No hay nada que explicar a los grupos de poder.

No terminan aún de apagarse los ecos del triunfo del FMLN en las elecciones presidenciales, cuando los medios de propaganda de la derecha jurásica, los "analistas", los empresarios de la argolla, Arena y sus funcionarios, arman la oposición con una trama un tanto sutil, en la que se conjugan la provocación, el infundio, la intriga, el rumor tendencioso, las calificaciones gratuitas, el gangsterismo. Se trata de confundir al país, de alarmarlo, dividirlo, sembrar la desconfianza entre los salvadoreños, y predisponer al pueblo contra el nuevo gobierno, antes de que este asuma los destinos de la nación, el próximo 1 de junio. El diario de hoy, que en la contienda electoral se caracterizó por encabezar una de las campañas más sucias que registra la historia salvadoreña, ahora abre sus páginas a la opinión de "analistas" de tendencia derechista, como el cubano Carlos Alberto Montaner, el mafioso venezolano Alejandro Peña Esclusa, y el guerrillero arrepentido Joaquín Villalobos (este último se define como "izquierdista", pero en la práctica está claramente alineado al partido Arena). Hablan sobre "la encrucijada que enfrentará el nuevo gobierno, bien siguiendo los pasos del brasileño Luiz Ignacio da Silva, o los del venezolano Hugo Chávez". Desde luego, el objetivo final es buscar la confrontación, el enfrentamiento entre Mauricio Funes y el FMLN, pues aseguran que si el nuevo mandatario quiere "mejorar la democracia liberal y el régimen de economía de mercado, deberá seguir el ejemplo de Lula; pero que si se inclina por el socialismo del siglo XXI de Chávez, empobrecerá más a sus compatriotas". Según estos análisis tendenciosos, la primera opción lo llevaría a un rompimiento con la dirigencia de su partido, mientra que con la segunda recibiría aplausos y reconocimientos. Los que hemos nacido en esta patria chiquita, como decía Rubén Darío, conocemos de su triste historia, de sus numerosos intentos por quitarse el yugo opresor y transitar por caminos de verdadera autonomía e independencia. Los que analizamos con objetividad los fenómenos endógenos y exógenos que amenazan nuestra estabilidad política, económica y social, no podemos ser fatalistas ni extremadamente triunfalistas. No se trata de copiar o seguir un modelo extraño a nuestra idiosincrasia, de repetir como lora en estaca lo que hacen o dicen gobiernos de otros países : se trata de construir un régimen de vida capaz de superar años de atraso en todos los órdenes, y de generar bienestar y felicidad a la mayoría de salvadoreños. Los juicios y comentarios que hasta hoy hemos leído y escuchado de "analistas imparciales", tienen la peculiaridad de provocar y crear incertidumbre, de colocar espinas y piedras en el camino, de tirar la piedra ocultando la mano, de empujar sin asumir responsabilidad y de hablar sin plantear honestamente sus peticiones. El empresario Roberto Murray Meza, dice, por ejemplo, que "el manejo de modelos fracasados no nos va a traer soluciones exitosas a El Salvador". Sin duda se refiere al socialismo que nadie está pensando en implantar o desarrollar en este país. Pero si Murray fuera objetivo, imparcial y menos venenoso en sus juicios y apreciaciones, también debería expresar que el modelo neoliberal, que por veinte años nos impusieron los gobiernos de Arena, ha fracasado rotundamente y ha caído estrepitosamente en el mundo. Nadie en su sano juicio, apostaría en este momento a un régimen económico y financiero que se ha derrumbado a escala mundial. Para qué seguir transcribiéndolo? Sería excesivo. Pero es necesaria una cita más, de todas las expresadas por este magnate burgués a La Prensa Gráfica. "El pueblo, dice Murray, ha depositado su confianza en Mauricio Funes, y él tiene una gran deuda política con el pueblo salvadoreño…" Muy de acuerdo con lo afirmado por este empresario : son los excluidos, los marginados, los pobres de este pueblo los que votaron por el Cambio y la Esperanza, para recordar un slogan de campaña. Los ricos, los acaudalados, no apoyaron a la izquierda, lejos estamos de imaginarnos tal hecho; pero sí hubo esfuerzos de concertación y se generaron alianzas, donde ciertos sectores del gran capital se inclinaron por la opción de la izquierda, "cansados de la arrogancia, el despilfarro y la corrupción de Arena", como bien lo expresara un empresario santaneco. Entre los ensordecedores tamborazos, tenemos indicios y nombres de las personas y los "analistas" que están siguiendo una agenda bien trazada y planificada; sabemos dónde se ubican los agentes de tanta alarma. Al conocer el medio de propaganda que les ofrece su plataforma, y escuchar a los funcionarios y presidentes honorarios de Arena, entendemos de dónde vienen los palos y el inicio de una feroz campaña de rumores y desprestigio hacia las nuevas autoridades que nos gobernarán durante los próximos años. Como dicen muchos políticos: "lo firmo en esta fecha y a las pruebas me remito". Nosotros no nos prestamos a estas maniobras. Por el contrario, con la fuerza de la razón señalamos los turbios intereses que conspiran contra la estabilidad del nuevo gobierno, conspiración que por todos los medios intenta destruir su credibilidad. Si examinamos las colecciones de periódicos, desde 1972 a la fecha, para no ir demasiado atrás en el tiempo, así como los discursos de los políticos de la derecha, veremos que cada vez que se producen hechos o avances progresistas, se emplean los mismos argumentos, las mismas fórmulas de denuncia, intriga y desestabilización. "Yo confío en Mauricio Funes, pero me preocupan las actuaciones del FMLN", expresan; Murray Meza lo dice claramente : "Vemos una cierta confrontación y contradicción adentro del FMLN, que deberá aclararse…" No existe mucha diferencia entre lo que hacían los regímenes militares y sus partidos políticos con lo que hace ahora Arena, sus fundadores y patrocinadores : las huelgas, las marchas campesinas, las protestas por el costo elevado de la vida o peticiones para mejorar salarios, los cargaban a la conspiración comunista, a emboscados de determinado signo ideológico. Qué ha cambiado desde esas épocas al presente? Nada, se mantienen los mismos ataques, los resquemores, el odio acendrado, la amargura y el revanchismo frontal contra un pueblo que tomó la decisión de sacar del gobierno a los corruptos. El cinismo es tan alto y ofensivo que llegan a proclamar públicamente que "haremos una oposición constructiva y vigilante para que se respeten nuestras libertades políticas y económicas". El nuevo gobierno por asumir el 1 de junio entrante, debe jugar reglas claras, realizar el plan político, económico y social trazado y presentado al pueblo en su oportunidad: nada tiene que explicarle a la oligarquía, nada al partido Arena ni a sus medios de propaganda, que claramente se plegaron a la campaña sucia. El FMLN está en el deber y en la obligación de trabajar y gobernar junto a su pueblo, de encontrar en él su respaldo y su defensa ante los copiosos ataques que ya se vislumbran y comienzan a tambor batiente. No hay nada por ceder ni conceder a los grupos oligárquicos. La consigna debe ser combatir drásticamente a la corrupción, el contrabando, la colusión,la evasión fiscal, el compadrazgo y el nepotismo. Si las nuevas autoridades descubren defraudación al fisco y cuentas pendientes de personas jurídicas y naturales, están en la obligación de denunciarlos y llevarlos a la justicia. Son los casos esclarecedores los que irán pavimentando el camino de la credibilidad. Sobre este tema abundaremos en próximos comentarios. POCOTE IMPRIME-COMPARTE-REENVIA-HAZ PATRIA