Los Tránsfugas de la Política...

"La política es el arte de lo posible", afirman los expertos. Es también una especie de ciencia social donde se analizan y se debaten los más diversos problemas. Es, en fin, "un arte para conducir los asuntos del gobierno", según una de las definiciones del Diccionario Enciclopédico. La política es una doctrina cuyo origen se sitúa en la antigua Grecia, con Platón y Aristóteles; pero también fue estudiada por Maquiavelo (La realidad y el poder), Montesquieu (La separación de poderes), Rousseau (Soberanía del pueblo) y otros grandes pensadores, quienes, de alguna forma, dieron inicio al liberalismo político. En El Salvador hemos tenido muchos y destacados líderes, algunos se autonombraron "científicos de la política", como Julio Adolfo Rey Prendes; otros, "especialistas y tratadistas", como René Fortín Magaña; los hubo populistas, como José Napoleón Duarte; "campechanos", como Roberto Edmundo Canessa; y otros, como el coronel José Ascencio Menéndez, quien se definió como un "apóstol de la política". En los últimos años han surgido otras especies, como los tránsfugas, los traidores, los futurólogos, los mercenarios y los apátridas. No podemos dejar de mencionar a los "interesados", a "los comprometidos", a "los entreguistas", y aquellos de la peor calaña, a los cuales los salvadoreños simplemente conocemos como “"os vendidos". Son personas sin dignidad, sin carácter ni personalidad, y llegan a la política y a cargos públicos en busca de poder y dinero. "A mi póngame donde hay", es la frase usual de tales especies infrahumanas. Triste destino para los que alguna vez estuvieron al lado del pueblo y de las causas justas. Los que han traicionado los más altos intereses populares siempre inventan excusas para justificar su "traslado" hacia corrientes reaccionarias y recalcitrantes : "es que x partido no da apertura, son muy cerrados, no admiten el debate ni la discrepancia...son ortodoxos y están dominados por las fuerzas comunistas; no existe tolerancia", se les oye justificar. Desde que se inventaron los pretextos, todos encuentran eco en los medios de publicidad y en algunos sectores de la sociedad para plasmar sus amarguras y razones "de peso" para su fácil y rápido acoplamiento a corrientes de pensamiento muy distintas a las que en su momento aceptaron y juraron defender y cumplir. El señor Arturo Zablah, candidato a la vicepresidencia por el partido Arena, es un caso muy peculiar. En los gobiernos de Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol, ocupó importantes cargos como Ministro de Economía y presidente de CEPA, respectivamente. Fue destacado miembro de ese partido claramente definido como de derecha, fundado y sostenido por los sectores económicamente poderosos de este país. En los últimos años, Zablah se dedicó a su empresa y se convirtió en un fuerte crítico de las administraciones de Francisco Flores y Antonio Saca. Nunca se conocieron las razones que tuvo para abandonar su hogar de siempre. Dos frases por él pronunciadas, todavía son recordadas por la población salvadoreña : "Para provocar cambios en la economía del país, es necesario sacar a Arena del gobierno". Y la segunda : "Este gobierno de Arena es mercantilista y fomentador de los monopolios". Muchos políticos de distinto signo ideológico y hasta empresarios, creyeron que el hombre había recapacitado y que, de alguna manera, estaba expiando sus pecados, buscando redimirse al admitir ante la opinión pública que se había equivocado al jurar lealtad a una corriente y expresión política claramente definida en contra de los intereses de las mayorías poblacionales. Esa supuesta posición de "demócrata" cobraría un poco más de credibilidad cuando hace dos o tres años manifestó su intención de postularse como precandidato presidencial con la bandera del FMLN. Un verdadero abogado del diablo! Los dirigentes del partido de izquierda lo escucharon, analizaron sus propuestas e intenciones, pero no le creyeron. Con franqueza y de manera directa le dieron las gracias, al tiempo de aclararle que por voluntad de la mayoría de sus bases y petición de grandes sectores de la sociedad salvadoreña, habían decidido llevar como su candidato a Mauricio Funes. El señor Zablah no descansó en sus aspiraciones, fundó una pequeñita sociedad que dio en llamar "Alianza por el Cambio", una especie de partido político sin inscripción legal, con el objetivo de buscar una alternativa y encontrar respaldo a su "ambición desmedida", como la llamó el empresario Miguel Lacayo. Los oportunistas de siempre se le acercaron y le manifestaron su voluntad de "formar un frente amplio para competir en las elecciones presidenciales". El hombre que no tiene un pelo de tonto, analizó que con esos pequeños agrupamientos no llegaría a ningún lado. Los Hernández, los Parker, los Salgado, los Aguiluz, salieron con las cajas destempladas. Ese caballero ya había tomado, desde muchos meses antes, la decisión de tomar puerto en el mismo barco del policía fracasado, Rodrigo Ávila, quien, por cierto, se había prestado al gran show mediático de aparentar una apertura democrática en el seno de Arena. El señor Gerardo Suvillaga, a quien le habían ofrecido la candidatura a la vicepresidencia, tuvo que largarse con la cola entre las patas. De la noche a la mañana, el tránsfuga Zablah cambió su manera de pensar. Todas las críticas hechas a los gobiernos de Arena fueron plumas que se llevó el viento, simples coscorrones a cipotes inquietos y alumnos descarriados. De repente, todo era bueno y era necesario reconocer que, en pocos días, y como por arte de magia, el gobierno y Arena se habían transformado; nunca aportó pruebas ni justificó tales cambios, únicamente se limitó a hablar de "un gobierno ciudadano y participativo", un galimatías digno de un tránsfuga. Como el ciudadano Zablah existen otros en este jardín jurásico. Uno de ellos es el eterno estudiante de Oxford, Inglaterra, el ex-comandante Joaquín Villalobos. Él fue uno de los destacados comandantes y estrategas del FMLN; formó parte de la Comisión que logró la pacificación y el fin del conflicto armado; su firma quedó estampada en los Acuerdos de Paz, suscritos en Chapultepec, México, en enero de 1992. A partir de entonces iniciaron sus maniobras para "reconvertir" al FMLN y hacerlo más potable y al gusto de la oligarquía, los Estados Unidos y todos esos sectores reaccionarios que únicamente piensan en cambios cosméticos, en reformas puntuales y nada que atente o afecte contra sus intereses económicos, políticos y sociales. Como la mayoría de miembros la Comisión Política el FMLN y las mismas bases del partido no aceptaron sus propuestas, el señor Villalobos y varios de sus compañeros dirigentes del antiguo ERP, renunciaron al FMLN y, con la venia de Arena y sus otros patrocinadores, fundaron el Partido Demócrata, que fue "flor de un día". En consulta popular el mismo pueblo les respondió no estar de acuerdo con sus propuestas, esas que en su momento ofrecieron como "la mejor alternativa a la dirigencia del FMLN". En la actualidad se ha convertido en analista de el diario de hoy, un medio totalmente plegado a los más oscuros intereses de la oligarquía, del gobierno y el partido Arena. Villalobos, como ya es usual en su peculiar manera de pensar, se contradice y no es coherente en sus apreciaciones, esto por varias razones, entre ellas por su resentimiento y amargura, además de someterse graciosamente a directrices o lineamientos de sus patrocinadores y por no atender uno de los criterios básicos de un escritor de fuste : escribir con la cabeza, no con el corazón. Usar la razón más que la pasión. En uno de sus alocados comentarios escritos en el diario de hoy, el miércoles 31 de diciembre de 2008, sostiene que "...Funes pondrá los votantes, pero éstos no son una fuerza organizada (?). El candidato no tendría diputados, todos son comunistas, y para influir sobre el Poder Judicial se necesitan diputados. Tampoco tiene Funes alcaldes ni bases o dirigentes en el partido; sin embargo, no podría dejar al Frente fuera del gabinete. Los ministros y funcionarios del Frente obedecerían a su partido y no a Funes. Es decir que el FMLN tendría el control de la fracción legislativa, parte del Poder Judicial, alcaldías importantes, y una porción del gabinete". Ustedes entendieron este párrafo? Qué querrá decir este caballero? Muchos me dirán que se está ciñendo, exactamente, al pensamiento de Arena. Sostiene que Funes no manda, sino que lo hace el FMLN. Existen muchas palabras y sinónimos en el idioma Castellano. Por qué, entonces, no recurrir a palabras y frases sencillas? El hombre trata de decirnos que es culto y que domina la filosofía, la dialéctica y la doctrina de la sabiduría; pero, detrás de todas esas posibles explicaciones se encuentra un traidor, un renegado, un tránsfuga, quien utiliza los mismos argumentos repetidos en la guerra sucia de Arena y los medios publicitarios. Un botón de muestra? Aquí se los presento : "De triunfar el FMLN", dice este sujeto de marras, "ampliarían su poder sobre el Tribunal Supremo Electoral, comprando con petrodólares al tercer partido, y continuarían su labor de penetración y reclutamiento sobre el Poder Judicial. A la Fuerza Armada la infiltrarían y la depurarían para controlarla. En síntesis, ampliarían su fuerza de lucha callejera y le garantizarían impunidad, todo esto lo combinarían con capacidad para neutralizar, chantajear y amenazar a empresarios, opositores, periodistas e incluso al propio Funes y sus amigos. Una vez teniendo ese poder podrían hacer lo que quieran con la economía, la política y la prensa. Lo anterior no es una especulación, es el modelo bolivariano de poder (SIC)". Con esta pieza de amargura y del más tétrico panorama de una pitonisa, ustedes ya coincidirán conmigo que los lineamientos y el dinero vienen del gobierno y de Arena. El hombre, quien alguna vez se comprometió a reivindicar los más sagrados y genuinos intereses de las mayorías empobrecidas de este país, ahora piensa diametralmente lo contrario. Los malos de la película son sus antiguos compañeros de lucha, los combatientes que generosamente regaron con su sangre la campiña salvadoreña, esos a los que negó con su pensamiento y palabra al proclamar públicamente (Joaquín Villalobos lo dijo al pronunciar el discurso en la Feria Internacional al fundar el Partido Demócrata) que “aceptamos que siempre estuvimos equivocados al levantarnos en armas”. De la noche a la mañana, los buenos son los escuadroneros, los oligarcas, los capitalistas, los "mercantilistas", como les llamó en su oportunidad el actual candidato a la vicepresidencia de Arena, Arturo Zablah, compañero de viaje de Villalobos. Los salvadoreños podemos tener muchos defectos, como ser violentos, impulsivos, impacientes, malcriados, curiosos; pero también tenemos nuestras grandes virtudes, como ser solidarios, trabajadores, emprendedores, tenaces, valientes y protectores, hasta las últimas consecuencias, de la familia; pero, además, sabemos distinguir dónde se encuentran nuestros amigos, nuestros enemigos, nuestros benefactores y nuestros detractores. "Mis compatriotas, mis hermanos", como les llama Roque Dalton en su “Poema de Amor”, tienen un nombre patentado para todos aquellos que "cambian de cama" o de escenario político, como Facundo Guardado, Guadalupe Martínez, Julio Hernández, Celina Monterrosa, Iliana Rogel, hermanitos Galeas, Joaquín Villalobos y otras especies de la fauna salvadoreña...ese es : TRAIDORES!