LA RECIÉN CREADA "ONU"; LOS VIETNAMITAS, DESPUÉS DE DERROTAR A FRANCESES, ACULARON LOS FRIJOLES A LOS GRINGOS HASTA EXPULSARLOS DE AQUEL SACRO TERRITORIO DE HO CHI MING; MÁS TREMENDAS APALEADAS SUFRIDAS POR LOS YANQUIS EN PLAYA GIRÓN CUBANA, ETC. PRONTO EL PUEBLO ESTADOUNIDENSE SE REBELARÁ CONTRA SIONISTAS INTERNACIONALES DOMINANTES EN USA, A PURO PAN Y CIRCO.
ResponderEliminar¿Y saben porque el Imperio hace todo esto en las narices de los pueblos de América Latina y nadie lo condena?
ResponderEliminarEs por los medios de comunicación.
Ya lo dije en una ocasión en otro lado, en la blogosfera se le está dando un enfoque muy muy timorato al problema de los medios de comunicación terroristas.
Los periódicos, canales de televisión y radio le han declarado la guerra al pueblo salvadoreño. Entiéndase: no es una simple manipulación, es una guerra.
Pero como muchos o casi todos no lo ven asi, la consecuencia es que se va perdiendo y seguramente se perderá. Feliz Año.
Yo quisiera agregar las luchas de Anastacio Aquino, Feliciano Ama, Farabundo Marti, Herbert Anaya Zanabria. La revolucion en El Salvador recien empieza. Preparence oligarcas porque su tiempo esta cerca. Posiblemente yo ya no lo voy a ver; pero no me importa; mis nietos o los hijos de ellos lo van a disfrutar porque no solo va a estar en las nopticias de NBC, ABC, National Public Radio; este ultimo servicio noticioso, es muy bueno. Les recomiendo Democracy Now, en espanol . En el blog El Trompudo hay una entrada a esa prestigiosa organizacion.saludos
ResponderEliminarestados unidos siempre esta presente en todos los paises trantando de controlar las fuerzas del pueblo que dia a dia exigen mas y mejores servicios por parte de los gobiernos y es por eso la preocupacion del imnperio norteamericano de provocar golpes estados en paises cuyas personas están poco organizadas.......todos a organizarnos y no permitir mas explotacion en nuestros pueblos y transmitamos mensajes de esperanza a nuestra gente que añora tiempos de paz y progreso...
ResponderEliminarLas barras y estrellas levantadas con gran esfuerzo sobre un atolón o islote del Pacífico, --según fotografía propagandística yanqui-sionista difundida por todo el mundo allá por 1944-45--, ahora ha sido cambiada por marcas comerciales chatarreras (coca-cola, pollo kentuky, macdonald, pepsi, miguel jacson, parques disney, etc.); pues barras y estrellas no tan imperiales, fueron cambiadas por logotipos de marcas dolarizadas arriba mencionadas; sin importarle a sionistas internacionales gringos destruir a nuestra única e insustituible nave espacial: LA TIERRA.
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