Octubre : recordando a Herbet Anaya, otra voz de los sin voz.
"El asesinato de Herbert fue la culminación de todas las acusaciones y amenazas del COPREFA -Comité de Prensa de la Fuerza Armada-, y por diferentes voceros gubernamentales", denunció, en aquella época, la CDHES. Políticamente significó la negación del gobierno a cumplir los acuerdos de Esquipulas II. Desde muy joven, Herbert fue un luchador por la defensa de los derechos humanos . En 1980 asume la asistencia legal de las víctimas de la represión. En cumplimiento de esta tarea visitó las zonas de guerra para constatar los destrozos causados por los bombardeos y los asesinatos masivos, cotidianos, de su pueblo.
En mayo de 1986 es detenido por la Policía de Hacienda en pleno centro de la ciudad. Durante 15 días permaneció desaparecido, mientras era sometido a horribles torturas físicas y psicológicas. Los métodos más refinados usados por sus torturadores no consiguieron quebrar su entereza y la firmeza de sus convicciones. Cuando le piden que "colabore", para obtener la "información" que les permita acusarlo de complicidad con la guerrilla, Herbert les responde: "Hay un aspecto moral que no me permite hacerlo y me atengo a las consecuencias. Lo más que pueden hacer es matarme, pero lo que matarían sería mi cuerpo, porque mi alma va a seguir trabajando por la justicia."
Después pasa a la cárcel de Mariona, que comparte con otros presos políticos. Desde allí continúa dirigiendo la CDHES. Liberado al cabo de 10 meses, y gracias a la presión popular, las amenazas y la vigilancia en torno a su casa son casi cotidianas. Pero su actuación pública continúa: en la Universidad Centroamericana denuncia las consecuencias del estado de excepción y, en un programa televisivo, hace lo propio con respecto al uso de armas ilegales en el conflicto (Bombas de Napalm, Bombas de Racimo, Bombas de Fósforo Blanco, etc). Su sentencia de muerte está firmada. Los Escuadrones de la Muerte hacen el resto: dos hombres de civil, con armas automaticas de 9mm. y silenciador, pretendieron acallar su voz, la cual, hoy más que ayer, sigue clamando justicia...
Me recuerdo que cuando ocurrio el asesinato el gobierno y el COPREFA alegaron "divisiones" en el FMLN y culpando por eso a la guerrilla de haberlo matado, era tradicion de asesinar y echarle a la guerrilla la culpa de cada crimen, hasta lo mismo quisieron hacer con los jesuitas pero ahi no les salio bien
ResponderEliminarhay un dato de hipocresia en esta historia y es que cuando se firma esquipulas II en que los prsidentes se comprometen a respetar los derechos humanos y todo lo demas, para demostrar eso vienen y dos meses despues de esta hipocrita firma, asesinan a Herbert... de algo estoy seguro, dejos buenas semillas que estan germinando...
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