Debemos avanzar de cara al futuro

"Los mayores privilegiados de este gobierno deben ser los humildes, las familias más vulnerables, ya los pocos acumularon suficientes riquezas, el turno de progresar es para las mayorías poblacionales". En tiempos del presidente Salvador Allende, en Chile, el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) le exigía al presidente mayor rapidez en la ejecución de medidas económicas, políticas y sociales a favor de las mayorías poblacionales. De hecho, en los primeros meses se decretó la nacionalización del cobre, llamado “el salario de los chilenos” y, en consecuencia lógica, la expropiación de empresas mineras en mano de consorcios extranjeros, sobre todo norteamericanos e ingleses. También se le otorgó mayor protagonismo en las decisiones estatales a la población. Ese encendido radicalismo produjo fisuras en el gobierno de la Unidad Popular. En el caso nuestro, dirigentes políticos de izquierda y respetables ex militantes del FMLN, así como reconocidos intelectuales, sobre todo universitarios, están exigiendo al presidente Funes, introducir modificaciones al modelo económico en vigencia, ejecutar una profunda reforma fiscal, enjuiciar a los corruptos, a los contrabandistas y a los evasores de impuestos, además de expulsar de sus puestos a todos los militantes de Arena, así como no conceder privilegios de ninguna naturaleza a altos empresarios que durante los pasados veinte años se lucraron con las necesidades del pueblo salvadoreño, aprovechando las ventajas arancelarias, licitaciones amañadas, mínimas cargas tributarias y “permisos especiales” de importación, exportación y más concedidos por los regímenes areneros. En el caso particular, nosotros hemos pedido una mayor definición con respecto a las relaciones con las cúpulas empresariales y, desde luego, la ansiada apertura con los obreros, los campesinos y las capas medias; del mismo modo, eliminar de sus cargos a reconocidos funcionarios areneros, quienes lejos de aportar a la buena marcha del gobierno, entorpecen sus ejecuciones y son una especie de “caballos de Troya” en la administración pública. También hemos pedido, y lo reiteramos, evitar que la riqueza se siga concentrando en pocas manos, y menos cuando hay de por medio políticos que eliminan o absorben a quienes les estorban en su carrera hacia el enriquecimiento. La responsabilidad de mantener por largos años un sistema de privilegios y un modelo económico aberrante, excluyente, lo tiene la oligarquía. El desarrollo económico se ha logrado por la explotación del ser humano, “del hombre por el hombre”, escribiría Carlos Marx, del sistema de privilegios y de colocar la mercancía y las ganancias por encima del hombre y de la mujer. El director de el diario de hoy siempre habla de “nuestros avances en la agricultura, en la bonanza del café, la caña del azúcar, el algodón” y de la “creciente industrialización” y el “moderno avance comercial”, de las carreteras y grandes obras de infraestructura. Pero, a quiénes favorece tal desarrollo? En qué lugar y espacio se concentran esas riquezas? Por qué las mayorías poblacionales no las disfrutan? Un equilibrado avance sería aquél que distribuyera equitativamente la riqueza, los ingresos de la nación, de sus habitantes, pues, bien con educación y salud de calidad, como en la asignación de empleos bien remunerados. Cojutepeque, por ejemplo, ya no produciría únicamente chorizos, butifarras y todos esos derivados de la carne de cerdo y reces, y no serían habitantes famosos por la industria de la pólvora y la confección de artículos de cuero, se habría constituido en un centro industrial de primer orden que se desarrollaría al calor de los buenos gobiernos. El presidente de la ANEP, Federico Colorado, tiene el total derecho a producir y exportar quesos de primera calidad, nadie se lo discute; pero también los fabricantes de queso fresco, de morolique, de cuajada, de San Vicente, Zacatecoluca, Zapotitán, Chalatenango, Santa Rosa de Lima o de Sonsonante, tienen todo el derecho a crecer y avanzar en sus pequeños negocios, mediante el apoyo firme de una banca estatal o de organismos gubernamentales encargados de tales rubros. Los habitantes del Norte de San Miguel, campesinos del arado, de la milpa y el azadón, también deberían gozar de derechos y obligaciones constitucionales, por lo tanto deben ser oídos en sus peticiones, más si estas tienen que ver con el destino y estabilidad de sus hijos y nietos. El gobierno es para todos y no de manera particular para los grandes productores, hacendados o millonarios. El éxito de un buen mandatario está en saber escuchar a TODOS, en resolver con sabiduría y conocer los límites de sus decisiones. El Salvador arrastra con años de un penoso retraso en la educación, la salud, la ciencia y la tecnología; los anteriores regímenes siempre se preocuparon por el hoy, por lo inmediato, sin pensar en los planes para el futuro. Los ejemplos abundan: los pasos a nivel se construyeron pequeños y con materiales de mala calidad, no medimos el constante crecimiento poblacional ni el parque vehicular; por ahorrarnos, para decirlo simbólicamente, unos miles de dólares adquirimos de un sólo proveedor, el hierro, el cemento, la pintura y otros materiales. El resultado es que tales obras no resolvieron el tráfico vehicular y a los pocos meses hubo que proceder a su reconstrucción, debido a su constante deterioro; los hospitales se edifican en lugares no adecuados, reducidos en su funcionamiento y con muy pocas camas para atender la creciente demanda. Además, nunca son equipados con aparatos modernos ni suficientes medicinas y personal médico y de enfermería. Un país tan limitado en su territorio es, paradójicamente, propenso a su deterioro ambiental sin detenerse a pensar en el daño irreversible que se causa al promedio de vida de millones de habitantes y a la misma naturaleza. Es más importante construir modernos y lujosos centros comerciales, hoteles de cuatro y cinco estrellas, campos de golf y residencias ostentosas que preservar el medio ambiente con los nichos ecológicos para distintas especies de la flora y la fauna. La finca El Espino y la Cordillera del Bálsamo, sobre todo en la franja sur de San Salvador, ha sido sometida a una infame explotación de los recursos naturales y se han eliminando paulatinamente las últimas reservas de agua y de biodiversidad que le restaban a la zona metropolitana. Con ello nada más estamos acortando muchos años de vida a los seres humanos y a la misma naturaleza. Con la construcción de presas hidroeléctricas como El Chaparral, también se está reduciendo la territorialidad de nuestro país y causando un daño irreversible a miles de personas que habitan, tienen sus pequeñas parcelas y trabajan en toda la zona norte de San Miguel. Se razona de parte del gobierno que es un proyecto ya heredado de las anteriores administraciones y que suspender los trabajos de construcción significaría pagar una millonaria multa a la empresa constructora, así como renunciar y cancelar capital e intereses del préstamo otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Más allá de las explicaciones y justificaciones está el interés de la persona humana, de la colectividad de seres, de la existencia misma de la naturaleza. Cuando decimos que nunca planificamos a largo plazo, precisamente nos referimos a que siempre procedemos por lo inmediato, por lo deseable en el corto período; nunca exploramos otras posibilidades como la energía solar, la eólica o la térmica. El Gobierno del Cambio está en la obligación moral de trabajar por la población más humilde, por las familias vulnerables, atendiendo otras demandas, pero sin olvidar que su mayor acento y preocupación está en generar empleos de calidad, combatir y erradicar la delincuencia común y el crimen organizado, realizar profundas reformas educativas y de salud (lograr cobertura universal y gratuita), avanzar en el programa nacional de vivienda popular barata y de calidad, garantizar la seguridad alimenticia, abaratar el costo de las medicinas y reducir el costo de la vida. Con estos programas, el nuevo gobierno estaría cumpliendo muchas de las promesas de campaña y garantizando al menos cinco años más de administración de izquierda para consolidar las obras y avanzar en otros proyectos. Pocote REENVIA - IMPRIME - COMPARTE - HAZ PATRIA - COPYLEFT