El Salvador: ex militares, con miedo a la justicia
Tomado del Blog del Periodista internacional Juan José Dalton/apro
Nota, Fotos y Caricatura : El Trompudo
Advertencia : Este es un artículo que JJ Dalton escribió hace algunos anos, pero que guarda mucha actualidad y que se encadena, en forma casi lógica con el artículo recien publicado por el Sacerdote José Maria Tojeira, en el Colatino de hoy jueves 18 de octubre, que presentamos a continuación de este aquí.
San Salvador.-- Exaltos oficiales del ejército salvadoreño --encabezados por el general retirado René Emilio Ponce-- hacen esfuerzos para que, una vez que cambie el gobierno con las elecciones de marzo próximo—se mantenga de manera permanente la Amnistía General de 1993 y que continúe el perdón a miles de delitos de lesa humanidad. La Amnistía perdonó graves hechos de violencia política ocurridos durante la guerra civil salvadoreña (1980 a 1992), que tuvo un saldo de 75 mil personas muertas, 8 mil desaparecidas y millares de víctimas, entre lisiados, huérfanos, viudas y padres que quedaron sin sus hijos.
Los ex-oficiales, en su mayoría generales y coroneles en condición de retiro, primero crearon a finales del año pasado una fundación que lleva el nombre de Asociación de Veteranos Militares de El Salvador “General Manuel José Arce”, en honor al fundador del ejército. Su mesa directiva fue integrada por algunos de los acusados por la Compañía de Jesús de haber sido los autores intelectuales del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras en 1989, entre ellos el general René Emilio Ponce, quien durante el conflicto armado fue jefe de Estados Mayor Conjunto y Ministro de Defensa.
En las formalidades de la constitución legal de dicha asociación participaron el actual presidente Francisco Flores, así como los expresidentes Alfredo Cristiani --quien implementó la cuestionada amnistía-- y Armando Calderón Sol, los tres líderes honorarios del actual partido de gobierno, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Los tres “reconocieron” la labor del ejército en la defensa de la “libertad” y contra el “comunismo”. Luego, a mediados de este mes de febrero los ahora “perseguidos exoficiales” se reunieron con el candidato presidencial de ARENA, Antonio Saca, a quien le dieron muestras de apoyo políticos para vencer al exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en los comicios de marzo, pero al mismo tiempo exigieron que se realicen todas las gestiones para que se preserve la amnistía. Dando por hecho que ARENA triunfaría en la contienda electoral, Ponce manifestó: “Un nuevo gobierno de ARENA debe impedir que la izquierda y sus aliados deroguen la Ley General de Amnistía con el propósito de causarnos el mayor daño a los que nos opusimos a sus planes de llegar al poder político por la vía armada”.
En marzo de 1993 el entonces Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Boutros-Boutros Gali, dio a conocer el llamado Informe de la Comisión de la Verdad, que investigó los más graves crímenes políticos que se cometieron durante la guerra civil salvadoreña. Dicho documento --denominado oficialmente como De la locura a la esperanza: la guerra de 12 años en El Salvador-- manifiesta que la Comisión de la Verdad, presidida por el expresidente colombiano Belisario Betancur, había registrado 22 mil denuncias de graves hechos de violencia cometidos entre enero de 1980 y julio de 1991. El 60 por ciento de las denuncias se refieren a ejecuciones extrajudiciales, más del 25 por ciento a desapariciones forzadas y más del 20 por ciento a torturas. Además asoció el 85 por ciento de estas denuncias a agentes del Estado, entre militares, paramilitares. Otro 10 por ciento fue atribuido a Escuadrones de la Muerte y el cinco por ciento a la guerrilla.
Existen casos ejemplarizantes, como el asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero (el segundo caso de homicidio político de tan alto jerarca de la iglesia católica después del crimen de Thomas Becket en 1170), masacres campesinas de más de 200 personas y el asesinato colectivo de seis sacerdotes jesuitas. Pese a existir evidencias que incriminan a sus responsables, ninguno de ellos han sido juzgados. Ponce lamentó que “dentro y fuera del país (El Salvador) somos perseguidos jurídicamente por haber combatido la expansión comunista”.
El exoficial estaba haciendo alusión al hecho de que la Compañía de Jesús ha querido abrir el juicio del asesinato de los seis jesuitas, encabezados por Ignacio Ellacuría, muertos el 16 de noviembre de 1989 y de cuyo crimen los religiosos acusan a seis altos oficiales (entre ellos a Ponce) y al mismo expresidente Alfredo Cristiani. También Ponce recuerda que en Estados Unidos, nación aliada en la guerra contrainsurgente, se han abierto juicios contra exmilitares que residen en algunas de las ciudades norteamericanas. Dos exgenerales, un coronel y un excapitán, han sido sometidos a procesos judiciales en Miami, Tennessee y San Francisco, por graves violaciones a los derechos humanos, entre ellos, homicidios y torturas. El Comité de Justicia y Responsabilidad, con sede en San Francisco, ha representado a torturados en contra de los exgenerales y ministros de la Defensa, Guillermo García y Eugenio Vides Casanova, en un tribunal de justicia, el cual los condenó a pagar indemnizaciones por 54 millones de dólares. En la actualidad están vigentes los procesos civiles en contra del excapitán Álvaro Saravia, uno de los presuntos autores materiales del asesinato del Arzobispo Romero, así como el caso contra el excoronel Nicolás Carranza, acusado por la muerte de varios líderes de la oposición política en la década de 1980.
El general Ponce, el último caudillo de la cadena de lo que fue la dictadura militar salvadoreña, manifestó finalmente: “Hay que tomar las acciones legales necesarias para evitar que el comunismo representado en el FMLN llegue al poder”. No obstante a las consideraciones del general Ponce y de algunos de los oficiales depurados del ejército después de concluida la guerra civil (fueron 113 los expulsados de las filas castrenses).
En el seno de los exoficiales existen diversas posiciones visibles. Incluso, un grupo que ha formado el llamado Movimiento de Unidad Nacional (MUN), que encabeza el coronel David Mungía Payés y que se han aliado al FMLN. “Tenemos coincidencias con el FMLN. Estos últimos 15 años de ARENA en el poder han sido desastrosos para la sociedad y la economía. Por otra parte, hemos hecho nuestras propuestas en el tema de Fuerza Armada y Seguridad, y hemos enriquecido esta parte en el programa del FMLN”, afirmó Mungía Payés, quien durante la guerra fue jefe de un Batallón de Reacción Inmediata (fuerzas especiales contrainsurgentes). Consideró que en el bando de Ponce, que se dicen “apolíticos”, en realidad están apoyando a ARENA. “Algunos de mis colegas son de pensamiento de derecha, pero honorables. Otros están entre los que fueron depurados de las filas y tienen miedo a la derogación de la Amnistía”, agregó. “Debo señalar que más allá de las diferencias que existen entre nosotros, lo que no se debe hacer es lo que ellos están haciendo: proselitismo en el seno de los oficiales activos. Debemos recordar que la Fuerza Armada es apolítica y no deliberativa”.
Por otra parte, el coronel retirado José Antonio Almendariz, actual diputado por el conservador Partido de Conciliación Nacional (PCN), estima que muchos de sus compañeros “tienen temor e inconformidad porque si se retira la Amnistía sólo serán sometidos a procesos judiciales los militares y no los exguerrilleros que también son confesos de crímenes”. Almendariz está involucrado en la captura y posterior asesinato de la médico española Begoña García Arandigoyen, quien se desempeñaba en un hospital guerrillero. El crimen de lesa humanidad --por tratarse de un asesinato a personal médico y porque se comprobó que a Begoña fue capturada viva y posteriormente ejecutada-- (Leer aquí : Estando embarazada, fue torturada antes de ser asesinada. Su cadaver sin entrañas fue reconocido por un médico forense español -Nota del Equipo El Trompudo-), ocurrió el 10 de septiembre de 1990 en una región del volcán de Santa Ana, al occidente del país.
“Yo personalmente he pedido perdón infinidad de veces en público por lo que cometí en mi odio. Hoy soy cristiano (evangélico) y se que en vez de humillarme, eso me ha granjeado un mayor perdón de Dios. Siento que me he quitado un gran peso de encima porque he pedido perdón, pero también he perdonado a quienes asesinaron de 50 balazos a mi padre de crianza...”, apuntó el excoronel. “Se que si se reabren heridas puede sobrevenir una nueva guerra, pero sería bueno que de una y de otra parte (ejército y exguerrilla), ayudáramos no sólo pidiendo perdón, sino en, por ejemplo, hacer esfuerzos para localizar a los desaparecidos y que sus familiares tuvieran el consuelo de darles santa sepultura”.
De nuevo el caso Romero
Colatino, Jueves 18 de Octubre del 2007.
José M. Tojeira
Tomado del Blog del Periodista internacional Juan José Dalton/apro
Nota, Fotos y Caricatura : El Trompudo
Advertencia : Este es un artículo que JJ Dalton escribió hace algunos anos, pero que guarda mucha actualidad y que se encadena, en forma casi lógica con el artículo recien publicado por el Sacerdote José Maria Tojeira, en el Colatino de hoy jueves 18 de octubre, que presentamos a continuación de este aquí.
San Salvador.-- Exaltos oficiales del ejército salvadoreño --encabezados por el general retirado René Emilio Ponce-- hacen esfuerzos para que, una vez que cambie el gobierno con las elecciones de marzo próximo—se mantenga de manera permanente la Amnistía General de 1993 y que continúe el perdón a miles de delitos de lesa humanidad. La Amnistía perdonó graves hechos de violencia política ocurridos durante la guerra civil salvadoreña (1980 a 1992), que tuvo un saldo de 75 mil personas muertas, 8 mil desaparecidas y millares de víctimas, entre lisiados, huérfanos, viudas y padres que quedaron sin sus hijos.
Los ex-oficiales, en su mayoría generales y coroneles en condición de retiro, primero crearon a finales del año pasado una fundación que lleva el nombre de Asociación de Veteranos Militares de El Salvador “General Manuel José Arce”, en honor al fundador del ejército. Su mesa directiva fue integrada por algunos de los acusados por la Compañía de Jesús de haber sido los autores intelectuales del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras en 1989, entre ellos el general René Emilio Ponce, quien durante el conflicto armado fue jefe de Estados Mayor Conjunto y Ministro de Defensa.
En las formalidades de la constitución legal de dicha asociación participaron el actual presidente Francisco Flores, así como los expresidentes Alfredo Cristiani --quien implementó la cuestionada amnistía-- y Armando Calderón Sol, los tres líderes honorarios del actual partido de gobierno, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Los tres “reconocieron” la labor del ejército en la defensa de la “libertad” y contra el “comunismo”. Luego, a mediados de este mes de febrero los ahora “perseguidos exoficiales” se reunieron con el candidato presidencial de ARENA, Antonio Saca, a quien le dieron muestras de apoyo políticos para vencer al exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en los comicios de marzo, pero al mismo tiempo exigieron que se realicen todas las gestiones para que se preserve la amnistía. Dando por hecho que ARENA triunfaría en la contienda electoral, Ponce manifestó: “Un nuevo gobierno de ARENA debe impedir que la izquierda y sus aliados deroguen la Ley General de Amnistía con el propósito de causarnos el mayor daño a los que nos opusimos a sus planes de llegar al poder político por la vía armada”.
En marzo de 1993 el entonces Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Boutros-Boutros Gali, dio a conocer el llamado Informe de la Comisión de la Verdad, que investigó los más graves crímenes políticos que se cometieron durante la guerra civil salvadoreña. Dicho documento --denominado oficialmente como De la locura a la esperanza: la guerra de 12 años en El Salvador-- manifiesta que la Comisión de la Verdad, presidida por el expresidente colombiano Belisario Betancur, había registrado 22 mil denuncias de graves hechos de violencia cometidos entre enero de 1980 y julio de 1991. El 60 por ciento de las denuncias se refieren a ejecuciones extrajudiciales, más del 25 por ciento a desapariciones forzadas y más del 20 por ciento a torturas. Además asoció el 85 por ciento de estas denuncias a agentes del Estado, entre militares, paramilitares. Otro 10 por ciento fue atribuido a Escuadrones de la Muerte y el cinco por ciento a la guerrilla.
Existen casos ejemplarizantes, como el asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero (el segundo caso de homicidio político de tan alto jerarca de la iglesia católica después del crimen de Thomas Becket en 1170), masacres campesinas de más de 200 personas y el asesinato colectivo de seis sacerdotes jesuitas. Pese a existir evidencias que incriminan a sus responsables, ninguno de ellos han sido juzgados. Ponce lamentó que “dentro y fuera del país (El Salvador) somos perseguidos jurídicamente por haber combatido la expansión comunista”.
El exoficial estaba haciendo alusión al hecho de que la Compañía de Jesús ha querido abrir el juicio del asesinato de los seis jesuitas, encabezados por Ignacio Ellacuría, muertos el 16 de noviembre de 1989 y de cuyo crimen los religiosos acusan a seis altos oficiales (entre ellos a Ponce) y al mismo expresidente Alfredo Cristiani. También Ponce recuerda que en Estados Unidos, nación aliada en la guerra contrainsurgente, se han abierto juicios contra exmilitares que residen en algunas de las ciudades norteamericanas. Dos exgenerales, un coronel y un excapitán, han sido sometidos a procesos judiciales en Miami, Tennessee y San Francisco, por graves violaciones a los derechos humanos, entre ellos, homicidios y torturas. El Comité de Justicia y Responsabilidad, con sede en San Francisco, ha representado a torturados en contra de los exgenerales y ministros de la Defensa, Guillermo García y Eugenio Vides Casanova, en un tribunal de justicia, el cual los condenó a pagar indemnizaciones por 54 millones de dólares. En la actualidad están vigentes los procesos civiles en contra del excapitán Álvaro Saravia, uno de los presuntos autores materiales del asesinato del Arzobispo Romero, así como el caso contra el excoronel Nicolás Carranza, acusado por la muerte de varios líderes de la oposición política en la década de 1980.
El general Ponce, el último caudillo de la cadena de lo que fue la dictadura militar salvadoreña, manifestó finalmente: “Hay que tomar las acciones legales necesarias para evitar que el comunismo representado en el FMLN llegue al poder”. No obstante a las consideraciones del general Ponce y de algunos de los oficiales depurados del ejército después de concluida la guerra civil (fueron 113 los expulsados de las filas castrenses).
En el seno de los exoficiales existen diversas posiciones visibles. Incluso, un grupo que ha formado el llamado Movimiento de Unidad Nacional (MUN), que encabeza el coronel David Mungía Payés y que se han aliado al FMLN. “Tenemos coincidencias con el FMLN. Estos últimos 15 años de ARENA en el poder han sido desastrosos para la sociedad y la economía. Por otra parte, hemos hecho nuestras propuestas en el tema de Fuerza Armada y Seguridad, y hemos enriquecido esta parte en el programa del FMLN”, afirmó Mungía Payés, quien durante la guerra fue jefe de un Batallón de Reacción Inmediata (fuerzas especiales contrainsurgentes). Consideró que en el bando de Ponce, que se dicen “apolíticos”, en realidad están apoyando a ARENA. “Algunos de mis colegas son de pensamiento de derecha, pero honorables. Otros están entre los que fueron depurados de las filas y tienen miedo a la derogación de la Amnistía”, agregó. “Debo señalar que más allá de las diferencias que existen entre nosotros, lo que no se debe hacer es lo que ellos están haciendo: proselitismo en el seno de los oficiales activos. Debemos recordar que la Fuerza Armada es apolítica y no deliberativa”.
Por otra parte, el coronel retirado José Antonio Almendariz, actual diputado por el conservador Partido de Conciliación Nacional (PCN), estima que muchos de sus compañeros “tienen temor e inconformidad porque si se retira la Amnistía sólo serán sometidos a procesos judiciales los militares y no los exguerrilleros que también son confesos de crímenes”. Almendariz está involucrado en la captura y posterior asesinato de la médico española Begoña García Arandigoyen, quien se desempeñaba en un hospital guerrillero. El crimen de lesa humanidad --por tratarse de un asesinato a personal médico y porque se comprobó que a Begoña fue capturada viva y posteriormente ejecutada-- (Leer aquí : Estando embarazada, fue torturada antes de ser asesinada. Su cadaver sin entrañas fue reconocido por un médico forense español -Nota del Equipo El Trompudo-), ocurrió el 10 de septiembre de 1990 en una región del volcán de Santa Ana, al occidente del país.
“Yo personalmente he pedido perdón infinidad de veces en público por lo que cometí en mi odio. Hoy soy cristiano (evangélico) y se que en vez de humillarme, eso me ha granjeado un mayor perdón de Dios. Siento que me he quitado un gran peso de encima porque he pedido perdón, pero también he perdonado a quienes asesinaron de 50 balazos a mi padre de crianza...”, apuntó el excoronel. “Se que si se reabren heridas puede sobrevenir una nueva guerra, pero sería bueno que de una y de otra parte (ejército y exguerrilla), ayudáramos no sólo pidiendo perdón, sino en, por ejemplo, hacer esfuerzos para localizar a los desaparecidos y que sus familiares tuvieran el consuelo de darles santa sepultura”.
De nuevo el caso Romero
Colatino, Jueves 18 de Octubre del 2007.
José M. Tojeira
Cada vez que sale el caso Romero como ocasión para hacer más verdad en El Salvador, se levantan auténticas polvaredas. Declaraciones, pasiones, nerviosismos y, por supuesto, caídas en el ridículo de los flamantes y, supuestamente, defensores del Estado.
Ante la llamada al orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por la mala respuesta del Estado a sus recomendaciones en el caso Romero, el espectáculo no ha sido diferente. Queda mal el Estado salvadoreño, porque no tiene nada serio que decir, y quedan mal sus representantes porque ante la falta de ideas acaban diciendo verdaderas ligerezas jurídicas y políticas.
El propio Estado se las busca al elegir como representante en su defensa al abogado Méndez Flores, impuesto en su momento por el ejército como defensor de quienes fueron acusados de asesinar a los jesuitas. Un abogado que hizo todo lo que pudo por encubrir un crimen de lesa humanidad y que no fue una persona dialogante o amante de la verdad. El involucramiento de ese mismo abogado en casos turbios, como los habidos en la federación de fútbol, o el del ingenio azucarero de la zona de San Vicente, hace que la elección estatal sea realmente asombrosa. Se esperaría a alguien de calidad y no a un experto en argucias, politiquería y mentiras para representar al Estado.
Lo que más parece arder en el caso es el hecho de que la Comisión Interamericana haya solicitado la anulación de la ley de amnistía. No sólo lo ha hecho en el caso Romero sino también en el caso jesuitas. Y ahí se aplican los picapleitos del Gobierno. De hecho los propios Comisionados tuvieron que advertir a los representantes gubernamentales que el tema de discusión no era la recomendación de la Comisión de derogar la ley de amnistía, sino los avances o retrocesos en el caso Romero y en la ejecución de las recomendaciones hechas por la propia Comisión.
Expertos en salirse de los temas dentro de El Salvador, porque una Corte Suprema deficiente los ampara, los representantes del Estado salen al exterior a hacer el ridículo. No es la primera vez ni será la última. Cuando a un miembro de la Fiscalía, representante de El Salvador, se le preguntó en la misma Comisión qué había hecho el Estado para averiguar la autoría intelectual del caso jesuitas contestó: ¿El Estado salvadoreño ha hecho lo imposible y más?.
La capacidad de hacer el ridículo y de mentir de estos abogaduchos de tres al cuarto que el Estado selecciona con tanto esmero no tiene límites. Ahora los representantes del Estado han ido a afirmar que la derogación de la amnistía "pondría en peligro la paz de El Salvador". Uno se queda alucinado pensando en una nueva guerra y quiénes serían sus protagonistas.
Ciertamente el único ente en El Salvador capaz de iniciar ahora una guerra sería la Fuera Armada, y teniendo que disparar contra civiles desarmados.Y a eso no se le llamaría guerra sino simple y llanamente crimen y violación de Derechos Humanos. Pero en las actuales circunstancias estamos convencidos que el ejército no emprendería ese tipo de guerra por más que le pudiera gustar a algunos, más bien pocos, de sus ex miembros.
Sobre la Ley de amnistía, que es el punto generalmente más sensible, hay también muchos mitos. Por ejemplo que se llenarían las cárceles de El Salvador de miembros del FMLN. Curiosamente quienes no tienen ningún empacho en decir de todo contra los miembros de este partido político resultan ahora sus más entusiastas defensores.
Pero la razón es muy otra. Las graves violaciones de los Derechos Humanos cometidas desde el Estado tienen, según la mayoría de los cómputos, una relación de ocho a uno con respecto a los cometidos por la guerrilla. En realidad la Ley de amnistía, si fuera derogada, debería ser simultáneamente sustituida por una ley de reconciliación nacional. Una ley nacida del diálogo y de la voluntad de hacer verdad, como el mayor honor que se le puede tributar a las víctimas inocentes. Una ley al mismo tiempo que pusiera en el sistema judicial la capacidad de condenar el mal hecho en el pasado, pero que por la vía extraordinaria del indulto permitiera a los violadores de Derechos Humanos librarse de la pena de cárcel a cambio de colaborar con la verdad. Eso sin reserva de la posibilidad de inhabilitaciones políticas e incluso, según los recursos, de multas que se aplicaran a un fondo nacional de reparación.
La plena reconciliación pasa siempre, nos dice el magisterio de la Iglesia (Juan Pablo II, 1997, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz) por un proceso de verdad, justicia y perdón. En el campo de la justicia lo más importante es, en la medida de lo posible, la reparación del daño hecho a las víctimas. La reconciliación llega tras esa ¿Purificación de la memoria? que al contemplar la inhumanidad del pasado opta por un nunca más mucho más radical del que se produce en una tregua. La amnistía en El Salvador trató claramente de eliminar no sólo los pasos de justicia y perdón, sino incluso de ocultar la verdad a la población.
Y decimos que trató de eliminar el tema del perdón, porque el perdón se da sobre los hechos conocidos e, idealmente, reconocidos, y no sobre los hechos sospechados y negados por sus supuestos autores. Desoír la razón, negarse a seguir los consejos de quien es experta en humanidad, no hace sino multiplicar desazones, sospechas y divisiones. Y lo que es peor, mantener una situación de impunidad establecida casi como cultura. Presentar la derogación de la amnistía como un peligro para la paz, como una ordalía de venganzas, no es más que negarse a buscar una solución racional para un problema real de la historia salvadoreña.
Si las propias instituciones del Estado, el ejército por ejemplo, hubiera pedido perdón por los crímenes cometidos por sus miembros y que contaron con la complicidad silente de los Estados Mayores y Ministros de Defensa, cuando no su colaboración activa en la cadena de mando, el tema de la amnistía sería mucho menos espinoso. Lo mismo si el Ejecutivo hubiera dicho una palabra de perdón por sus omisiones y complicidades claras en el pasado. Pero la negativa a pedir perdón de quienes hoy representan al Estado, aunque en su totalidad o en muy buena parte al menos, no tuvieron nada que ver con los crímenes del pasado, ni hace buena política, ni contribuye a un diálogo nacional adecuado sobre el tema. Al contrario, esa negativa pertinaz a no pedir perdón les rebaja moralmente y convierte los crímenes de lesa humanidad en tema absurdo de juego y propaganda electorera, en herida que no se cierra porque las partes la revuelven cuando les conviene.
Cerrar, no para los historiadores, sino para la convivencia ciudadana, esa página del pasado implica pasar por la vía del diálogo racional en torno al reconocimiento de la verdad, en torno a una palabra de justicia y reparación de las víctimas, y en torno a mecanismos verdaderos de reconciliación que impliquen, entre otras medidas, el indulto de penas carcelarias.
Ante la llamada al orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por la mala respuesta del Estado a sus recomendaciones en el caso Romero, el espectáculo no ha sido diferente. Queda mal el Estado salvadoreño, porque no tiene nada serio que decir, y quedan mal sus representantes porque ante la falta de ideas acaban diciendo verdaderas ligerezas jurídicas y políticas.
El propio Estado se las busca al elegir como representante en su defensa al abogado Méndez Flores, impuesto en su momento por el ejército como defensor de quienes fueron acusados de asesinar a los jesuitas. Un abogado que hizo todo lo que pudo por encubrir un crimen de lesa humanidad y que no fue una persona dialogante o amante de la verdad. El involucramiento de ese mismo abogado en casos turbios, como los habidos en la federación de fútbol, o el del ingenio azucarero de la zona de San Vicente, hace que la elección estatal sea realmente asombrosa. Se esperaría a alguien de calidad y no a un experto en argucias, politiquería y mentiras para representar al Estado.
Lo que más parece arder en el caso es el hecho de que la Comisión Interamericana haya solicitado la anulación de la ley de amnistía. No sólo lo ha hecho en el caso Romero sino también en el caso jesuitas. Y ahí se aplican los picapleitos del Gobierno. De hecho los propios Comisionados tuvieron que advertir a los representantes gubernamentales que el tema de discusión no era la recomendación de la Comisión de derogar la ley de amnistía, sino los avances o retrocesos en el caso Romero y en la ejecución de las recomendaciones hechas por la propia Comisión.
Expertos en salirse de los temas dentro de El Salvador, porque una Corte Suprema deficiente los ampara, los representantes del Estado salen al exterior a hacer el ridículo. No es la primera vez ni será la última. Cuando a un miembro de la Fiscalía, representante de El Salvador, se le preguntó en la misma Comisión qué había hecho el Estado para averiguar la autoría intelectual del caso jesuitas contestó: ¿El Estado salvadoreño ha hecho lo imposible y más?.
La capacidad de hacer el ridículo y de mentir de estos abogaduchos de tres al cuarto que el Estado selecciona con tanto esmero no tiene límites. Ahora los representantes del Estado han ido a afirmar que la derogación de la amnistía "pondría en peligro la paz de El Salvador". Uno se queda alucinado pensando en una nueva guerra y quiénes serían sus protagonistas.
Ciertamente el único ente en El Salvador capaz de iniciar ahora una guerra sería la Fuera Armada, y teniendo que disparar contra civiles desarmados.Y a eso no se le llamaría guerra sino simple y llanamente crimen y violación de Derechos Humanos. Pero en las actuales circunstancias estamos convencidos que el ejército no emprendería ese tipo de guerra por más que le pudiera gustar a algunos, más bien pocos, de sus ex miembros.
Sobre la Ley de amnistía, que es el punto generalmente más sensible, hay también muchos mitos. Por ejemplo que se llenarían las cárceles de El Salvador de miembros del FMLN. Curiosamente quienes no tienen ningún empacho en decir de todo contra los miembros de este partido político resultan ahora sus más entusiastas defensores.
Pero la razón es muy otra. Las graves violaciones de los Derechos Humanos cometidas desde el Estado tienen, según la mayoría de los cómputos, una relación de ocho a uno con respecto a los cometidos por la guerrilla. En realidad la Ley de amnistía, si fuera derogada, debería ser simultáneamente sustituida por una ley de reconciliación nacional. Una ley nacida del diálogo y de la voluntad de hacer verdad, como el mayor honor que se le puede tributar a las víctimas inocentes. Una ley al mismo tiempo que pusiera en el sistema judicial la capacidad de condenar el mal hecho en el pasado, pero que por la vía extraordinaria del indulto permitiera a los violadores de Derechos Humanos librarse de la pena de cárcel a cambio de colaborar con la verdad. Eso sin reserva de la posibilidad de inhabilitaciones políticas e incluso, según los recursos, de multas que se aplicaran a un fondo nacional de reparación.
La plena reconciliación pasa siempre, nos dice el magisterio de la Iglesia (Juan Pablo II, 1997, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz) por un proceso de verdad, justicia y perdón. En el campo de la justicia lo más importante es, en la medida de lo posible, la reparación del daño hecho a las víctimas. La reconciliación llega tras esa ¿Purificación de la memoria? que al contemplar la inhumanidad del pasado opta por un nunca más mucho más radical del que se produce en una tregua. La amnistía en El Salvador trató claramente de eliminar no sólo los pasos de justicia y perdón, sino incluso de ocultar la verdad a la población.
Y decimos que trató de eliminar el tema del perdón, porque el perdón se da sobre los hechos conocidos e, idealmente, reconocidos, y no sobre los hechos sospechados y negados por sus supuestos autores. Desoír la razón, negarse a seguir los consejos de quien es experta en humanidad, no hace sino multiplicar desazones, sospechas y divisiones. Y lo que es peor, mantener una situación de impunidad establecida casi como cultura. Presentar la derogación de la amnistía como un peligro para la paz, como una ordalía de venganzas, no es más que negarse a buscar una solución racional para un problema real de la historia salvadoreña.
Si las propias instituciones del Estado, el ejército por ejemplo, hubiera pedido perdón por los crímenes cometidos por sus miembros y que contaron con la complicidad silente de los Estados Mayores y Ministros de Defensa, cuando no su colaboración activa en la cadena de mando, el tema de la amnistía sería mucho menos espinoso. Lo mismo si el Ejecutivo hubiera dicho una palabra de perdón por sus omisiones y complicidades claras en el pasado. Pero la negativa a pedir perdón de quienes hoy representan al Estado, aunque en su totalidad o en muy buena parte al menos, no tuvieron nada que ver con los crímenes del pasado, ni hace buena política, ni contribuye a un diálogo nacional adecuado sobre el tema. Al contrario, esa negativa pertinaz a no pedir perdón les rebaja moralmente y convierte los crímenes de lesa humanidad en tema absurdo de juego y propaganda electorera, en herida que no se cierra porque las partes la revuelven cuando les conviene.
Cerrar, no para los historiadores, sino para la convivencia ciudadana, esa página del pasado implica pasar por la vía del diálogo racional en torno al reconocimiento de la verdad, en torno a una palabra de justicia y reparación de las víctimas, y en torno a mecanismos verdaderos de reconciliación que impliquen, entre otras medidas, el indulto de penas carcelarias.
Los chilenos hacen esto con los asesinos impunes:
ResponderEliminarhttp://www.funachile.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=161&Itemid=26&lang=es
tomemos el ejemplo!!!!
ESO ESO MISMO. NO HAN PEDIDO PERDON, PEDIR PERDON ES DE GRANDES!!!! Y ESTOS "GRANDES" MILITARES ANANTES LLEGAN A MOSQUITOS!!!!!
ResponderEliminarCON QUE FUERON INCAPACES DE PEDIR PERDON ACUERDESEN LA TUNCA CACA NO PUDO IR CHALTENAGNO A PEDIR PERDON POR EL CRIMEN DE LAS HERMANITAS.. Y MANDO A SU SABUESO LAINEZ!!!!! Y LUEGO ANDAN PREGUNTANDOSE POR QUE ESTAMOS ASI!!! POBRES DE ALMA (PÒRQUE DE DINERO ESTAN LLENOS DE DINERO SUCIO MAL LOGRADO LADRONAZOS!!) POBRES DE CAPACIDAD PARA VER DONDE REALMENTE ESTA LA GRANDEZA, POBRES DE ESPIRITU (y NO DE CAÑA QUE CONSTE!)
Ya se les dio muchas opurtunidades a la derecha de enmendar errores graves que cometieron en la epoca de guerra y años posteriores, y las cosas van de mal a peor, ellos necesitan una leccion, todos a dar un paso al frente en las proximas elecciones.
ResponderEliminarMe he dado cuenta de muchas personas que asesinaron en la gerra a personas inocentes, ahora convertidas al cristianismo.
ResponderEliminarAcaso con pedir perdon le van a regresar la vida a la persona que mataron? ellos necesitan un castigo por lo que hisieron, si la persona que roba una gallina para darle de comer a sus hijos la meten presa, como es posible que esta gente que es asesina este libre, por eso El Salvador esta como esta, por que la justicia solo es para unos y no para todos.
aca les dejo el ultimo articulo del hijo de Dalton.
ResponderEliminarLA OEA INSTA A EL SALVADOR A HACER JUSTICIA POR EL ASESINATO DE ÓSCAR
ROMERO: La CIDH considera que la Ley de Amnistía ha impedido
esclarecer crímenes de guerra
http://www.elpais.com
JUAN JOSÉ DALTON - San Salvador - 11/10/2007 - La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), perteneciente a la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington,
rechazó ayer la argumentación del Gobierno salvadoreño ante el incumplimiento de las recomendaciones que se le hicieron para esclarecer el asesinato, a manos de un escuadrón de la muerte, del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, el 24 de marzo de 1980. El Gobierno salvadoreño esgrime la Ley de Amnistía General de 1993 para perdonar a los criminales y justificar una transición pacífica tras la guerra civil. Pero la CIDH considera que precisamente la amnistía ha
impedido que se haga justicia en el caso de Romero y de otros crímenes.
La posición de la CIDH fue emitida en el curso de su 130º periodo de sesiones, en la que funcionarios del Estado salvadoreño trataron de justificar la vigencia de la Ley de Amnistía, al argumentar que esa legislación ha permitido que El Salvador transitara "de la guerra a la paz y de la democracia al desarrollo", según lo expresado por Óscar Santamaría, ex canciller de El Salvador y enviado por el Gobierno a las sesiones del organismo internacional.
Sin embargo, en la sede de la CIDH, el comisionado Víctor Abramovich recordó al Estado salvadoreño que "tres recomendaciones fueron incumplidas" y que las recomendaciones "son de carácter obligatorio" .
Es decir, el Estado no puede sustraerse de las recomendaciones de la comisión; ésta continuará evaluando el nivel de cumplimiento de El Salvador con respecto a las recomendaciones aprobadas en el caso Romero.
INCUMPLIMIENTOS
En concreto, las recomendaciones no cumplidas desde hace siete años son: investigar y procesar a los autores (materiales e intelectuales) de la muerte de Romero; efectuar las reparaciones preceptivas a consecuencia de los hechos, y adecuar la legislación salvadoreña a la Convención Americana, lo que implica dejar sin efecto la amnistía de 1993, promulgada por el entonces presidente, Alfredo Cristiani.
En declaraciones a EL PAÍS desde Washington, el abogado que representa a Tutela Legal del Arzobispado y a la familia de Romero, David Morales, señaló que la CIDH "también estableció claramente que el escuadrón de la muerte que lideraba Roberto D'Aubuisson, fundador del actual partido oficialista Alianza Republicana Nacionalista [Arena], fue el responsable del magnicidio".
Morales reiteró que "el Estado salvadoreño está en total desacato de las resoluciones de la CIDH; por lo tanto, se le debería imponer un fuerte llamado de atención y elevar un informe sobre el caso a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos", algo que la embajadora ante dicho organismo, Abigail Castro, ha pedido que no se ejecute "porque no existe tal desacato".
El asesinato del arzobispo Romero, cuya beatificación prepara el Vaticano, fue uno de los detonantes de la guerra civil salvadoreña (1980-1992). Óscar Romero fue asesinado en medio de una misa que el religioso celebraba en la capilla de un hospital para tuberculosos.
Sin embargo, en El Salvador cualquier proceso judicial al respecto está vedado. Sólo en Estados Unidos un tribunal civil logró judicializar el caso y condenó al ex capitán Álvaro Saravia, que
residía en California, a pagar a la familia del arzobispo una cantidad superior a los 10 millones de dólares, después de que se comprobara su participación, junto a D'Aubuisson, en el crimen.
D'Aubuisson murió de cáncer en febrero de 1992, poco después de que se firmara la paz entre Gobierno y guerrilla.
"Derogar la amnistía y permitir abrir un juicio para que se conozca la verdad en el asesinato de Romero significaría el fin de la impunidad histórica en El Salvador", apunta María Silvia Guillén, directora de la Fundación para el Estudio y la Aplicación del Derecho
(Fespad), quien agrega que "hasta el momento no ha sido posible el imperio de la verdad y la justicia porque el Gobierno sabe que muchos de sus funcionarios y fundadores de su partido, en especial D'Aubuisson, fueron quienes cometieron esa atrocidad y muchas otras.
Vencerlos significaría restaurar la dignidad de El Salvador".
Que comentario más actual. Lastima que por casualidad leí ahora un artículo de un seguidor de Villalobos, ahora convertido a Nazi camuflageado de tercera vía (así como sacabolos y vende lineazos) de quien me reservo el nombre pero de generales conocidas... que dice que el pueblo salvadoreño no tiene derecho a juzgar a los militares por que estos no fueron "derrotados" en la guerra. Lo triste -pero revelador- es que manifiesta que los aliados como vencedores en la 2a guerra mundial si tenían derecho de juzgar a los criminales de guerra nazis, pero no a los criminales de guerra americanos y sovieticos.... puta. Yo pense que era una exageración que lo acusaban de Nazi, pero ya veo que por su boca muere el pez. Lo bueno que ya esta claro que todos los ratas seguidores de Villalobos se han ido a refugiar a El Diario de Hoy, quien los coge y les acoge.
ResponderEliminarBuenas tardes compatriotas.
ResponderEliminarEs duro a veces aceptar nuestra realidad pero es el diario vivir nuestro conocer todas las mentiras que el sistema corrupto esconde,dar amnistia a un asesino,victimizar a otro solo por su conversion al cristianismo,todo esto es solamente concebible gracias a la corrupcion que opera en nuestro pais,la defensa de los intereses de parte de la oligarquia hace perder la objetividad ,imparcialidad,la moral y sobre todo la verguenza.Hacen cualquier cosa para no caer en manos de la justicia,se olvidan del pueblo,explotan al pueblo ,viven del pueblo,acorralan al pueblo y a cambio recibimos mentiras y mas mentiras, Los puestos en los organos del estado estan ocupados por gente que de buena no tiene ni un pelo,tal es el caso de la policia la cual ha pasado por "gentes" con una credibilidad que alcnzo el rankig de 000.000% es decir ya no les creemos nada a los areneros,La fuerza armada exonerada de miles de asesinatos gracias a los ex-presidentes areneros y apoyado por el presidente actual ,reluce hoy su temor por la posibilidad que el FMLN tiene de llegar al poder ,lo que significa decirle adios a la amnistia y verse castigada por la justicia que el partido de Izquierda dirigida por su candidato Mauricio Funes(nuestro futuro presidente) aplicaria y practicaria con todo aquel asesino,ladron,mafioso y mal hechor que hoy en dia camina libre por nuestra amada patria.
La derecha se ha visto mal en estos ultimos dias tal es el caso del no mencionado gran problema que existe en su organizacion interna,peleas ,discordias,division,e incluso declaraciones contradictorias de parte de muchos de sus mienbros;Todo esto nos anuncia la tremenda mal campana que estara concentrada en atacar sin moral y verguenza al candidato Funes ,tenemos que estar preparados para esto pues el apoyo monetario es el arma mas grande que el partido corrupto derechista tiene ,esto hace capaz doblar ideas, corromper oficios ,y sobre todo enganar mediante falsas supocisiones al pueblo que esta en peores condiciones y segada por la miseria a la cual nos someten.
Vivimos hoy en dia en un pais sin control donde cada quien hace lo que quiere sin temor de verse sometido a la autoridad pues esta misma es una ramera mas del sistema arenero, el pueblo que es quien da vida a un pais esta cercado en un ciclo de miseria que cada dia incrementa mas encontrando como unica salida viajar ilegalmente a cualquier otro pais,este es el progreso del cual el presidente antonio saca ,nos habla en sus discursos ,en sus cadenas de radio y television, hemos incrementado el numero de deportados,incrementado el numero de asesinatos,incrementado el valor de la canassta basica,incrementado el numero de familias divididas por la falta de recursos (economicos).A esto le llama progreso El Salvador era un pais que exportaba materia prima ,Granos basicos ahora nos hemos convertido en un pais de consumo ,apoyados en las remesas y con el unico objetivo de lograr llegar a suelo estado-unidense para alcanzar nuestras metas
Es acaso esto progreso? es progreso abandonar la tierra y escapar de nuestra realidad? es posible que sea progreso personal,pero que le damos a nuestro pais?,que de la gente que no puede hacer ese viaje lleno de dificultades? Que hay para ellos .
Por el momento solo la esperanza de un gane por el partido de izquierda mientras tanto , mientras eso sucede hay que seguir intentando sobrevivir en esta tierra que ha tenido la mala fortuna de ser gobernada por una bola de rateros e insensibles ante la miseria de nuestro pueblo.
Tenemos un lindo pais ,somos El Salvador es hora de darle a esta tierra llena de virtudes algo en retorno,quitemonos por fin ese yugo venenoso de nuestras cabezas demosle al FMLN y a Mauricio Funes la oportunidad de cambiar las cosas hacia un verdadero bienestar.en nuestras manos esta la ccion y en nuestras mentes la orden de actuar de manera sabia y orgullosa.
En el 2009 demos un paso al frente con Mauricio Funes nuestro futuro presidente.!!!!!
El tema es interesante y se presta para opinar desde diferntes opticas. Me gustaria dimensionar mas el tema y plantear que no sean imparciales en querer buscar justicia para unos e ignorarla para otros; digo esto por que si nos ponemos a demandar justicia por las masacres y los asesinatos del conflicto interno, deberian buscar justicia tambien para los miles de victimas como jueces y alcalde asesinados por el FMLN, sin olvidar a los hurfanos dejados por esos asesinatos, a las miles de madres de soldados masacrados a sangre fria, a todos los familiares de militares asesinados, por el solo hecho de serlo, como la hija del coronel Casanova Vejar, una nina brutalmente asesinada por los comandos urbanos del FMLN, tiene idea ustedes que opinan tan parcialmente, por que no condenan esos hecho, acuerdence de los familiares del Dr. Rodriguez Pork a Pecorini entre otros, les pido que sean mas justos en sus demandas, y mas aun si se basa en principios cristianos, Donde esta la justicia? debe haber justicia , pero para todas las victimas no solo para unos pocos o un sector!!!!!!!
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