Entra en hervor la crisis de muchos de los sistemas tradicionales del peculiar esquema salvadoreño, así como la de los "críticos" y "analistas", otrora implacables para juzgar al partido de izquierda. A pocas semanas de la toma de posesión del nuevo gobierno, se comprueba, en la medida que se acerca la hora histórica, la ineficacia de los consejos, los pedidos, los requerimientos para conocer el nuevo gabinete y las reservas, sobre todo, de los sectores empresariales.
El respeto a muchos de los principios sacralizados en la atmósfera de El Salvador, en los últimos cuatro lustros, resulta incompatible con el anuncio y la adopción de las ineludibles medidas del futuro gobierno en la defensa del interés elemental, no sólo de ese 52% que votó a favor del cambio, sino de una abrumadora mayoría de salvadoreños. Frente a la gravedad de la crisis económica, nacional e internacional, producto de la usura y la avaricia sin límites de los capitalistas y del agotamiento del sistema que defienden, cabe preguntarse : ¿es respetable proclamar y sostener la libertad de comercio y demás garantías para la libre empresa? ¿Hay alguien en el país que pueda cultivar con optimismo la ilusión de las soluciones tripartitas, cuya base es la fantasía de combatir la especulación y otras deformaciones del mercado, con la "generosa" ayuda de los mismos especuladores?
Hoy, más que nunca, el nuevo gobierno no sólo estará en la obligación de mantener un equilibrio entre precios y salarios, proteger y crear nuevos empleos, combatir la corrupción, el contrabando y la evasión fiscal a nivel interno, sino que tambien, a nivel internacional, poner límites a las presiones y recomendaciones de los organismos financieros, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, dos de los causantes de la crisis universal, así como de las intervenciones y mandatos del imperialismo, que por años han mantenido de rodillas a los regímenes derechistas que ha tenido El Salvador.
La oligarquía salvadoreña ya cumplió su ciclo histórico y su destino manifiesto, en complicidad con organismos financieros, burguesías y gobiernos pro imperialistas del mundo; en tal sentido, esta no tiene ninguna solvencia moral o razón de peso para exigir "reglas claras", "compromisos" o conocer, antes que nadie, los nombres de las personas que integrarán el nuevo gabinete de gobierno. En el pasado su costumbre era imponer presidentes y "recomendar" políticas económicas a seguir. El tráfico de influencias se volvió algo normal, lo mismo que especular, acaparar productos y luego subir los precios a su antojo, pues nunca aceptaron que los sucesivos gobiernos intervinieran o regularan al "sagrado mercado".
Sería ocioso repetir la exposición de los factores reales de los graves problemas heredados y a los que deberá hacerle frente y, desde luego, resolver el nuevo gobierno. La crisis mundial nos afecta a todos, lo mismo que el alza de precios de los productos de primera necesidad, disparados con los nefastos gobiernos areneros. Lo cierto es que tanto la debacle financiera mundial y la caída estrepitosa del modelo neoliberal, así como el triunfo del FMLN, ha modificado radicalmente el panorama de las relaciones entre los distintos protagonistas y actores del escenario nacional. La tradicional sumisión política de los gremios sindicalizados frente a la política oficial, a cambio, en el mejor de los casos, de ciertos logros en las limitadas mejoras de los contratos colectivos, y no en lograr una definitiva política favorable a la clase obrera, está ya desprestigiada entre los núcleos de trabajadores más conscientes.
Esto comenzó a cambiar desde que sectores cooperativistas, asociaciones de empleados, campesinos organizados y más, firmaron compromisos con el FMLN y la entonces fórmula presidencial, considerando un apoyo irrestricto a la reactivación del agro, la libertad sindical,la promesa de un Ministerio de Trabajo garante y árbitro imparcial de las relaciones obrero-patronales, así como un Ministerio de Agricultura y Ganadería al servicio del desarrollo nacional, y no simplemente una institución protectora de los acaparadores, de los intermediarios e importadores de insumos agrícolas. Ahora, la situación es distinta y empieza a tomar cuerpo la preocupación generalizada por la angustiosa situación de los trabajadores no sindicalizados, huérfanos de toda protección legal y, además, la del proletariado agrícola, marginado de toda medida proteccionista y víctima obligada de la carestía y de los acuerdos del TLC.
Esta desesperante situación caracteriza a El Salvador, en estos días anteriores a la toma de posesión de las nuevas autoridades. El país espera, mientras escucha los artificiales y demagógicos llamados de los dirigentes de las cúpulas empresariales y de sus testaferros, una definición concreta de las políticas públicas, las cuales, en su primera fase, se darán a conocer este 15 de abril. Nosotros esperamos que no se siga rindiendo culto a la divinizada libertad de comercio, que tanto daño ha causado a las mayorías poblaciones con el alto costo de la vida, la especulación y el acaparamiento de productos esenciales, incluyendo el precio exorbitante de las medicinas.
Ese canto de sirena del sueño de la prosperidad, ya ha quedado en el pasado. Este fue sostenido con la tesis hamiltoniana de crear la riqueza, aunque se concentrara en pocas manos, suponiendo que después rebasaría esa limitación para beneficiar a todos los salvadoreños; estas plegarias han permitido a la burguesía vigorizarse con subsidios y estímulos directos e indirectos, multiplicados con su protectora alianza con las grandes empresas transnacionales; han cimentado y ampliado poderío hasta el grado de la impertinente altivez que todavía hoy muestran, al amenazar y poner condiciones al nuevo gobierno por asumir el 1 de junio.
Estamos hablando de esa prepotente "iniciativa privada", que siempre se ha opuesto -hasta hoy victoriosamente- a la reforma fiscal, indispensable para nutrir al fisco con la equitativa contribución de quienes más beneficios y lucros obtienen en sus empresas. Las máximas obligaciones fiscales, con impuestos al consumo de artículos y servicios indispensables, ha recaído siempre sobre la masa cautiva -todos los consumidores-, existiendo una horrible injusticia y desequilibrio entre aquellos que de casi todo carecen y quienes de la angustia pública obtienen el incremento de sus fortunas privadas.
La salud del país sucumbirá, más pronto o más tarde, a nuevos triunfos del interés de la "libre empresa" sobre las necesidades vitales de la mayoría de salvadoreños. Este parece ser el dilema que se plantea hoy al primer gobierno de izquierda que registra la historia de El Salvador. Después de tanto sufrimiento, de opresión política y marginación social, el país espera que la nueva administración anteponga el interés de la nación y de los sectores mayoritarios de su población, sobre el del lucro excesivo de un sector privilegiado, el cual, a la hora de las precisiones, ni siquiera puede demostrar su condición salvadoreña.
En síntesis, el país vive una condición de emergencia. Nada altera la realidad el hecho de que esa emergencia obedezca coyunturalmente a factores internacionales, ni en qué medida esos factores incontrolables sean más poderosos que los de origen interno. La emergencia está aquí, hoy. Y reiteremos, con la esperanza de verla convertida en realidad, la fórmula perogrullesca que reza : "A situaciones de emergencia, medidas de emergencia".
Pocote
Los empresarios que manejan gran parte del comercio nacional y que simplemente defienden sus intereses, ni deberian dar opinion, ni tampoco se les debe dar, puesto que ellos siempre han estado en contra de impulsar politicas que vayan a favor de los mas pobres y que por cierto buena cantidad de las utilidades va para sus bolsillos.
ResponderEliminarLos gobiernos de ARENA siempre han rendido cuenta a estos empresarios y han seguido tambien resetas de instituciones internacionales(FMI,BM)que tienen a este mundo envuelto en una crisis economica de gran envergadura, cuyo resultado es tener pataleando a un sistema capitalista fracasado.
Sabemos que las politicas del nuevo gobierno tienen que ser simples y sencillas, siempre mirar abajo, impulsando politicas para las clases medias y bajas y que no importe que es lo que digan los de arriba, al fin y al cabo ellos ya se dieron gusto...
Ahora el cambio es para la gente...
la oligarquia y el gran capital, deberian estar calladitos, con la trompa cerrada, no les conviene hablar ni una sola palabra, no tienen la solvencia para exigirle al nuevo gobierno reglas claras, ni señales de nada, estos hijos de powta, han explotado al obrero, han robado y han saqueado el erario publico! y ahora vienen a pedirle al nuevo jefe de estado que le manden el listado del gabinete, estos riquillos si que son sinverguenzas, descarados, no se dan cuenta que ahora quien mandara es el pueblo, nosotros asi lo decidimos, ya no queremos mas neoliberalismo ni capitalismo voraz, AHORA BIEN MAURICIO FUNES Y EL FMLN DEBEN GOBERNAR PARA LOS QUE LO ELIGIERON PRINCIPALMENTE, EL PUEBLO POBRE Y MARGINADO, FUNES NO LE DES EXPLICACION NI DETALLES DE TU GOBIERNO A LA BURGUESIA NI AL EMPRESARIADO, NO TE VENDAS AL CAPITAL CORRUPTO QUE HA SANGRADO DURANTE MAS DE 20 AÑOS AL PUEBLO DESPOSEIDO,NECESITAMOS AL PRESIDENTE DEL PUEBLO! NO AL PRESIDENTE DE LOS MILLONARIOS! TU PUEDES MAURICIO, ESTAREMOS VIGILANTES DE NUESTRO NUEVO EJECUTIVO.
ResponderEliminarVamos a ver como será la postura de Funes y su equipo ante el fondo monetario Internacional. Yo soy escéptico ya que si te diste cuenta durante la campaña Funes y Segovia fueron al Banco Mundial Y al fondo monetario para hablar de aprobar 1,5 billones de prestamos, el cual lo concedieron, de tal manera que no es de esperar que Funes adopte una politica de defensa soberana ante el banco mundial y fondo monetario. Basta ver como reaccionó cuando Gerson Martinez mencionó renegociar la deuda externa. Funes hasta pagó en la prensa un campo pagado rebatiendo a Gerson, lo que ante muchos pareció inusitado y fuera de proporción.Me pareció que fue un exabrupto de funes. Veremos
ResponderEliminartotalmente de acuerdo!!! no puede ser el problema la soluciòn del problema!!! les felicito por este buen artìculo
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