Una luz de esperanza en el horizonte...

A todos nuestros lectores : Les presentamos nuestra nueva ficha, es el amigo colega bloguero "Pocote", que escribe en elsalvador.blogspot.com Él, junto al equipo del blog (Kavernicola, Reyzope, Trompudo, Compadre, Superk, Samuel y Palomudo), así como nuestros colaboradores en bambalinas, continuaremos martillando la mamona de los vendepatria. Así que, de aquí al 2009 y más allacito, nos seguirán leyendo en nuestra gran tarea de Despendejización Nacional. Gracias! Trompudo y Palomudo === Los economistas y los administradores de empresas tienen mucho trabajo actualmente, al menos para tratar de explicar la crisis capitalista y la estrepitosa caída financiera en Estados Unidos e Inglaterra. El presidente Saca, tan dado a especular y opinar sobre temas que desconoce, asegura que el fenómeno es un típico movimiento de casinos, esto es pérdidas y ganancias, mafias y jugadores empedernidos. Ojalá esas fueran las causas y no el gradual ocaso del imperialismo. Hay varias teorías y leyes dialécticas que científicamente explican ese fenómeno: el desarrollo del capitalismo y su caída debido a las contradicciones internas del mismo sistema. Con todo, no queremos recrearnos en el tema sino, más bien, hablar de los efectos, como las variadas teorías acerca de la inflación y la deflación, la pérdida de capacidad adquisitiva del salario y las danzas de unas monedas, como la libra esterlina y el dólar, antes imperiales y hoy en franca decadencia. Algunas de esas hipótesis son brillantes y aun con ciertos reflejos poéticos. Más por ventura o desgracia, más de esto último por cierto, las amas de casa no han tenido tiempo de conocerlas, con excepción, naturalmente, de doctoras en economía dueñas de ágiles pestañas o señoritas tecnócratas con talle verdaderamente cinematográfico o parpadeos todavía del romanticismo, pese a la difusión de los términos estructuralistas, los contextos, los parámetros, la problemática y todo lo demás. Pero las profesionales, expertas en economía, no son estrictamente amas de casa, sino directoras, o algo así, de algunos destinos del país. Y no conocen tampoco las explicaciones económicas, los trabajadores de salario mínimo, los campesinos ni los burócratas. Tal vez ciertos maestros, pero de muy poco les sirve. Esta gente sólo sabe del alza de los precios y de la imposibilidad de hacer elástico un billete de cinco dólares, para comprar aceite “chabeleado”, tortillas y no pan de trigo, por cierto tortillas ahora más pequeñas, con un color pálido, de señora iracunda por bilis, neurosis o falta de cariño, o de matrona esclava de berrinches o víctima de autoritario, incomprensivo y feudal marido. Ahora son tortillas para perder el apetito, o pedazo de carne con hueso para mortificar la dentadura. Y si usted, acompañando a su esposa, es de los que frecuentemente visitan el supermercado o el mercado, pues ya no hablemos de los huevos o de leche, lo más seguro es que nos acusan de disolución social o como al pobre marero encontrado in fraganti, nos rompen las costillas y luego nos dicen, más o menos compungidos: "perdone usted, lo confundimos". Es un hecho cierto y muy concreto: el dinero o el pisto como decíamos antes que al negrito Flores se le ocurriera, por la presión de los burgueses y los organismos financieros, imponer el dólar; los tecnócratas señalan al billete verde como una moneda dura y firme (María, cómo estás? ja ja ja)!, más a empleados medios, a obreros y campesinos se les derrite en la palma de la mano o, para no olvidar una vieja apariencia de poesía, se les convierte en una pompa de jabón o una voluta de humo, frágiles ambas según los datos recientes de la física nuclear. Para los maestros de las escuelas más apartadas de “la civilización”; pero también para los catedráticos universitarios, la dureza del dólar es igual, o menor, a la de una gelatina o un polvorón. En serio, no se trata de desvaríos o cuitas de sabios, ni de ocultos desengaños de teóricos o seudo teóricos, sino de la alimentación de miles de salvadoreños tantos años desnutridos y explotados y, muy especialmente, de niños para quienes la leche es un producto exótico (sólo para recrear un poquito el tema: hace menos de un año fuimos con la familia de un amigo a pasear a Sabanetas, a un bello paraje montañoso conocido como Llano del Muerto, al norte del Departamento de Morazán. Los adultos tomamos cerveza y los niños gaseosas y leche. De este último producto le dieron un vaso a un pequeño campesino que los miraba con ojos saltones. Más tarde nos contó su mamá, una señora vendedora de tortillas, que a su hijo le había dado diarrea, curso, dijo ella. Explicó que como nunca había tomado esa clase de leche pues le cayó mal). La esperanza en El Salvador y la perfectibilidad de sus hombres, la vida y el espíritu nacional –lo dice quien jamás ha renunciado a ello—no se nutre sólo de palabras o de frases, sino de pan y tortillas, carne y leche, frijoles y sal. Pero en la dosis necesaria y suficiente para trabajo, pensamiento, deporte y ensueño. Miles de salvadoreños han comido, durante largo tiempo, sólo palabras y no siempre bien dichas, con unas pocas tortillas y un puño de sal y frijoles. Ahora, gracias a los gobiernos de Arena, ya ni aguacates ni frijoles. ¿Quiénes son los responsables de la carestía? ¿Quiénes son los responsables de la hambruna del pueblo? ¿Quiénes son los responsables del alto costo de la vida? ¿Quiénes son los responsables del abandono de la agricultura? ¿Quiénes son los responsables de la delincuencia desenfrenada, de la violencia, del narcotráfico, del contrabando y de la corrupción? Lo sabemos todos. Pero no es con voces de convencimiento como renunciarán al lucro criminal, sino con castigos. Y castigos duros. Estos casi 20 años de regímenes areneros han sido duros para El Salvador, con todo una pequeña rendija se abre en el panorama nacional y los rayos de auténtico cambio y esperanza tocan a las puertas de millones de salvadoreños. Pocote REENVIA - IMPRIME - COMPARTE - HAZ PATRIA... .