El tortuoso camino de las escuchas telefónicas

Mi estimado compatriota, debo decirte que en este volado de permitir vincular a las escuchas telefónicas a los procesos investigativos y de persecución del delito, hay más ruido que las nueces que se podrán cosechar.

Te voy a dar un par de razonamientos y vos deberás de obtener tus propias conclusiones, sean estas en concordancia o discordancia a mi postura.

Afirman los entendidos que la mayor parte de la problemática se está generando desde el interior de los penales. Eso significa que es gente que ya está en el “tabo”,  ojo con eso.

Pregúntate, entonces, cómo es posible que los presidiarios mareros llegan a tener acceso a los teléfonos? Pues tienen muchas opciones entre las cuales se encuentran las visitas de sus familiares, pero, principalmente, la proveniente de la complicidad de los mismos custodios.

Si se conoce que hay un problema en este sentido, se puede atacar colocando los eliminadores de señales de celulares en el perímetro de cada penal o se pueden militarizar los centros de detención y se mandan a los custodios a dormir a su casa.

Otra acción más institucional es obligar a las empresas de telefonía a que no vendan los números telefónicos como si estos fueran dulces. Se les debe exigir que respeten o  que creen –si adolecen de este– un verdadero tramite para que, además, los teléfonos con reporte de robo no se puedan activar entre las compañías .

Me comenta un amigo que en cada compañía telefónica hay abonados con más de dos mil teléfonos asignados a ellos y no se refiere a empresas, se refiere a Raymundo y todo el mundo, a Perico de los Palotes o a Pedro Urdemales. Vos te preguntarás "y cómo rotas pasa eso"? Pues fácil: los vendedores tienen fotocopias de un mismo DUI al cual le asignan esa canastada de teléfonos.

Ahí y en estos casos concretos es donde hay que ponerse firme, Sr. Presidente, hay que presionar y obligar a más controles! No es posible que por la ambición de las empresas de telefonía, el pueblo esté pagando con tantas muertes y dolor.

Debo de intuir que si se evita activar los teléfonos robados, estos no serán ya un botín perseguido por la delincuencia y, por ende, los actos de criminalidad asociados al robo de celulares disminuirían notablemente. El esfuerzo hay que hacerlo bien y extenderlo a la región centroamericana –son las mismas empresas las que operan–; ya me puedo a los malacates y siempre encontrarían la vuelta.

Las empresas de telefonía y la misma SIGET se escudan en limitantes tecnológicas, pero eso es paja, te lo aseguro; es más un negocito que no se puede dejar pasar, aunque el mismo sea ilegal.

Pero, y ya regresando al tema, si se evita que los delincuentes por sus propios medios "jodan" al pueblo telefónicamente, te aseguro que buscaran otros canales de comunicación para lograrlo, ya sea mediante sus mismos familiares, por gente a la cual presionan y atemorizan a colaborarles, o a los mismos custodios.

No sé, pero aunque no comulgo con los chafarotes, coincido que la militarización de algunos penales, podría poner un poco más de orden y solventar un poco el problema. Hay que darle más mente a esto... pero con los custodios actuales no se puede, es como colocar a los buitres a cuidar carne.

Retomando la ruta de las escuchas, no creo que estas, como pruebas, logren algún día meter a alguien a la cárcel. Además, no seamos ingenuos, las escuchas telefónicas ya se hacen, no me cabe la menor duda, al menos para aspectos investigativos, no así probatorios. Te aseguro que los expertos saben que de ahí no se saca nada bueno, no hay forma, mientras no puedan triangular y ubicar posicionalmente a alguien mediante una llamada, esto será una vana esperanza, nada más!

Finalmente, actualmente la ley  respecto a la prueba de la escucha telefónica está amorfa y ambigua, por lo tanto, los jueces estarán en la plena libertad de considerarlas o excluirlas de los procesos. Creo que la escucha lleva otra intención y si no me creés, entonces cómo te explicás que no se pongan de acuerdo en la Asamblea Legislativa, considerando tanta muerte y dolor a nuestro alrededor.

Kvernicola

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